Tenías que ser tú.

Capítulo 3.

Narradora Emma.

Terminó de arreglarme el pelo, salgo del cuarto de baño y voy hasta el salón.

Es un poco duro no ver a Melani y que no esté enfadada porque me haya tirado más de un siglo en el baño.

Sonrío al recordarla y decido llamarla mientras voy de camino para la entrevista.

- Hola.-digo.

- Hola Emma. Te echo mucho de menos, sobre todo el no tener que esperar un siglo para entrar al baño.-dice y no puedo evitar reir.

-Yo también os echo mucho de menos y eso que sólo llevamos tres días.-digo con tristeza.

-¿Ya has conseguido trabajo?.-pregunta y me pongo sería.

-Voy ahora a una entrevista de trabajo. Me han dicho que es una empresa muy importante.-suspiro nerviosa y Melani se ríe.

-Los vas a dejar alucinados.-dice y yo sonrío.-Luego hablamos que voy a entrar ya al Instituto.-dice y le mando un beso.

Para cuando me quiero dar cuenta estoy enfrente de un gran edificio. Es enorme, todo de cristal y en medio unas letras rojas que ponen "James".

Antes de entrar me lo pienso muy bien. ¿Qué hace una chica como yo aquí?. Seguro que las personas que trabajan aquí tienen una carrera y yo solo un ciclo formativo en económicas. Decido entrar por no hacerle el feo a Mary y al entrar veo que todo es de color blanco y negro. Demasiado elegante para mi.

Llego hasta la recepción y veo a una chica bastante guapa y muy bien vestida.

- Buenos días, me llamo Emma González. Tenía una entrevista hoy.-digo y le doy la tarjeta que me dio Mary.

-Aqui no se hacen entrevistas.-dice y me mira con cara de asco.-Y menos a gente como tú.-vuelve a mirar a su ordenador y la ira se apodera de mi.

-Tengo una entrevista y usted va a llamar a quien sea y se lo va a decir.-digo enfadada y esta se levanta y me mira con una sonrisa falsa.

-Es verdad. Espera.-sale de detrás del mostrador y se pone a mi lado.-¡Seguridad!.-grita refiriéndose a unos hombres de la puerta y estos me miran.-Esta molestando, sacadla.-dice y se vuelve a sentar.

-¿Tanto te cuesta míralo?.-digo y uno de los hombres me coge del brazo.

-Demasiado.-dice y mira de nuevo su ordenador.

-Puedo yo sola.-digo y me suelto.

Salgo a la calle y de repente se escucha un relámpago. Maldigo y noto una gota en mi frente. Empieza a llover y me mojo entera. Decido sentarme en un banco enfrente del edificio y suspiro.

-Mama te juro que lo he intentado.-digo llorando y noto como alguien se sienta a mi lado.

-¿Estás bien?.-miro y veo a una mujer de la edad de mi madre un poco mas mayor.

-No la verdad. Tenía una entrevista allí.-digo y señalo el edificio.-Pero me echaron a patadas. La chica de recepción me trato fatal y yo solo quería que mirara en su ordenador con quien tenía yo que hablar porque tenía una entrevista. Ahora la voy a perder y ese trabajo me hace falta como el aire para respirar.-digo y no puedo parar de llorar.

La mujer me mira con lástima y sorpresa y me agarra del brazo.

-Ven.-dice y me levanta poniéndome debajo de su paraguas.-Vamos a entrar.

-No por favor. No quiero hacer más el ridículo.-digo y me giro.

-Tranquila no lo vas hacer.-dice y me lleva con ella.

Entramos y la chica al verme se levanta.

- Buenos días señora James.-dice con una sonrisa y yo me sorprendo. Ella es la dueña.-¿Otra vez tú aquí?.-dice mirándome enfadada.-Y encima estas mojada.

-Traele algo para que pueda secarse.-dice sería la señora James y está asiente sin rechistar.

En menos de cinco minutos vuelve con una toalla y me la da con una sonrisa falsa.

-Gracias.-digo en un susurro y está mira a la señora James.

-¿Algo más señora?.-pregunta y está sonrie.

-Sí, recoge tus cosas, estas despedida.-dice con una sonrisa, me coge del brazo y empezamos andar hasta el ascensor.

Nos montamos y la señora James me mira.

-Ya no te molestará más. Soy Sofía James, una de las dueñas de esta empresa.-sonrie y me da la mano.

-Encantada.-digo sorprendida, le soy la mano y me sonríe.