Capítulo 19

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Ya eran las siete y media de la mañana, me había preparado para ir al instituto, desayunado y metido en la mochila únicamente un cuaderno junto con un pequeño estuche, el cual estaba lleno de garabatos y dibujos de mierda.

Brad seguía dormido, lo envidio, yo tenía un sueño de cojones, mis pies caminaban sin opción alguna hacia mi coche. Todo era tan rutinario, que asco.

Entro en el coche y enciendo la radio, abro las ventanillas. Como siempre el sol esta empezando a calentar y en menos de nada habrá un calor de mil demonios.

Entre acelerones y semáforos de mierda que se ponen en rojo justo cuando me toca a mí estar delante de sus narices, emprendo el camino hasta las clases. Aunque mi atención estuviera puesta en la carretera, mi cabeza estaba ausente, había aceptado el trato que me había ofrecido Brad, por muy raro que me hubiera parecido, no pude resistirme. Era la primera vez que el cabezota de mi padre se dignaba a dar un poco de tiempo a mi sueño, él sabía que yo deseaba ser como mamá. Lo sabía.

Además, espero que con la buena apariencia que le estaba dando a mi padre, no se tomara a pulso firmar el permiso, y es que ya estábamos a Jueves y el Lunes tendría que entregarlo.

Debía ir a ese concurso, no por el premio, si no por puro disfrute y demostrar que la perdida de mi madre no fue en vano. Aparté los pensamientos a un lado al llegar al parking del campus, aparqué el coche lo más alejado posible.

Coloqué la mochila a un hombro y salí cerrando el seguro. Sobre el techo del coche, divisé a grupito de chicas al lado de la puerta, oh genial. Rodeé el coche y empecé a caminar, a cada paso que me acercaba simulaba en mi cabeza lo que pasaría al pasar por delante de esas guarras, no estaba segura de si podría controlarme ante algún insulto, y debería controlarme, por lo menos hasta el Lunes. Respiré, cogí aire hondamente y lo solte de a poco.

— Hey nena — una voz ronca dijo a mi lado, giré mi cabeza mientras seguía caminando para encontrarme con los rulos de Harry. Su rostro tenía una sonrisa arrogante, como siempre, sin embargo, el tono de su voz era diferente —. ¿Cómo estás?

— Bien, ¿a qué se debe tu preocupación? — contesto frunciendo mi ceño.

— Por lo de la otra noche — murmura.

— Oh, ya... gracias — susurro antes de que él alborote mi pelo y decida adelantarme.

[...]

Las tres primeras horas pasaron como siempre, torturosamente lentas, había intentado mostrar un poco más de interés a las clases, pero eran una mierda, simplemente yo no servía para esto. Encima, Sky se había sentado a mi lado y no dejaba de hablar y contarme cosas que me la sudaban un poco sobre moda, los chicos que le gustan... auténticamente desesperante.

Agarré mis cosas y salí de clases al escuchar la campana que indicaba el descanso. Nada más salir en un pasillo lateral estaba Niall besándose intensamente con la náriz amorfa de Katie. Que bonita pareja. Tal para cual.

Seguí mi carrerilla hasta el comedor, hoy había pizza y quería mi ración urgentemente, tenía un hambre de cojones. Al entrar divisé a Liam esperándome en su mismo sitio de siempre junto con Molly, hice un intento de sonrisa y me acerqué a ellos.

— Buenos días — contestan a la vez.

— Hola — no pensaba decir "buenos días" cuando me parecían una mierda como el resto de los días del puñetero calendario.

La comida transcurrió en un periódo de diez minutos más o menos, todo el mundo alardeaba de sus anécdotas y sucesos grandiosos que le habían ocurrido el día anterior. ¿No se enteraban de que me importaba una grandísima mierda sus vidas?

Reckless - nh au #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora