Reckless - nh au #1

Capítulo 25 (III)

El dolor de cabeza era terrible. Con dificultad pude abrir mis ojos, estaba en la enfermería del instituto, una sala mayoritariamente de color blanco y tonos azules, en frente de mi había tres encimeras blancas acompañadas de una lavamanos. A mi lado izquierdo estaba el suero que me había colocado y detrás de él una nevera donde se colocaban los medicamentos que necesitaban una conservación en frío. A mi derecha un sillón individual, ocupado por nadie.

Lleve mis manos a mi cabeza con cuidado, ya que me estaban inyectando suero por intravenosa, creo que por eso estoy tan cansada. Por la puerta entra una enfermera, me mira perpleja.

— Ya te has levantado... — murmura. Se da la vuelta y vuelve a salir de la sala. El pitido de una estúpida máquina a mi lado me esta sacando de los nervios. Miro de reojo y encuentro el enchufe, gruño mientras me estiro para desconectarla. Mucho mejor.

— Rox... — por la puerta aparece mi padre. No está sorprendido, no es la primera vez que me ve en este estado.

— ¿Qué haces aquí? — pregunto arisca.

— Estaba hablando con Mike, cuando escuchamos a la ambulacia acercándose al instituto... entonces ya supe que tú tenías que ver en esto — suspira.

—¿Qué hacías hablando con mi profesor de mecánica? — frunzo el ceño.

— Le vine a entregar el permiso Roxanna — sus ojos llorosos me miran; la viva imagen de un padre decepcionado.

— Ah... — mi mirada observa toda la sala intentando cambiar de tema.

La he cagado, sin embargo yo ne le pedí que viniera a entregar nada, nada de esto hubiera pasado si me lo hubiera firmado desde el principio, yo me hubiera calmado y no habría... ¿qué le hice a Katie?

— ¿Por qué vino la ambulancia? — cuestiono sentándome al borde de la camilla.

— Dejaste inconsciente a la muchacha, Roxanna.

— ¿O sea que no sufrió? ¡Mierda! — sonrío mientras me quito la vía del suero.

— ¡Roxanna qué haces! — grita escandalizado mi padre.

— Largarme de esta mierda — declaro sin preámbulos —. ¿Qué me pasó a mí?

— Eso... eso es algo más complicado — titubea mirando con espanto como la vía sale de mi piel —. Tendrás que ir hacerte unas analíticas, probablemente el Miércoles. Te desmayaste.

Entonces recuerdo como terminé aquí. Sonrío como gilipollas. Recogo mis pertenencias, me falta el gorro que no tengo ni puta idea de dónde puede estar, supongo que lo habré perdido. Mi padre ha salido de la enfermería para avisar de que ya nos vamos. No espero el permiso de nadie y salgo detrás de él, el pasillo del instituto está vacío, miro mi reloj, las tres de la tarde. Normal, se han acabado las clases. Encuentro a mi padre en recepción hablando con Lauren amigablemente, para mi sorpresa está acompañada por sus hijos, Liam y Molly.

— Te espero en el coche — anuncio a mi padre pasando de largo.

Cuando estoy lo suficientemente alejada unos pasos corretean hasta donde estoy yo, agarra mi mano y me hace parar. Liam se coloca frente a mí, analiza mi rostro en silencio.

— ¿Estás bien?

— Perfecta.

Sigo caminando.

— Roxanna — vuelve a tirar de mi brazo.

— ¡¿Qué?! — grito.

— Cuidado con lo que haces — habla a mis espaldas. Pienso si contestarle, pero finalmente elijo salir de su agarre y seguir caminando.