CAPÍTULO XVI

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Ajustaba su abrigo viendo el lote de apartamentos en el cual vivía, notó algo inusual en él que de inmediato la puso alerta, se trataba del auto en el que François la había ido a recoger, se acercó con sigilo escuchando sólo el taconeo que hacían sus zapatos, se acercó a la puerta del copiloto y lo vio en el interior totalmente dormido, lo observó varios segundos y se sonrió, le gustaba verlo ahí, a pesar que era algo sorpresivo, sin embargo cayó en cuenta que el imbécil de Julllian se encontraba en su casa, eso hizo que se apresurara a enviarle un mensaje.


09/04/2016 23:36 pm

Necesito que te vayas ya mismo a un hotel, después te explico.


Una vez le mandó el mensaje a Jullian si se dispuso a moverse hasta la puerta del piloto y le dio un golpecito en el vidrio, lo vio despertarse un poco sobresaltado, empezó a frotarse los ojos y cuando la vio le brindó una de sus hermosas sonrisas, él abrió la puerta y ella sólo pudo preguntarle con asombro qué estaba haciendo allí, después de todo lo había dejado hacía unas horas en su restaurante haciendo las veces de anfitrión.

-Quería verte -Le contestó François sonriente-Además a parte de la inauguración, te había invitado por otro motivo

Se acercó a ella, Rebecca negó con la cabeza, pero se abrazó a él, ¡diablos! ¿No podrían cambiar? ¿Volverían a lo de antes? Pero por qué eso no se sentía mal, al contrario al experimentar su calor mientras la rodeaba con su cuerpo era grandioso, le gustaba olerlo, saborearlo, perderse enteramente en él, pero no, no era bueno, no había salido bien, no podía acapararlo, esa lucha incesante entre su razón y sus sentimientos la mataba, sólo imperaba su estúpido corazón dando brinquitos porque él estaba allí con ella y no allá con toda esa gente.

»Además te dije que quiero que me consientas-Hizo una pausa-Me había prometido que dejaría de ser tan intenso, pero no puedo evitar extrañarte, no te vi por casi una semana-Se quejó consentido.

Si, era verdad, antes no podía estar ni un día lejos de él, prácticamente se habían mudado juntos, ella puso su frente en su hombro ¿qué iba a hacer con él? ¿Con ella misma?

-Lo siento...- Suspiró- No quería estar ahí, no conocía a nadie y estaba aburrida.

-Lo sé, quise presentarte a todos, pero sentí que no era lo que querías-Le dio un beso-Me prometí que vendría a verte y me iría, tan sólo abrázame un poco más.-Se aferró a ella le dio un beso en su cuello.

-¿Por qué te vas?-Se mordió el labio bajando la cabeza, no podía evitarlo, simplemente quería tenerlo cerca, ¿cómo no cometer los mismos errores del pasado? Era la pregunta constante en ella.

-¿No te importa?-Ella alzó su cabeza y lo miró con ojos de cachorro-Al demonio, corazón quiero estar contigo y no quiero seguir pensando que parezco un intenso total.

La abrazó y la alzó levemente, mientras caminaba con ella a la entrada y de ahí hasta los ascensores, Rebecca por un instante sintió pánico, esperaba que Jullian de verdad se hubiera ido, no lo había visto pasar y por eso se pregunta si habría visto su texto, su madre solía decirle "Rebecca no hagas cosas buenas que parezcan malas", en este caso aplicaba totalmente, no era como si estuviera escondiendo un amante, pero realmente no quería pelearse por nada en el mundo con François, de manera que lo único que se le ocurrió era esconder a Jullian.

Al llegar a su puerta, él la puso en el suelo esperando paciente porque ella abriera, Rebecca buscó entre sus cosas abriendo la puerta, entonces él la rodeó con sus brazos y volvió alzarla, ella le metió sus manos en su cabello y enterró su rostro en su cuello y lo olió, olía delicioso. Mientras ella hacía eso François se encaminaba hasta su habitación, bien que sabía en dónde quedaba, reprimió una mueca al recordar cuánto la había engañado, en ese instante se preguntó cómo habría hecho para que Bill Brown se prestara para sus juegos.

EL DÉCIMO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora