Capítulo 45.

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Después de salir de la gala, me acerqué a Dereck y le pedí que nos fuéramos, él solo accedió y nos fuimos a la mansión, yo solo quería estar en casa con mi bebe, el camino fue silencioso, aún pensaba en el beso de Alexander y demonios, al llegar a la casa solo bajamos y entre lo más rápido que pude, eran las 1:30 A.M., solo quería dormir.

Todos ya estaban durmiendo, subí a la habitación y Mía se encontraba dándole su biberón a Jacob mientras ella moría de sueño, le brinde una sonrisa al ver esa escena tan conmovedora.

—Kaylee ¿Estás bien? —cuestiono ella bostezando del sueño.

—Sí, solamente que me encontré con Alexander en la gala y nos besamos —confesé soltando un gran suspiro.

—¿Y la zorra de Alessa los vio? —cuestiono, ella perpleja.

—Sí, se volvió como loca —respondí frustrada.

—Yo sé que aún amas al idiota de mi hermano Kay, pero debes seguir adelante por mi sobrino y por ti también —dijo Mía abrazándome.

Respire hondamente y abrace a Mía, tome a Jacob en brazos y lo alimente con el biberón, ya que no debía darle aún pecho, por lo que bebí en la gala, es un bebe muy tragón, después me cambie la ropa y me fui a dormir, estaba muy cansada y mi cabeza tenía una va y ven de pensamientos por todo lo que había pasado con Alexander.

Me levanté con unos ruidos en la planta baja, me levante asustada y tome a Jacob en brazos dejándolo en su habitación, lo acomode en su cuna y baje a ver que pasaba, baje las escaleras y se podía oír la voz de alguien llorando, me asome un poco tras las columnas que había, para mi sorpresa era Alexander llorando y estaba bastante ebrio.

—Perdóname, papá, soy un idiota —dijo Alexander con su traje bastante desarreglado mientras estaba de rodillas, suplicándole a su padre perdón.

—Alexander, lo que hiciste no tiene perdón, te dijimos una y mil veces que no te casaras con esa mujer, Alessa es una mujer mala que solo estaba contigo por el dinero de la familia —respondió Gregg molesto.

Anny estaba llorando, desconsolada, y Mía abrazaba a su madre mientras Dereck únicamente estaba en silencio observando a su hermano, sabía que él estaba muy molesto con todo lo que Alexander había hecho.

—Lo lamento mucho, lamento haber sido un idiota con ustedes, los perdí a ustedes por mi estupidez y también la perdí a ella —dijo él llorando aún más.

—¿A quién te refieres a ella, Alexander? —cuestiono Gregg mirándolo sorprendido.

—Kaylee —espeto él en un hilo; —me enamore de esa mujer y lo peor es que me di cuenta tarde de eso, lo siento papá —añadió tomando su rostro entre sus manos.

Todos miraron a Alexander sorprendidos por su confesión, salí de donde estaba y me cerque más a ellos, Alexander al verme se levantó y me abrazo, quede inmóvil, pero lo abrace de vuelta, se notaba que había bebido mucho y después bajaron mis padres muy asustados, a ellos no les dio mucha gracia verlo allí, pero era la casa de sus padres y el nunca dejaría de ser hijo de Gregg y Anny.

—¿Qué sucede aquí? —cuestiono mi papá molesto.

—¿Qué hace Alexander aquí? —cuestiono mi mamá molesta.

—Esta sigue siendo la casa de sus padres, tiene todo el derecho de venir —espeté un poco molesta por la actitud de mis papás, aunque los entendía.

Alexander no me soltaba y todos estaban en silencio sin decir algo, yo lo abracé y él comenzó a llorar aún más, me dolía más a mí, que a él, verlo así, me metí en su cuello y olía a menta con licor mezclado.

SIEMPRE TUYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora