Capítulo 33.

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Había pasado una semana desde que supe que mi hijo sería un niño, Benjamín ha sido un gran amigo ayudándome con algunas cosas como mis antojos, mis cambios bruscos de humor y claramente cuando me duele algo y no puedo hacer fuerza, mi pequeño Jacob, ese será el nombre de mi hijo, sé llamará igual a su bisabuelo, mi abuelo Jacob Williams, era un hombre de honor que perteneció a la fuerza aérea de Inglaterra, aunque ya este muerto, murió cuando yo apenas tenía 15 años, fue un gran abuelo y un buen hombre.

Mire a Allison, la cual estaba bastante sulfurada y caminaba de aquí para allá y viceversa como una leona en una jaula, cosa que me estresaba bastante porque nunca la había visto así.

—¿Qué es lo que sucede contigo? —cuestione estresada viéndola caminar así.

—Me acabo de enterar quién fue la persona que le dijo al Sr. Blair sobre tu embarazo Kaylee—me miro ella exaltada mientras movía sus manos en el aire.

—¿Quién fue la persona que le dijo al Sr. Blair lo de mi embarazo? —cuestione y levante cabreada de la silla.

—Pamela, me oyó hablar con Peage cuando le pedí la cita para que su madre te atendiera el día del control —respondió ella culpable.

Quede estática, ¿cómo se atrevía a meterse conmigo cuando nunca le he hecho nada a ella?, ¿quizás pensó que al decirle al Sr. Blair sobre mi embarazo él me despediría?, se ve que esta chica no conoce a Kaylee Williams, camine a paso firme y salí de la oficina, Allison al verme salir se fue detrás de mí para ver que sucedía.

—¿Qué vas a hacer Kaylee? —cuestiono Allison atónita.

—Poner a esa mujer en su lugar —respondí caminando rápido.

Camine hasta el elevador, la furia se apoderó de mí y quería coger a Pamela a puños, patadas y ahorcarla por andar metida donde no la llaman, el elevador se abrió y un Benjamín alegre salía de él, me miro atónito y no entendía qué sucedía.

—Sr. Blair deténgala, está hecha un demonio —dijo Allison caminando detrás de mí.

—¿Qué demonios sucede Kaylee? —cuestiono Benjamín tomándome de la muñeca suavemente.

—Suéltame, Benjamín, iré a poner a esa tipa en su sitio —chillé zafándome de su agarre.

Tome el elevador y presione el botón del primer piso, Benjamín y Allison no habían reaccionado, llegue al piso uno y mis ganas de darle una cachetada aumentaban, donde no estuviera embarazada, le parto su mandarina en gajos.

Salí del elevador como un remolino y camine hasta la recepción, allí se encontraba está coqueteando con un chico, lo aparte del escritorio bruscamente y tome a esta por su camisa por el cuello, la mire con odio y casi la ahorco.

—Espero que en tu vida se te vuelva ocurrir, meterte en la mía, no me conoces, así que no te tomes atribuciones que no te corresponden, podre estar embarazada, pero eso sí, te puedo mostrar el mismísimo infierno si me lo propongo, recuerda muy bien esto, en mi vida no te metas —escupí cabreada mientras sentía unas manos tras de mí tratando de cogerme.

Planté una cachetada sobre la tipa, ya estaba bastante cabreada para pensar en mis acciones, no me iba a permitir que alguien más se metiera en mi vida y menos en la de mi hijo, Benjamín me tomo entre sus brazos y me dio un gran abrazo, no sé si era que lo necesitaba o simplemente porque estaba enojada, pero me derrumbe, unas lágrimas cayeron por mi rostro, Allison miro la escena y estaba bastante atónita, luego comenzó a gritarle a Pamela.

—Escúchame muy bien Pamela, no te metas con Kaylee, se te notan los celos que tienes porque sabemos que estás enamorada del Sr. Benjamín Blair, pero hay un pequeño problema, él no se enamoraría de una mujer como tú, ya sabemos que fuiste tú la que le dijo al Sr. Blair lo del embarazo, no te metas en donde no te llaman, eso se llama respeto por los demás —escupió Allison enojada.

SIEMPRE TUYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora