CAPÍTULO XXXI

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Ahí les dejo capítulo nuevo, aunque si soy  honesta me tiene muy desmotivada porque ya no comentan ni siquiera para decir que no les gustó.

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Hedía a muchedumbre, a sudor, a axilas sin limpiar y el aire acondicionado ni siquiera funcionaba, ella apretaba uno de los sujeta brazos mientras permanecía de pie y notaba la ventana a lo lejos como avanzaban con velocidad, tenía pegada mucha gente, no era algo realmente nuevo, cuando te montabas a un metro era algo a lo que te exponías.

Sin embargo lo inusual fue sentir que unas manos se le deslizaban por la abertura de la falda, se giró indignada buscando al responsable y afortunadamente logró descubrir cómo nervioso se hacía el desentendido, entonces lo abofeteo fuerte ante el sonido del abucheo de los presentes.

Tan pronto como el metro se acercó a la estación más cercana se bajó aunque aún le faltaba un trayecto, mejor pagaba taxi y se evitaba los atropellos, le molestaba mucho que los hombres se sintieran con el derecho de tocar a una mujer sólo porque era bonita y vestía prendas ceñidas, al diablo, las mujeres deberían sentirse seguras en cualquier espacio.

Estaba realmente muy cabreada cuando llegó a su trabajo, pero antes de meterse al ascensor recordó ponerse su anillo, se lo había quitado sólo para evitar capturar la atención de los amigos de lo ajeno, también se cambió los zapatos y siguió órdenes de su incompetente jefe hasta que llegaron la 5 y fue hora de reunirse como de costumbre con Matthew, sin embargo cuando subió Brenda le anunció que Matthew no se encontraba, Rebecca se llevó la mano a la frente totalmente tensa, Brenda le sonrió y ella evitó mirarla o lo haría mal.

Le marcó a Matt y éste se limitó a decirle que estaba en una reunión, pero que lo esperara en Asador de Aranda, un restaurante que quedaba muy cerca en plena plaza de Castilla, a regañadientes fue y se sentó a esperarlo, el restaurante tenía un aire rústico, todo hecho de madera y mesas con manteles blancos, nada que se le pareciera a Santceloni, esa era la diferencia cuando un hombre te quería conquistar a cuando se trataba de una cita de trabajo, evidentemente en ese tiempo ella lo desconocía.

O bien podía ser que el Matthew Shepard que la había invitado a Santceloni se movilizaba en un Lamborghini, mientras que el que la invitaba allí lo hacía en un volvo, Rebecca negó con la cabeza y dejando de pensar tonterías extrajo un libro llamado el nombre del viento, era el último regalo de François por sus períodos, no era mucho de ese tipo de libros, pero intentaba leerlos por la afición que él tenía con Tolkien y era un estilo similar, a pesar que era de otro autor llamado Patrick Rothfuss, lo estuvo leyendo mientras esperaba a Matt.

Estaba concentrada leyendo cuando sintió el olor a cítricos y robles, se sonrió y alzó la mirada y lo encontró frente a ella corriendo su asiento, vestía tan impecable como de costumbre con una camisa vino tinto y un pantalón azul oscuro y su pelo engominado sin un cabello fuera de lugar, era realmente un hombre muy atractivo y dudaba que a pesar de su nueva situación sentimental ella dejara en algún momento de considerarlo, tendría que quedarse ciega y de todas maneras tendría el olfato que le llevaría su perfume a sus fosas nasales.

Lo vio mirar su Rolex y acto seguido mirarla.

-Siento haberte hecho esperar- Ella asintió dejando su libro a un lado- te complacerá saber que mi demora guardaba relación con los documentos que te entregaré- sacó algo de su maletín y lo deslizó por la mesa, Rebecca los miró por encima y volvió a mirarlo a los ojos- ¿ya comiste?

-No, te estaba esperando.

Él hizo un ademán llamando al mesero, hizo la orden para los dos y le dijo que le iba a gustar, que era mejor que la anguila, eso la hizo sonreírse, nunca se hubiese imaginado que Matthew recordara esos detalles. A veces a ella también le pasaba, sentía que hacía muy poco tiempo que habían salido juntos, a veces le ocurría, pero desechaba esos pensamientos que nada bueno le traían y no porque hubiese sido infeliz con él, de hecho todo lo contrario, pero no le servía de nada atormentarse, ambos habían tomado sus decisiones.

EL DÉCIMO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora