Capítulo 37

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Seguramente está sea la sensación de estar envuelta en una cortina nebulosa, nebulosa como los sueños. Porque esto me parecía eso, un nubloso sueño, una imagen efímera en el tiempo y que quizás sea mentira, producto de mi imaginación. Probablemente el imaginarme tantas veces este momento, y pensármelo como algo tétrico como te lo muestran en las películas o en las series de CSI había hecho que lo que estaba viviendo en este instante me descolocara de tal drástica manera. Dios. Sin embargo, puedo asimilar estar en un mismísimo evento de alta clase y no en un callejón frente a un tío amenazándome con una pistola, pero, que Mack sea Roger. O que Roger sea Mack, lo siento, pero estaba por encima de mis capacidades. Yo quería irme, quería huir para poder planear algo. Pensar un poco esto. ¡No tenía ni pies ni cabeza aquello!

Las luces de unos focos lo iluminan a su paso, mucha gente se levanta para saludarlo y él con su déspota sonrisa les choca las manos, además de desearles una buena velada. Se acerca, lo hace seguido por... ¡No, lo que me faltaba! Está allí también, Veronica caminaba flamante detrás de su padre. Suspiro, si ante tenía nervios ahora tengo asco. La bilis se arrastra subiendo por mi garganta cuando veo las tres sillas vacías en nuestra mesa. De reojo miro a Niall, esperando que él piense lo mismo que yo. Se le ve tan apurado. Mis ojos no consiguen mantener conexión con los suyos antes de que, como ya me esperaba, Mack y Veronica se sentaran en dos de las tres sillas anteriormente vacías. Me siento recta sobre la silla, mi mirada escanea la cara de Veronica con asco, ella disfruta con esto, sonríe con despotismo ante de sentarse al lado de su padre. Éste me mira de pie aún estirando su americana para después saludar con su mano a toda la gente de la carpa, todos con los ojos en nuestra mesa.

Desvío mi atención un momento de ellos al sentir una mano cálida acariciar mi muslo. Sonrió al encontrarme con los ojos de Niall mirándome, se acerca a mi oído - aún sabiendo que nuestros nuevos dos acompañantes nos miran desde el otro lado de la mesa circular -. Sus palabras salen con lentitud acariciendo mi piel.

— ¿Qué coño hace esa tía aquí? Sino me equivoco era la que estaba con nosotros en la pista de disparo — mis ojos se desvían a Veronica quien nos observa con veneno. Asiento, agacho mi rostro y ladeo mi cabeza para que Mack y Verónica no puedan ver las palabras que voy a gesticular.

— ¡Yo los conozco! — susurro con fuerza. El rubio frunce el ceño y sus labios articular un no me jodas — Larga historia.

Nos miramos a los ojos por unos pocos segundos. Él me intenta decir algo, yo intento escucharlo. Pero hace tanto ruido aquí.

— Buenas noches parejita — escucho la voz de Mack. Poco a poco fijo mi mirada en él siéndome indiferente la presencia de la rubia oxigenada —. Encantado de verla de nuevo, Roxanna Willson.

— ¿De nuevo? — cuestiona Niall reclamando a Mack una respuesta.

— Así es querido Niall, un tipo como yo siempre tiene que tener dos caras. O más — habla sin preámbulos mientras observo como sus manos se entrelazan sobre la mesa.

— No me habías contado nada de esto. — gruñe Niall, como si yo no estuviera aquí. Como si nadie estuviera y en cualquier momento saltara para matar a Mack. Intento pellizcar mi muslo con mis dedos torpes, aún con la esperanza de que esto sólo sea un sueño. Pero no lo es.

— Tú tampoco me has contado donde demonios está el bastardo de tu padre.

— Ya te he dicho que no se nada de él, joder — la mandíbula de Niall se tensa y me siento en la obligación de acariciar el dorso de su mano, tranquilizándole.

— Espero que esa sea la razón por la cual no se encuentra sentado en esa silla. Sino... sino ésta noche acabará mal — escucho como ríe Verónica con su estridente timbre de voz.

Reckless - nh au #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora