Capítulo 16

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Roxanna

Sentía mi cuerpo como en una nube. Una nube húmeda. La oscuridad de mis sueños me abandonó, ocasionando que mis párpados se abrieran casi por obligación. Me encontraba tapada por un edredón blanco, sobre una cama amplia. Un gran brazo rodeaba mi cintura y me di cuenta de que sólo llevaba una camiseta blanca que me llevaba a medio muslo, más obviamente mi ropa interior, la cual se encontraba casi empapada, al igual que mi pelo.

El dolor de mi cabeza era punzante y este se intensificaba al recordar lo sucedido anoche. Todo esto parecía de película y es que a cual persona normal le pasa esto, ¿por qué yo?

Un cuerpo se cernía sobre el mío, dándome sensación de calidez y comodidad. Me giré entre sus brazos y aunque no quise ni pensarlo, era Niall. Me abrazaba como si su vida dependiera de ello y desde anoche me pregunto por qué ahora hace esto por mí, podría haberme dejado morir.

Su pelo estaba alborotado, y sus sonrojados labios se encontraban entreabiertos. Su pecho estaba desnudo, y entonces supe que la camiseta que llevaba era de él. La idea de que él me hubiera visto en ropa interior me avergonzaba.

La distancia que nos separaba era tan pequeña que ni una sola hoja de papel podría interponerse. Podía sentir el palpitar de su corazón y el subir de su pecho impactando contra el mío. Se había ocupado de enrollarnos en este edredón blanco, que por cierto, huele a él.

Mis manos se dieron el gusto de rozar la suavidad de sus mejillas. Un gruñido salió de sus labios y una risilla de los míos al oírlo. De repente, me sentía bien con él. Y por qué no. Era como si mi orgullo rindiera ante él, y las ganas de que me abrazara no se acabaran nunca. Absurdo, pero eso me pasaba en este momento.

— Se ha levantado la yonki — dice su grave y lenta voz, aún sin abrir los ojos.

— No te rías — me quejé. Una carcajada salió de su gargante, al mismo tiempo que sus brazos apretaban más mi espalda baja.

— ¿Te encuentras bien? — pregunta besando mi frente, aún sumido en la oscuridad de sus párpados.

— Me va a estallar la cabeza, pero bien.

— Menuda noche, creo que no he dormido ni tres horas — se queja, sin embargo sus azules ojos brillan de una estraña manera que nunca había visto en él.

— Lo siento — bajo la mirada abrumada por el pavor que la suya ocasionaba en mí. Quién lo diría, hace más de una semana me hubieran dicho esto y me reiría con sarcasmo.

El camino que sus manos llevo desde mi espalda hasta mi cuello fue un trayecto de una continua suave caricia, que hizo que bajo el tacto de su piel, la mía se erizara. Como una cerilla se prende para arder.

Su mano se ocuparon de alzar mi semblante y hacer que mis ojos se clavaran en los suyos.

— Aquí el que lo siente soy yo. Todo esto ha sucedido por mi culpa. ¿Me escuchas? Nada pero absolutamente nada de lo que suceda ahora en adelante es culpa tuya — sus palabras eran verdaderamente dolidas, como si en su garganta se acumulara una bola de tristeza y remordimiento. No entendí nada, no sé a que se refería, sin embargo no pensaba cuestionarlo, era raro que Niall se comportara así y no quería que esto acabara. Al menos no ahora. No quería que volviera a encerrarse como lo hago yo, quiero que todo siguiera como ahora; tenerlo ahí, haciéndome sentir esto que nadie antes me había hecho sentir.

Asentí.

— Aún así, tendré que recompensarte — hablé y como siempre pensé mal. Niall no hizo lo contrario.

— Su ofrecimiento me halaga — se carcajea, y mierda, tiene una risa contagiosa.

— No, ya. En serio. ¿Qué puedo hacer para recompensarte?

Reckless - nh au #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora