Capitulo 32.- Me gustaría conocer a la mujer que está follando con mi esposo

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Gracias a todas las que han votado... me hacen el día y por eso este capitulo va dedicado a cada una

La mañana pasó volando, y yo estaba de buen humor. Incluso terminé el asqueroso sobrante que ellos llamaban comida durante el almuerzo. Nada podía bajarme desde lo alto que me encontraba. Decidí entrar al baño antes de la clase del Sr. Payne. Pasé mis dedos por mi cabello y apliqué una capa fresca de brillo labial mientras la campana hacía eco por todo el edificio. Me sonreí, sabiendo que él me pediría que me quedara después de clases por llegar tarde. Agarré mi bolso de libros y caminé por el pasillo. Su puerta estaba cerrada y miré a través de la pequeña ventana. Sus ojos atraparon los míos, estrechándose ligeramente.

—Sra. Townsend —asintió mientras tomaba mi asiento—. Véame después de clases. —Sonreí y mordí la punta de mi lápiz—. Todos, quiten las cosas de sus escritorios para el examen del capítulo. —La clase colectivamente gruñó mientras él pasaba los montones de papel. El Sr. Payne tomó su silla detrás de su escritorio y tuve que trabajar en mi examen. Mi teléfono vibró en mi regazo y miré abajo para leer la pantalla.

« cómo castigarte

Mordí mi labio y lo miré. Sus ojos se clavaron en los míos.

«Desliza el teléfono entre tus piernas y déjalo ahí

Miré alrededor de la habitación. Todos estaban trabajando en sus exámenes y no se daban cuenta de nuestra conversación secreta.

«Ahora

Deslicé mi teléfono entre mis muslos y miré a mi hoja. De repente, vibró de nuevo, enviando olas de placer por todo mi cuerpo. Agarré el borde de mi escritorio y lo miré. Sus labios se torcían en una sonrisa hechizante mientras enviaba otro.

Separé mis labios, tratando de no jadear alto. Él lamió sus labios mientras el teléfono vibraba una y otra vez. Apreté mis muslos tratando de detener la repentina ola de placer que había tomado mi cuerpo.

Alguien tocó la puerta y me frunció el ceño. Tomé una respiración profunda, agradecida de que la tortura hubiera acabado.

—Adelante —dijo él por toda la habitación. La puerta se abrió y una morena alta entró. Ella miró alrededor de la habitación y reconocí su rostro inmediatamente. El Sr. Payne mantenía una pequeña foto suya en el cajón de su tocador.

—Sophia —dijo él, incapaz de esconder la conmoción en su voz.

—Li—dijo ella en un tono frío. ¿Ella lo llamaba Li? ¿Quién era esta mujer? ¿Por qué él tenía una foto suya escondida? El Sr. Payne se levantó y rápidamente la condujo fuera de la habitación hacia el pasillo. Me senté quieta mirando a mi examen, tratando de darle sentido a todo. El timbre sonó y todo el mundo se levantó de su asiento. Permanecí inmóvil, sintiendo como si hubiera sido golpeada con un ladrillo. Finalmente, me levanté, tomé una respiración honda. Mientras caminaba fuera del salón me puse cara a cara con el Sr. Payne y la mujer misteriosa.

—Cassie, podemos discutir tu tardanza otro día. —Sus palabras colgaron pesadas y tristes.

—No. Ella puede quedarse. Me gustaría conocer a la mujer que está follando con mi esposo. —Ella miró al Sr. Payne, y nunca se molestó en mirarme. Sus palabras me cortaron como un cuchillo. Inconscientemente agarré mi estómago y mi corazón se hundió. Lo miré, desesperada buscando respuestas en sus ojos. Su mandíbula se apretó y parecía como si estuviera a punto de perder el control.

—Oh, ¿ella no lo sabía? —dijo Sophia con una carcajada.

—Ve —ordenó, gesticulando a Sophia a que fuera dentro de su salón. Sus ojos se volvieron tristes mientras me miraba. Fijé la vista al suelo y caminé de nuevo adentro.

—No estoy aquí para arruinar tu diversión, Li. Sólo vengo por lo que es mío — explicó ella, inclinándose contra el escritorio.

—No te debo nada. —Su voz fue baja y fría y mandó escalofríos por mi columna.

—Lo siento. ¿Dijo usted que era su esposa? —pregunté, las náuseas se incrementaban.

Señor Payne // HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora