Capítulo 27

3K 172 46
                                    

Todo lo que dices,

Es solo una mentira.

Y nosotros suponíamos ser algo,

Que no éramos.

Solo quiero cambiar completamente,

Y firmar con nuestro nombre después del punto.

No lo niegues, lo has conseguido

Este es nuestro aviso, eso es todo.

Ahora, ¿saldrá el sol esta noche?

Porque tus ojos se incendian brillantemente.

Y soy yo todo lo que conseguiste.

Cuando dices que soy tuya,

Quieres todo.

|All Eyes - Imagine Dragons|

Roxanna

En el mismo instante en que mi pie pisó la estancia fuera de la clase, no pude evitar ensanchar mi sonrisa.

— ¡Dereck capullo! — exclamé abalanzándome sobre él.

— ¿Qué pequeña, me echabas de menos? — dice juguetón a la vez que se quita la gorra del uniforme policial y la coloca sobre mi cabeza.

— Mierda sí... — él asiente con una sonrisa en la cara, le dice a su acompañante que ya se puede ir y nos quedamos sólos. Aún no puedo dejar de observarlo asombrada, está aquí. Ahora —. ¿Y tú a mí? Admite que Montana no es lo mismo sin Roxanna.

— La verdad que no, ahora en la prisión sólo metemos a borrachos cincuentones, sin embargo antes cada dos por tres teníamos que acudir a dónde quiera que fueras que estabas haciendo de las tuyas... — a la vez que habla en su rostro se forma una sonrisa.

Empezamos a caminar fuera del campus, Dereck me avisa de que me invitará a un donut en la cafetería y no se lo niego. Recuerdos de como lo conocí llegan a mi mente, una forma un tanto peculiar: Él era el pobre que le tocó cubrir los turnos extras en la comisaría, pasó de atender gatos atrapados en un árbol a tener que descubrir en que parte de mi ropa escondía las bolsitas de crack. Fue tantas las veces que estuve entre los barrotes con él vigilándome que le fue imposible no tablar conversación conmigo. Pasó el tiempo, y con ello nuestra relación de policía-niña descontrolada, pasó a ser de colegas.

Tuvimos que hacer como si nos odiaramos cuando le tocaba ir a calmar los caos que yo ocasionaba en Montana. Lo pasabamos bien fingiendo ser enemigos. De alguna manera a Dereck le debo mucho, me ha salvado el culo muchas veces arriesgándose a perder su empleo. Por otro lado, mi padre conoció a Dereck, pensó que sería buena idea que su hija hiciera migas con alguien legal.

A fecha de hoy sigue esperando cambios.

— ¿De chocolate? — cuestiona Dereck con los codos sobre la barra mientras intento subirme a un taburete. ¿Por qué mierdas los hacían tan altos?

— Claro.

Consigo sentarme. Él coge asiento a mi lado, esperamos que nos traigan las bebidas que pide Dereck. Doy un gran mordisco al donut que la señora me deja en frente.

— Y bueno pequeña... alguna novedad... otro policía con el cual reemplazarme — dice mientras se pasa la mano por su cobrizo cabello.

— No, de momento — escucho como se ríe —. ¿A qué se debe tu visita?

Reckless - nh au #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora