Tenías que ser tú.

Capítulo 38

Narradora Emma.

-Toma.-dice Stephen preocupado y me bebo el agua.

-Gracias.-digo con una sonrisa.

-¿Quieres que vayamos al médico? Me has dejado preocupado.-dice y yo niego.

-No de verdad, estoy bien seguramente algo me habrá sentado mal. Pero no te preocupes.-digo y le sonrío.

-Bueno vale pero quiero que me prometas que si te sientes otra vez mal vayas al médico y sobre todo conmigo.-me río y asiento.

-Te lo prometo.-digo, le doy mi meñique y él el suyo.

-¿Hacemos macarrones gratinados?.-pregunto mientras entramos al supermercado.

-Me parece una cena perfecta.-dice sonriendo y coge un carrito.

-Bueno y ¿como te va con Carlos?.-pregunta sorprendiéndome y lo miro.

-Bien, es un buen amigo me ayuda con todo. Me estoy quedando en su casa ahora.-digo y este me mira serio.-Su novio ha salido de viaje porque es piloto y me pidió que lo cuidara y es mejor cuidarlo de cerca.-digo y este frunce el ceño.

-¿Novio?.-pregunta y me río.

-Si, Carlos es gay.-digo y este se relaja y hace que sienta algo en mi interior. Carlos tenía razón, Stephen sentía celos.

-Listo.-digo y cojo los macarrones.-Ahora diez minutos en el horno y a comer.-este me mira con una sonrisa y se acerca a mi.

-Eres buena cocinera.-dice y noto como me empiezo a poner roja al ver como se acerca.-Aunque un poquito sucia.-dice y yo frunzo el ceño.-No sabia que para hacer unos macarrones gratinados también había que echarse tomate en la nariz.-se ríe, yo abro mucho los ojos y me limpio muy rápido la nariz.-Todavía tienes un poco.-dice y se acerca a mi. Me agarra de la barbilla y hace que lo mire. Con su dedo toca mi nariz muy despacio y siento su respiración chocar con mis labios.-Yasta.-dice en un susurro. Este se acerca poco a poco hacia mi y yo hago lo mismo hasta el punto de que nuestros labios se rozan pero en ese momento el timbre suena y nos separamos.

-Ve abrir.-digo, este asiente y se va. Respiro hondo y me apoyo en la encimera.-Dios mío.-digo y me toco los labios.

Narrador Stephen.

De camino a la puerta me toco los labios y cierro los ojos ¿qué me pasa?.

Llego a la puerta y la abro y al abrirla me encuentro con Fernanda.

-Hola amor.-dice y me abraza.

-¿Qué haces aquí?.-pregunto y esta pasa sin preguntarme.

-Es de niños chicos estar enfadados, por eso he decidido venir y olvidarlo todo. Quiero estar contigo.-me abraza por el cuello y le quito los brazos.

-No quiero hablar ahora.-digo y ella levanta las cejas y en ese momento Emma sale de la cocina. Fernanda se gira y al verla se ríe.

-¿Esto será una broma no?.-pregunta y yo la miro.-Vete de aquí ahora mismo asquerosa.-dice y Emma abre mucho los ojos y veo como sus ojos se llenan de rabia.

-¿Cómo me has llamado?.-pregunta furiosa y yo me pongo en medio.

-Fernanda por favor.-digo y esta me mira.

-O le dices que se largue o me pierdes para siempre Stephen.-dice y frunzo el ceño. Miro a Emma y esta asiente.

-No te preocupes.-dice y coge su bolso.-Adiós Stephen.-dice y se va dejándome sin palabras.

-Emma.-empiezo a decir e intento ir detrás de ella pero Fernanda me agarra.

-Olvídate de ir detrás de ella Stephen.-me suelto y me río.

-Te quiero fuera de mi vida Fernanda.-digo y esta abre mucho los ojos.

-¿Cómo?.-pregunta y yo suspiro.

-No te quiero, no estoy enamorado de ti Fernanda. Me he dado cuenta que lo nuestro nunca funcionaría.-esta empieza a reírse y me mira con odio.

-Es por la asquerosa esa.-dice y yo niego.

-No, es por mi, porque no te amo Fernanda.

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