Capítulo 5

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En un silencio sepulcral esperé la respuesta de Brad. Pero no la obtuve. Antes de que este pudiera vocalizar palabra el timbre sonó, y éste huyó de mi pregunta corriendo a abrir la puerta. Sin embargo, tengo todo el tiempo del mundo para volverle a preguntar lo mismo, y no me valdrá que esquive la respuesta a mis dudas. Paso de vivir con mentiras, claramente si esconde algo es porque no quiere que lo sepa, y si eso es así es porque tiene miedo. Y su miedo siempre fue límite de mis ambiciones.

— ¡Brad cuánto tiempo! — una voz femenina se escuchó desde la entrada.

— ¡Lauren!

Dejé mi plato en el fregadero, y salí de la cocina, encontrándome con la secretaria -ahora Lauren- entrando en casa acompañada de Molly. Yo ya me temía que estas dos eran familia.

— ¡Oh, mira aquí está Roxanna! — la voz de sorpresa de Lauren hace vibrar mis oídos.

— Por lo visto ya se conocen — dice mi padre mientras se rasca la nuca, joder sí que se avergüenza de mí. Podría disimular.

— Hola Rox  — me sonríe Molly. Enseguida Brad y Lauren empieza una conversación ajena a nosotras.

— Hola — sí, se lo cortante que puedo llegar a ser.

Me doy media vuelta, y subo peldaño a peldaño las escaleras.

— Roxanna, ve con Molly a tu cuarto — dice mi padre cuando percibe que intentó escaquearme, y que me de órdenes me irrita, pero ya lo sabe y por lo visto le da igual.

Asiento, y Molly me sigue hasta mi habitación. Nada más entrar a mi cuarto noto como sus ojos observan cada rincón de ésta.

— No ha cambiado nada — habla Molly.

— Ya ves — me recuesto en mi cama.

— Mi hermano me dijo lo que pasó en mecánica — fija sus ojos con los míos —. No deberías llevarte tan mal con Niall, no te conviene.

Escuchar su nombre me irritaba. Pero por lo visto tendría que acostumbrarme a estas charlas que bien podrían ahorrarse.

— ¿Tanto miedo le tienes? — reí sarcástica.

Era patético tener miedo a un mechas rubias porque tenga dos o tres antecedentes de primer grado, seguramento haya hecho esas chorraditas para agrandar su ego. Ego que me producía arcadas nada más verlo, era tan arrogante la expresión de su ceño. Mantenía su mirada por encima de tu hombro, como si fuera superior; como si todos le temieran.

— Debería — responde Molly, la cual observa las fotos que están colgadas en una de las paredes —. Todo aquel que se acerca a Niall termina desapareciéndo así como si nada, como si todo lo que tenga que ver con Niall se desvaneciera — vuelve a fijar su mirada en mí.

— ¿Qué hay de sus amiguitos?

— Oh, querida Roxanna, esos no son amiguitos que tú hagas el primer día de clase — arqueo una ceja —. Están juntos por beneficio propio, por negocio — saca Molly un paquete de chicles del bolsillo de sus jeans —. ¿Quieres? — pregunta y acepto, tomando uno.

— ¿A qué te refieres con negocio? — vuelvo a cuestionar, hay tanta mierda en este asunto que me resulta interesante. Asquerosamente interesante.

— Nadie lo sabe ciertamente, solo suposiciones.

Molly sigue observando mi cuarto y comentando cada cosa que ve, la verdad que no es tan tonta como lo aparentaba, y eso me agrada. Por lo menos tendré a una persona decente con la que pasar los días.

— Bonito mustang — sonríe de lado mientras observa a través de la ventana —. No me equivoco si digo que corres, ¿verdad?

— No — me levanto de la cama y me pongo a su lado, para observar el otro lado de la calle, varias señoras mayores pasando por la acera paseando a sus mascotas; seguramente alguno de esos perros se llame Niall, no me extrañaría —. ¿Tú corres?

Reckless - nh au #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora