Capítulo 49.

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Llego la noche a la mansión y nos encontrábamos cenando en silencio, estaba muy nerviosa, ya que no sabía que pasaría esta noche viviendo aquí con Alexander bajo el mismo techo, desde que llegue me siento mucho más segura aquí porque sé que no nos pasara nada, la policía nos mandó apoyo con varios oficiales y los guardias de seguridad están por todos los alrededores de la casa, adentro, incluyendo la entrada trasera del jardín.

El celular de Alexander sonó y todos nos quedamos atentos, me paso el celular, era Alessa por el número de contacto, había llegado la hora de actuar, así que tome la llamada, acomode mi cabello tras mi oreja y puse el celular después para poder escuchar.

—¿Dónde demonios estás metido maldito idiota? —cuestiono la muy perra enojada.

—Está conmigo, ¿hay algún problema con eso?—cuestione desafiante mientras escuchaba que sonreía cínicamente.

—Maldita zorra regalada, ¿me quieres quitar a mi marido? —cuestiono ella aún más cabreada.

—Si de esa manera lo quieres ver, está bien, tu una vez lo hiciste y no te reclame nada por haberte ido con Alexander —respondí sonriendo desafiante mientras intentaba no salirme de mis casillas.

Ella solo pega un grito en ahogo al aire y me dio gracia, cosa que comencé a reír, sabía muy bien que eso era un motivo para hacerla estallar de ira, ella solo suspiro hondamente y volvió hablar, pero en su voz se podía percibir el odio que tenía Alessa en su ser.

—Esta me la pagas Kaylee, recuerda muy bien que no sabes con quién te estás metiendo, eres una maldita, pronto nos veremos las caras y vas a pagar esto muy caro, me la pagaras con tu bastardo —respondió ella y colgó.

Respire hondamente y me levante de la mesa, las lágrimas comenzaron a caer solamente de imaginarme que Alessa le hiciera algo a mi hijo, Alexander se levantó de la mesa y me abrazo, sabía muy bien que hablar con esa mujer me ponía los pelos de punta.

—Tienes que calmarte Kay, ella te amenazo con hacerle algo a nuestro hijo, ¿cierto? —cuestiono él tomándome de las mejillas.

—Sí, tengo mucho miedo Alexander, esa mujer está loca y puede hacerle algo a Jacob, de verdad no sé qué hacer —respondí en ahogos, tenía mucho miedo.

—Calma, ella no le va a hacer nada a nuestro hijo, tengo que ir por Abbigail —espetó él abrazándome con fuerza.

El solo suspiro y me volvió abrazar, Isabelle estaba callada y nos miraba atentos, sostenía a Jacob mientras le daba su biberón ya dormido, un carraspeo salió de nana y nos miró atenta, nosotros solo la miramos.

—Alexander, hay algo que quiero decirte sobre Abby —comento Isabelle mirando serio a Alexander.

—¿Qué sucede nana? —cuestiono Alex confundido.

—Abbigail, no es tu hija Alexander —soltó de golpe Isabelle dejándonos a Alexander y a mí en shock completamente.

—¿Qué estás diciendo nana? —cuestiono Alexander dolido.

—Como lo escuchas, me entere hace poco que Abby no es hija de Alexander, sino de Dalton Banks, tu peor enemigo de la universidad —continuo Isabelle hablando.

Eso era un golpe muy bajo de parte de Alessa, si era cierto de que Abby no era hija de Alexander, él tenía que hacerle una prueba de ADN a la bebe para confirmar que no era su hija biológica, Alexander solo me soltó y se fue a encerrar a la habitación, aún no podía creer que Isabelle dijera eso, ¿cómo ella se había enterado?, ¿acaso había visto algo que Alexander no?

—Nana, ¿cómo te enteraste de que Abby no es hija de Alexander? —cuestione perpleja aún.

—Por una sencilla razón, mi niña, Abby no tiene el lunar que tiene Alexander y porque escuche una llamada de Alessa con Dalton, supe de mediato que ella le decía que no debía chantajearla con decirle a Alexander que la pequeña no era su hija —respondió Isabelle intentando no llorar.

SIEMPRE TUYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora