Capitulo 6.- ''Te perdiste mi clase. Ven a verme después de que termines aquí ''

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Cuando llegamos, salté fuera del auto y me dirigí hacia el edificio. Oí la puerta del auto cerrarse de golpe detrás de mí y me detuve mirando hacia atrás. Mi tía se apresuraba a alcanzarme.

—¿Qué estás haciendo? —le pregunté, sin molestarme en ocultar mi irritación.

—Tengo que firmar tu entrada —respondió ella y siguió caminando pasándome.

Yo la seguí a regañadientes.

—Soy un adulto. Esta no es la secundaria. No creo necesitar que firmes mi entrada —le dije, pero ella siguió caminando.

Cuando llegamos a la oficina principal, me quedé fuera mientras mi tía hablaba con la secretaria. El Sr. Payne entró en la oficina y colocó unos papeles sobre el mostrador. La asistente se puso roja mientras lo miraba y comenzó a trastabillar nerviosa, tirando de un mechón rubio oscuro que se había soltado de su moño. Él le sonrió y me di cuenta de que se trataba de su cita del cine. Después de un momento, se volvió para salir e hice mi mejor esfuerzo para mirar a cualquier otra parte menos sus ojos, pero no pude evitarlo.

—Te perdiste mi clase. Ven a verme después de que termines aquí —dijo seriamente. Me mordí el labio y asentí mientras se alejaba.

—Todo listo. El consejero va a hacer tiempo para ti. Vendré a buscarte cuando terminen las clases —dijo mi tía desde el mostrador.

—Puedo tomar un taxi —le respondí. Ella agitó la mano para desechar mi comentario. Salí de la oficina y caminé lentamente por el pasillo vacío hacia la clase del Sr. Payne, tirando nerviosamente de mi vendaje.

Llamé a la puerta y esperé a que respondiera.

—Entra —dijo, así que abrí la puerta y caminé dentro. El salón estaba vacío y él estaba desabrochando el botón superior de su camisa. Su camiseta era negra y combinaba con el tatuaje que envolvía su brazo y se detenía justo en su cuello.

Dobló la camisa y la puso sobre el respaldo de su silla.

—¿Qué pasó? —preguntó mientras miraba hacia mi mano.

—Tuve un accidente —contesté nerviosamente mientras me mordía el labio. Sus ojos se tensaron y su expresión fue ilegible.

—Te vi en el cine ayer. Eso fue... —dijo mientras sus ojos bailaban arriba y abajo de mi cuerpo.

—Incómodo —contesté, terminando la frase. Él se rió en voz baja.

—Inesperado —me corrigió—. Srta. Townsend, ¿recuerdas lo que te dije acerca de llegar tarde a mi clase? —preguntó y me mordí el labio de nuevo al recordar nuestro último encuentro en su salón de clases, a solas. Se sentó en el borde de la mesa y esperó mi respuesta. Yo no sabía qué decir y después de un momento, me hizo señas para que me acercara. Me acerqué a él y coloqué mis libros en un escritorio de la primera fila.

—Lo siento mucho. Ha sido una mañana de locos y... —comencé a explicar. Se puso de pie rápidamente y en un rápido movimiento, me inclinó sobre su escritorio. Antes de que pudiera protestar, su mano cayó latiendo con fuerza en mi trasero. Yo jadeé en voz alta ante el dolor repentino cuando me golpeó una vez más. Su cuerpo se inclinó sobre el mío y sus labios rozaron mi oreja.

—Shh... —susurró mientras su mano frotaba mi trasero ardido. Se puso de pie otra vez y dio una nalgada, esta vez más fuerte. Apreté mis dedos contra el borde de su escritorio mientras golpeaba una y otra vez. No podía respirar y apreté los labios para no gemir. Me sentí abrumada por la vergüenza y el dolor. Su mano frotó suavemente sobre mí donde había golpeado. Sus dedos se sumergieron entre mis muslos y el dolor dio paso al deseo puro. A medida que el escozor desaparecía, él golpeó de nuevo. Tan pronto como empezó, se acabó.

Me quedé doblada sobre su escritorio jadeando en busca de aire.

—Ve a clase. —Él respiraba pesadamente, y me tomó un momento antes de que pudiera moverme. Me quedé allí mientras él rodeaba el escritorio y comenzaba a ponerse de nuevo la camisa. Después de un momento, recobré mi compostura y me puse de pie. Se volvió a dar la vuelta y agarró mis libros, sosteniéndolos para mí. Los tomé, incapaz de mirarlo a los ojos y salí de la habitación tan rápido como pude.

Señor Payne // HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora