— ¿Hace falta que te lo repita? ¿o no entiendes mi idioma? — se atrevió a vacilarme con la impasibilidad reflejándose en su rostro.
No podía creermelo, esto nadie era capaz de hacérmelo. Respiré y me repetí que este mongolo de mierda no me conocía, antes de decir:
— No tranquilo, sé entender tus ladridos. Sin embargo, si sabes chino esto será más interesante — le sonreí cínicamente.
Pude percibir como los músculos de su mandíbula se tensaban, le quedaba de perilla el papel de machote agresivo. Aunque, conmigo no servía. Menos teniendo ese rubio absorbiéndole las neuronas.
— Buenos días — masculló el profesor desde la puerta con cierto enojo —. Señor Horan haga el favor de tomar asiento — ordenó el viejo cascarrabias al rubio.
Me dedicó una oscura mirada antes de girarse y sentarse dos asientos por delante. Me senté sobre la silla y alcé mi mirada con superioridad; Roxanna 1 - Ken 0.
Aclararé una cosa: ¿Sabéis lo del amor a primera vista? Pues a mí me pasaba con el odio. Podía odiar a una persona tan solo con verla, y este rubio con aires de chulo no era una excepción.
[...]
Las horas pasaron jodidamente lentas. Al sonar el timbre todos corrieron como un rebaño hacia el campus, sin embargo, yo recogí mis cosas sin prisas. De todas maneras no quería estar rodeada de escoria al ir a la cafetería.
Metí el último cuaderno en mi bolso y llevé este a mi hombro. Crucé el umbral de la puerta, con la mirada centrada en mis pies, me gustaba pisar baldosas impares. Determinando cada paso. Una tontería, pero hacía crecer una sensación de bienestar en mí.
— ¿Se puede saber quién coño te has creído? — cuestionó su áspera voz a mis espaldas. Seguí caminando.
— Roxanna Willson, ¿acaso no has escuchado al profesor pasar lista? — escupí sin dejar de contar las baldosas. Si lo pensaba bien, cada baldoza me alejaba más de la defectuosa reproducción de Ken. Bueno, eso creía hasta que escuché sus pasos seguirme.
— No sabes con quién estás hablando — sentí su aliento colisionar con la piel de mi cuello antes de que me diera la vuelta y me posicionara contra la pared. Mi respiración se aceleró, fue casi automático que mi mano impactara contra su rostro.
— Me la suda con quién esté hablando, pero no me vuelvas a tocar ni un sólo pelo si no quieres que tus testículos sufran las consecuencias — susurré con dureza. Sus pupilas se dilataron a la vez que su rostro tomaba un color rojo. Estaba furioso y me alegraba por ello.
El maravilloso silencio fue roto por unos gritos familiares. Aparté al rubio de bote sintiendo como mis manos se derretían con el calor de su pecho en el contacto.
— ¡Roxanna! — Sky se acercó frenética a mi lado —. ¿Qué estás haciendo con él? — murmuró en un tono casi inaudible a mi lado. Yo seguía matando con la mirada al rubio, al igual que él me dedicaba su apreciado odio de la misma manera.
Me sorprendía el pavor con el que hablaba Sky. Ella se quedó demasiado tiempo observándolo hasta que él la fulminó con la mirada.
— Lo siento Niall, nosotras ya n-nos íbamos a la cafeterí-ía — balbuceaba la pelirroja. Sus manos tiraron de mis muñecas antes de que yo me zafara de su agarre.
— ¿No te han dicho que no debes hablar con extraños? — pregunté sin ningún interés, pero con la finalidad de que con suerte pillara la indirecta, y me dejara en paz. No me conocía de nada, no entiendo como podía tratarme con tanta confianza y darme órdenes a su gusto. Tal vez su actitud era aprobada por los demás, sin duda ella se veía como la típica que caía bien a todos. Pero a mí no me gustaba su actitud.
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Reckless - nh au #1
FanficRoxanna Willson, una chica que creció sin el cariño de su madre se ve obligada a ir al pueblo donde vivió su infancia y donde recobrará el deseo de cumplir su sueño. Sin embargo, los sucesos del pasado y una incógnita sin resolver harán que sus plan...