Eres una maldita idiota Kaylee Williams, me repetía mil veces, quería morirme y asesinar al maldito de Alexander, sabía muy bien que el muy idiota estaba jugando conmigo, pero este juego sería de dos y sería yo quien ganara al final.
La gala había transcurrido normal, Alexander estaba serio sin decir algo a mi lado, él solo se limitaba a responder, vi como Alessa me miró con odio y se marchó de la gala, por dentro me llenaba de satisfacción el saber que le dolía la noticia del compromiso.
—Kaylee, cariño, es un gusto haberte tenido aquí, espero que Petter mejore pronto y pueda venir a su boda, mándale saludos a Amalliah y recuerda que cuando regreses del viaje tenemos la prueba del vestido de novia y mientras me estaré encargando de lo que haga falta mientras ustedes están de viaje —comento Anny sonriendo.
—Anny, muchas gracias en serio, agradezco que me apoyes en esto —respondí débilmente.
—A ti cariño, por no dejar que Alexander caiga en malas manos —espeto ella sonriendo y me abrazó.
—Kay, hablé con Alexander y dijo que irá contigo a Londres para visitar a tus padres —espeto Gregg sonriendo amablemente.
—Recuerda de mantenernos en contacto con tu padre, él y Gregg son amigos desde hace años, así que esperamos que se mejore —dijo Anny sonriendo amablemente.
Olvidaba mencionar que mi padre es amigo de Gregg y por ende él me conocía desde pequeña, incluso fue por papá que conseguí el empleo en Industrias Harrison cuando llegué a Boston, se conocieron en la universidad y desde entonces son grandes amigos.
—Claro que sí, viajaré mañana a primera hora, ya que Chris también irá a casa —respondí sonriendo.
—Saludos a Chris, dile que quiero verlo para un negocio que nos conviene a ambos en la empresa de su suegro —comento Gregg sonriendo.
—Lo haré, es hora de irme, estoy un poco cansada y debo viajar —comenté sonriendo.
—¿Ya nos podemos ir Kaylee? —Cuestionó Alexander impaciente.
—Sí —lo miré asintiendo.
Me despedí de los Harrison y busqué con la mirada a Jessica, estaba hablando animada mente con Michael, así que no los molestaría, hizo caso a lo que le dije, camine tras Alexander hasta la limusina saliendo del lugar, el chófer extendió la mano para ayudarme a subir.
—Gracias —dije sonriendo.
—De nada. Srta. Williams —asintió él educadamente.
El camino fue incómodo hasta casa, en realidad quería irme de allí y no estar junto a Alexander, al llegar a casa no me despedí de él, sino que intenté bajar como alma que llevaba el demonio de ese auto, él me tomó de la mano e hizo que me volteara para verlo, sentí un gran choque en mis manos.
—Ya pedí que alistaran el avión para el viaje, pasaré por usted en la tarde —espeto serio mientras quitaba su mano de la mía.
—Gracias —respondí rodando los ojos.
—Su gata se podrá quedar en mi mansión mientras estamos de viaje para que la alimenten y esté más cómoda con mi nana —pronuncio mirándome.
—Está bien —respondí bufando por lo bajo.
—El vuelo sale a las cinco y treinta de la tarde, pasó antes a recogerla —comentó mirando el reloj.
Asentí un poco molesta mientras solo acomode mi bolso, el frío se coló por mi cuerpo por lo que temblé un poco, me estremecí dándome un poco de calor y Alexander me miro atento.
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SIEMPRE TUYA ©
RomanceEngreído, prepotente y frío, pero sobre todo un empresario millonario sexy que arrasa con todo a su paso, eso define perfectamente a Alexander Harrison. Kaylee Williams, una chica soñadora, pero sobre todo inteligente, no estará dispuesta a dejarse...