Capítulo 8

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Mi bolígrafo se tambaleaba sobre el pupitre como muestra de mis nervios, nunca fui una persona que se pudiera estar quieta, sentía que perdía mi tiempo.

Faltaba menos de cinco minutos para que el receso comenzara y poder alejarme del rubio de bote que se había acoplado a mi lado esta mañana. Las horas con él se pasaban lentas, terriblemente lentas. No dejaba de mirarme de reojo y sonreír, por primera vez estaba empezando a tenerle miedo. Sus ojos tenían ese oscuro vacío de dolor y soledad que tanto había experimentado yo durante mi vida, además de algo más que no pude descifrar. Cada dos por tres alborotaba su pelo con una de sus manos y hacía que la esencia de su perfume volara a nuestro alrededor, me encantaba su perfume, lo único.

Nada más.

El primer síntoma de una adicción es el no aceptarlo Roxanna.

La vocecita que parloteaba en mi interior cada dos por tres me tenía harta, siempre haciéndome dudar. Seguía haciendo sonar la tapa de mi bolígrafo contra el pupitre,  el único sonido que me mantenía concentrada. Con los pies en la tierra.

— Me pones nervioso joder — masculla el rubio posando la palma de su mano sobre la mía, impidiendo que siguiera haciendo ruido. Una extraña corriente se transportó desde mi mano hasta mi pecho. Mierda, ¿por qué tenía que tocarme?

La gente empezó a levantarse de sus pupitres y no me di cuenta del momento en que nos quedamos a solas en la clase. Busqué conectar mis ojos con los suyos. Él todavía tenía su mano sobre la mía, y yo necesitaba mi mano para recoger mis cosas.

— ¿Me la devuelves? — enarqué una ceja.

— Emm...oh sí... ya...ya te la devuelvo — sonrió.

En cero coma ya se había largado del aula, ¿se había puesto nervioso? Al parecer Toby tiene sentimientos. Reí mientras guardaba mis cosas dentro de la mochila. Llegué a la cafetería, como siempre estaba abarrotada y todos los estudiantes se dividían por estatus sociales que nunca conseguirá entender.

— ¡Rox!

Giré sobre mis talones, Molly estaba sentada junto a su hermano, Liam. Sky no se encontraba, tampoco había asistido a clase y por una parte lo agradecía, no era mala chica ni nada, al contrario, pero era una cotorra y no había nadie quien pudiera callarla.

— ¿Resaca? — cuestiona Molly pasándome una ensalada.

— Gracias, la resaca de anoche no fue nada con aguantar a Niall esta mañana — me siento frente a Liam, al lado de Molly.

— ¿Te sentaste a su lado? — pregunta atónito Liam, eso provoca que lo mire mal ¿cómo podía pensar que yo me sentaría con tal enclenque?

— Liam, me decepcionas — murmuro para meterme un poco de ensalada en la boca.

— ¿Él se sentó a tu lado? — preguntó obvia Molly para estallar a carcajadas —. El muy idiota sólo intenta intimidarte, igual que co- se quedó muda, miré su rostro donde un color rojizo coloreaba sus mejilla.

— ¿Qué...?

— Nada Roxanna, cosas del pasado — masculla con fuerza Liam, llamándole la atención a su hermama con una mirada de represalia.

Aquí todo puto mundo ocultaba cosas, lo odiaba, ellos sabían de mí y sin embargo yo absolutamente nada de ellos. Nos quedamos en silencio y yo seguí acabando mi ensalada. Unas carcajadas peores que las de Sky aturdieron mis sentidos. Tanto Liam, como Molly y yo buscamos el origen del sonido con nuestra mirada, y como no, la zorra de la carrera de anoche, la del baile ordinario de caderas para ser exacta. Estaba sentada sobre Niall, junto con todos sus amiguitos riéndose, en una mesa aislada al resto.

Reckless - nh au #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora