Cap 4.- Todos me miraba con lástima después de que mis padres hubieran muerto

13.7K 438 6
                                    

Las luces se apagaron y un silencio cayó sobre la multitud cuando las vistas previas comenzaron a reproducirse. Tardó todo un cuarto de hora antes que la película comenzara, pero Becka y Claire habían hecho una lista de todas las nuevas películas que saldrían y que tendríamos que ir a ver.

Cuando la película finalmente comenzó, la sala quedó en completo silencio. Dentro de unos momentos, todos estarían gritando, yo incluida. Mi corazón se sentía como que iba a estallar fuera de mi pecho. Esto valdría la pena cada céntimo, y me alegré de que hubiera decidido venir.

A una hora en la película me excusé para ir al baño. La fila curvaba fuera de la puerta. Jugué en mi teléfono celular y di un paso adelante cada vez que la línea se movía ajena a mi entorno. Eso fue hasta que la risa de una mujer rompió el hilo de mis pensamientos. Levanté la mirada para ver a un hombre y una mujer encerrados en los brazos del otro. Él estaba besando su cuello y ella le daba un golpe juguetón en el pecho. Justo cuando me di cuenta de que estaba mirando el hombre y la mujer besándose apasionadamente él abrió los ojos y mi corazón quedó atrapado en mi garganta. El Sr. Payne estaba mirando hacia mí y yo no pude apartar la mirada. Mi cara enrojeció ardiendo pero su mirada sostuvo la mía. Me mordí el labio mientras celos burbujearon a través de mí.

―Tu turno ―dijo un muchacho adolescente desde detrás de mí. Miré de vuelta al cuarto de baño y vi que la fila había desaparecido por completo en frente de mí.

―Lo siento ―contesté y entré en la pequeña habitación. Me eché un poco de agua en la cara esperando que mágicamente pudiera desaparecer el rubor de mis mejillas. De todas las personas para atrapar besándose en el cine, nunca me habría imaginado que vería al Sr. Payne. Fui al baño y esperé alrededor de unos segundos más antes de regresar por la puerta. Tomé una respiración profunda y la abrí, echando un vistazo a un lado del pasillo rápidamente. Él se había ido. Dejé escapar un suspiro de alivio y me dirigí de nuevo a mi sala.

―¿Por qué tardaste tanto? ―preguntó Claire mientras me devolvía mis palomitas y golosinas.

―La fila fue una locura ―le respondí, pero no di detalles sobre qué otra cosa era una locura. Me hundí más en mi asiento y traté de volver a la película, pero mis pensamientos no lo dejarían. Su ardiente mirada clavada en la mía por lo que pareció una eternidad. Había algo muy raro acerca de nuestros encuentros, pero no podía conseguir suficiente de él.

Por desgracia, alguien ya lo había hecho. Me pasé la siguiente mitad de la película tratando de imaginar qué aspecto tenía ella. Tenía rizos rubios oscuros que caían en cascada por su espalda y asumí que probablemente tenía unos veinte años. Ella era sin duda hermosa si pudo captar su atención. Mis mejillas se calentaron de nuevo cuando me di cuenta que no había atraído su atención. Sus ojos estaban fijos en los míos. Mariposas llenaron mi estómago mientras pensaba en lo que había querido decir. En realidad, sabía que probablemente no significaba nada. Tal vez estaba avergonzado por ver a una estudiante fuera de clase, mientras se encontraba en una posición comprometedora.

***

Caminé a mi habitación y tiré mis zapatos en una esquina. Me quité el vestido, sin molestarme en abrir la cremallera, y me deslicé en una camiseta extra grande de mi antigua escuela. Agarré mi viejo anuario y fui a la cocina por una bebida. Deslicé la leche fuera del camino y tomé una lata de refresco, junto con una botella barata de vodka. Llevé todo a la sala de estar y encendí la televisión. Miré una vieja película romántica mientras bebía un pequeño trago de la botella. El alcohol quemó mi garganta, tosí y escupí. Rápidamente lo bajé con el refresco mientras las lágrimas llenaban los bordes de mis ojos. Abrí el libro y pasé los dedos por encima de las hendiduras dejadas por el bolígrafo que mi amiga había usado para firmarlo. Mi cuerpo empezó a sentirse cálido y tomé un trago más largo de la botella, limpiando una gota de mi barbilla. Pensé en empacar mis cosas y dirigirme de vuelta a Michigan.

Sabía que nunca volvería a ser lo mismo allí. Todo el mundo me miraba con lástima después de que mis padres hubieran muerto. Me trataban como si fuera una niña pequeña que no podía cuidar de sí misma. Al menos en Florida la mayoría no tenía ni idea de la situación de la que había venido. Sólo unos pocos profesores y el consejero escolar tenían los detalles sangrientos. Me sequé una lágrima rebelde de mi mejilla y puse la botella en mis labios de nuevo. La tristeza se magnificó a medida que el alcohol hacía efecto, pero no me importaba. Sabía que si bebía lo suficiente lo olvidaría todo. Pasé las páginas mientras mis lágrimas caían en el lustroso papel. Pasé mis dedos por encima de las húmedas marcas y las firmas se emborronaron por todo el libro.

—¡No! —lloré mientras lo limpiaba más duramente. Estaba oficialmente viniéndome abajo. Agarré el libro y lo tiré a través de la habitación. Chocó con una fotografía colgada en la pared causando que cayera y se hiciera añicos con el impacto—. ¡Mierda! —grité mientras me tropezaba hacia el desastre para limpiarlo.

Mi visión estaba borrosa y cuando tomé un trozo de cristal dentado, me cortó profundamente a través de la palma de la mano y hacia arriba en mi muñeca. La sangre corrió libremente hacia abajo por mis dedos y goteó sobre la vieja fotografía de mi tía y mi madre. Colapsé en el suelo, sollozando mientras abrazaba apretadamente la fotografía. 

Señor Payne // HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora