Capitulo 16.- '' Es demasiado tarde para eso. ¿Estás sola? ''

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Me senté en el borde de la cama y extendí la mano, frotándola sobre su estómago, trazando la musculatura que se hundía por debajo de sus pantalones. Me sonrió con malicia cuando sus manos agarraron las mías. Me empujó con fuerza hacia atrás sobre la cama, su cuerpo descendiendo encima del mío con la fuerza suficiente para sacarme el aire. Luché debajo de él pero su peso me sostenía cautiva debajo del suyo.

—Me gusta cuando luchas. —Su voz estaba llena de deseo y envió sacudidas de placer a través de mi cuerpo. Absorbí una respiración profunda y corcoveé mis caderas contra las suyas. Su agarre se apretó sobre mis muñecas, forzando mis manos sobre mi cabeza. Oprimió sus caderas contra las mías y no pude no ser capaz de tocarlo. Deslizó el cinturón alrededor de mis muñecas y lo apretó—. Eso está mejor —dijo mientras sus manos bajaron por mis costados, agarrándome por las caderas y tirándome más hacia abajo en la cama.

Me dio la vuelta sobre mi estómago. Mis piernas colgaban sobre el borde. Pude escucharlo quitarse los pantalones y luego sus dedos se deslizaron a lo largo de mis caderas, serpenteando en mis bragas y tirándolas hacia debajo de mis rodillas que ahora descansaban en el suelo. Su mano bajó con fuerza y sin previo aviso a través de mi trasero, haciéndome gemir mientras agarraba mi sábana apretadamente entre mis manos. Azotó de nuevo, con más fuerza esta vez y antes de que pudiera recuperarme, se forzó con dureza dentro de mí. Di un grito ahogado cuando se inclinó, poniendo una mano sobre mi boca para ahogar mis gemidos.

Su cuerpo se estrelló contra el mío una y otra vez. Me tensé bajo él, pero no aminoró. Respiraba pesadamente en mi oído, y el sonido de él disfrutando me hizo sentir poderosa, aunque estaba totalmente impotente debajo de él. Deslicé mi lengua fuera de mis labios y la pasé a lo largo de sus dedos. El aliento se atascó en su garganta y mordió ligeramente el lóbulo de mi oreja. Su mano se relajó y deslicé su dedo dentro de mi boca, chupándolo. Su empuje imitó los movimientos de mi boca. Su mano libre se envolvió en mi cabello y empujó mi boca aún más. Podía sentir mis paredes apretándose en torno a él.

—¡CASSIE!—La voz de mi tía resonó en el pasillo. La mano de Liam apretó de nuevo mi boca, manteniéndome callada e inmóvil debajo de él. Se deslizó más profundo dentro de mí, lentamente.

—Shh… —susurró en mi oído—. Terminaremos esto más tarde. Realmente necesitas conseguir tu propio lugar. —Su peso se levantó de encima de mí y sus manos rápidamente desabrocharon su cinturón. Me quedé inmóvil de rodillas, luchando por recuperar el aliento.

Después de que se pusiera los pantalones, se inclinó, alzando mis bragas por mis piernas mientras sus labios se arrastraban por la parte trasera de mi muslo.

—Ve a ver lo que quiere antes de que venga aquí. —Me puse de pie de mala gana, dándome la vuelta para disfrutar de la vista de él sin camiseta—. Terminaremos esto más tarde. —Sonrió y me besó suavemente en la mejilla. Asentí y dejé mi habitación, cerrando la puerta silenciosamente tras de mí.

Mi tía estaba sentada en la mesa y había empezado a comer la tortilla que había hecho para Liam. Me senté frente a ella y comencé a comerme mis huevos ahora fríos.

—¡Gracias por el desayuno! No te hagas ninguna idea de que esto compensa tu pequeña proeza del otro día. Aún estoy enfadada como el infierno contigo. —Puse los ojos en blanco y asentí mientras empujaba la comida por mi plato. Estaba empezando a preguntarme si la situación con el Sr. Payne me estaba superando.

—¿Qué pasa? —preguntó Judy, sacándome de mis pensamientos. 

—Nada yo sólo… estaba pensando en salir con algunos amigos hoy. —Mentí. Me miró durante un momento antes de contestar.

—Deberías salir más. Tal vez conseguir un trabajo, ayudar un poco por aquí. No te mataría. —Se levantó y puso su plato en el fregadero, sin molestarse en limpiarlo. Deambuló a la sala de estar y se sentó, encendiendo la televisión—. Es un trabajo duro, criar a un niño que no es tuyo —gritó por encima del sonido de su programa. Me levanté y limpié mi plato en el fregadero.

—Buscaré un trabajo hoy —grité de vuelta y caminé de nuevo al pasillo. Respiré hondo antes de abrir la puerta de mi habitación. Cuando estuve segura de que mi tía aún estaba en su silla, la empujé lentamente. La habitación estaba vacía. Me dirigí a la ventana y miré fuera pero no había nada fuera de lugar. Agarré un par de jeans viejos y me deslicé en ellos mientras pensaba sobre lo cerca que habíamos estado de ser atrapados. La vida de Liam se arruinaría por un escándalo como éste. Agarré mi bolso y decidí que necesitaba un poco de aire fresco.

—Me voy —dije y los ojos de mi tía nunca dejaron la televisión. Me dirigí al garaje.

Me senté en silencio por un momento, decidiendo si era siquiera una buena idea llamar al Sr. Payne. Decidí enviarle un mensaje de texto.

«Esta es una mala idea»

Golpeé enviar y salí del camino de entrada. Antes de que alcanzara la carretera, mi teléfono se iluminó.

«Es demasiado tarde para eso. ¿Estás sola?»

Me mordí el labio mientras pensaba en cómo responder.

«Estoy en mi auto»

Giré a la derecha y me dirigí al estacionamiento del supermercado al otro lado de la carretera.
Mi teléfono se iluminó de nuevo mientras estacionaba el auto.

«¿Dónde estás?»

«El supermercado cerca de mi casa.»

«Voy para allá.»

Respiré hondo y manipulé la radio. Mi corazón de aceleró cuando pensé en él, sus ojos en los míos, sus labios. No era nada como pensé que sería. Era duro, despreocupado y contundente pero no podía tener suficiente de él. Estaba asustada de no ser capaz de alejarme de él. Podía perder su trabajo. A pesar de que yo era adulta, aún iba contra las normas que estuviéramos juntos...

Señor Payne // HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora