Phoebe
•12 de Septiembre.
Escucho caer unas cuantas gotas sobre una tinaja, unos perros ladrar a lo lejos como si estuvieran persiguiendo a alguien. Con la palma de mis manos puedo sentir la superficie áspera en la que estoy acostada. Me intento poner de pie pero una extraña fuerza me tiene presa, solo puedo mover un poco mis manos, pero el resto de mi cuerpo está inmóvil sin poder moverme un solo centímetro.
Llevo unos cinco minutos aquí, y ya comienzo a desesperarme, puede que no haya nada aterrador pero mi mente me traiciona y me trae muchas malas ideas. Por ejemplo aquella mujer que me he encontrado en la cabaña. Pero esta no es la cabaña, las paredes son de ladrillo, no hay ventanas aquí, excepto por la pequeña abertura en la parte superior de una de las paredes, supongo que para que el aire fluya por la habitación.
Los músculos se me tensan cuando escucho movimiento fuera de las paredes, un extraño sonido se acerca cada vez más, como el de cadenas arrastrándose y quejidos desgarradores.
Miro de reojo a mi derecha y puedo ver unas aspas blancas, salgo poco a poco del trance y me doy cuenta de que estoy en el techo de la habitación, sujeta por sombras oscuras que se arremolinan en mis piernas y brazos.
Escucho una puerta rechinar y un quejido, los vellos de mi cuerpo se erizan por completo, el terror me invade cuando a la habitación se introduce una mujer con la columna partida hacia atrás, con el pelo tapando su rostro, en sus muñecas tiene grilletes que le producen unas heridas graves bañadas en sangre.
La mujer grita desesperadamente y no puedo evitar soltar un chillido y se gira inmediatamente en mi dirección. Parece que no puede ver, pero su sentido de la audición está muy atento y el mínimo ruido que haga la puede atraer.
Dejó de buscarme y se acercó a una mesita negra en una esquina, en la cual habían muchos frascos con pequeños bultos oscuros dentro, flotando en un líquido espeso.
Los arrojó todos al suelo lanzando más gritos, y repetía de manera constante una sola palabra Rix, Rix, Rix...
Cerré los ojos intentando despertar, pero mis intentos eran en vano, al abrirlos estaba en el mismo sitio atada al techo. Sin importarme nada cerré los ojos una vez más, luego solté un grito y caí desde donde estaba atada, caí de frente puse las manos enfrente para no golpear mi rostro. la mujer se giro hacia mi y me espante. Me puse de pie en un instante y corrí hasta la puerta negra por la que entró.
Cuando salí una luz muy resplandeciente me cegó unos instantes, luego me fui acostumbrando y a mi alrededor pude observar la gran cantidad de arbustos verdes que adornaban la entrada hasta una gran mansión. Mire atrás y ya no estaba la puerta, ni la mujer.
No pude evitar caminar hasta aquella mansión. El piso era de concreto con diversas formas que hacían de aquel sendero una verdadera obra de arte.
A unos cuantos escalones para subir al portal de la mansión, escuché el llanto de un bebé detrás de mi, me gire despacio y puse mis ojos sobre el césped del jardín. Sobre una canasta crema estaba el pequeño cuerpo del infante envuelto en telas blancas. Me acerque y pude notar algo aterrador. El cuerpo estaba disecado, la piel pegada a los huesitos de color oscuro, como si tuviera décadas así.
Levanté la mirada y al final estaba parada una mujer, desde aquí podía oírla llorar. La mujer se escondió tras unas pilastras en la entrada del jardín. Me escondí tras unos arbustos y una mujer gorda salió y se acerco a la canasta.
Me escondí un poco, al volver a mirar no habia nada, ni siquiera la canasta con el pequeño bulto dentro, sentí muchísimo frío en ese instante y noté algo mojado bajo mis pies, un lago de sangre brotaba, llenando cada parte del jardín, me puse de pie y caminé hasta la puerta de la mansión.
Cuando iba a girar la perilla de la puerta escuché un susurro detrás de mi oreja, así como alguien lamentándose, cada parte de mi piel se erizó y me quede congelada. Las puertas se abrieron sin que yo las empujara, habían decenas de personas decapitadas por las escaleras y a lo largo del pasillo principal.
ESTÁS LEYENDO
Siluetas
Teen FictionPhoebe es una chica de 17 años, llena de temores, como muchas chicas a su edad. Lo que no creerás es que a pesar de nacer en 2021 se encuentra atrapada en 1975. Intenta recordar los hechos que la llevaron a llegar hasta esa época. Adentrándose por c...