CAPÍTULO XXI

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Dejó la bebida en la mesa y a cambio lo miró a él, ambos seguían tensos, aunque no tanto como minutos antes y no era el baile lo que los había apaciguado se trataba más bien de esa certeza que aunque ellos no funcionaban se querían, eso no lo dudaba, simplemente llegaba un momento en que se preguntaba si eso bastaba.

Aún no se le agotaba aquello que llamaban esperanza, François con sus idas y vueltas era a quien más había querido en la vida, precisamente por eso le dolía tanto esos que eran ahora, dos personas llenas de silencio, de puntos suspensivos que se negaban a volverse un punto final. En ese instante más que extrañarlo a él, extrañaba la mujer que ella solía ser cuando estaban juntos.

No sus celos, eso no lo extrañaba y más que adjudicarle esa locura a él lo hacía con su incapacidad de haberse dado cuenta que tenía un problema hormonal, el caso es que eso no era lo que extrañaba, extrañaba la facilidad con la que podía decirle sus más oscuros secretos, confesarle sin pudor que gustaba de dos hombres, compartirle sus fantasías de tríos y exhibicionismo, era tan sencillo confesarse con él, pero ya no lo era.

La gente a su alrededor se divertía, pero ellos dos tenían rostros de funeral, muchas veces le reprochó a Jullian su cobardía, pero en ese instante se le antojaba salir huyendo, aunque supiera que habían cosas que necesitaban decirse, sin embargo a ese punto con François sentía que ambos estaban más allá de las palabras, se lo habían prometido todo y ahora ese todo parecía tan borroso.

Hace un año habría abrazado al hades sólo por quedarse con él, lo habría hecho todo, de hecho hacía poco estaba dispuesta a rebajarse al nivel de follamiga sólo para estar con él y ahora... Todo eso parecía tan poco. Jugueteó con la pajarilla del cóctel que se estaba tomando, François bebía agua, sabía que lo hacía por ella, sabía que ambos darían mucho por el otro, lo harían... Ese no era el problema.

El silencio si era el problema.

El silencio y el abismo.

-Quiero mostrarte algo,-Dijo de repente buscando los ojos de Rebecca, ella alzó su mirada y dejó su dedo quieto en el borde del vaso-quiero sacar algunos lienzos de mi taller y quiero que los veas antes-Jugueteo con la botella de agua parecía nervioso.

Ella asintió y volvió a bajar la mirada, durante un rato nuevamente fueron silencio, silencio en medio del ruido, lo cual era bastante paradójico, su trago se había aclimatado y sólo le había dado dos sorbos, no le provocaba nada.

-Hace muchísimos años, cuando aún era una adolescente escuché una canción, la introducción ponía: "para amarte necesito una razón y es difícil creer que no exista una más que este amor", ahora mismo yo busco más que esa razón.- Le habló eso suave, tan suave que dudaba que la escuchara porque a pesar que estaba muy cerca el uno del otro, ese lugar seguía siendo una discoteca donde todos se divertían menos ellos dos, ellos que buscaban su más.

-Para mí no es difícil creerlo,-habló él sorprendiéndola, al parecer sí había logrado oírla, pero hablaba en un tono similar al que ella había implementado por lo que tuvo que acercar su cabeza al centro de la mesa para poder oírlo mejor- cuando lo que siento por ti crece a medida que pasa el tiempo.

Rebecca volvió a asentirle, precisamente por eso es que le había recitado aquella canción, porque el amor era lo único que quedaba de ellos. De repente alguien se le arrojó en los muslos sacándola de esa intimidad que tenía con François, era Edna y Caroline les estaba sacando una fotografía, Rebecca de manera automática cambio su expresión triste por una de sus sonrisas de casting, después de todo qué eran las fotos sin sonrisas.

Luego Caroline se hizo a un lado tomando una selfie de las tres, ellas eran puro entusiasmo, Rebecca no, pero por ese instante fingió tenerlo, Caroline empezó a jalonearla parándola de la mesa, mientras se volvía a François disculpándose y prometiendo que se la devolvería, ella no sabía a dónde la llevaban casi arrastrada, pero pronto se dio cuenta que era a más bullicio y más gente que se divertía y no que fingía hacerlo.

EL DÉCIMO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora