Capitulo 34.- '' Te Amo ''

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Capítul dedicado a una amiga que me lo pidio hace hace tiempo... katta esto es para ti

Mientras llegaba a la casa del Sr. Payne mi estómago empezó a convertirse en nudos de nuevo. Quería más que nada estar con él, pero después de las amenazas de Sophia sabía que no era buena idea. La puerta del garaje se empezó a abrir lentamente y metí mi auto. El auto de Liam se estacionó junto al mío, y la puerta empezó a bajar lentamente detrás de nosotros. Convoqué todo mi coraje y salí del auto. Él caminó hasta la base de las escaleras y lo seguí, preguntándome qué sería de nosotros cuando todo esto terminara.

El viaje de subir las escaleras fue la caminata más larga de mi vida. Cada resultado posible para nosotros pasó por mi cabeza. Cuando finalmente llegamos adentro, miré alrededor de la habitación. De repente se sintió muchísimo más grande y abrumadora que antes. Miré las pinturas que colgaban esporádicamente en la pared, y los muebles que se asentaban estratégicamente en el suelo. ¿Cómo no me había dado cuenta de lo costosas que eran?

—Te diré todo lo que quieras saber. —Sus ojos se encontraron con los míos, y no puede mirar a otro lado.

—¿Todavía la amas? —pregunté, mi voz estaba temblorosa. Él tragó duro.

—No lo sé. —Esa no era la respuesta que esperaba pero no podía culparlo por su honestidad. Asentí, mirando a mis pies. Él se paró cerca de mí y enderecé mi espalda, sin estar segura de qué tan cerca quería estar de él. Deslizó la palma de su mano por mi mejilla y me apoyé en su toque, cerrando mis ojos.

—Sé que te amo más. —Mis ojos se abrieron y busqué su rostro, sin estar segura de haberlo escuchado correctamente—. Te amo. No estaba seguro de que fuera posible que de nuevo alguien más me importara, pero no puedo negar lo que siento por ti. —Lo miré impotentemente y absorbí lo que estaba diciendo—. Respira —me susurró y tomé una respiración profunda como me ordenó. Su rostro se volvió preocupado cuando no dije nada—. ¿Qué más quieres saber? —preguntó.

—Creo que dijiste todo lo que necesitaba escuchar —murmuré. Sonrió y me besó como nunca antes me había besado. Su mano se perdió en mi cabello mientras me halaba hacia él. Su otra mano se deslizó por mi espalda y sobre mi trasero. Puse mis manos en su pecho y las deslicé hacia sus hombros musculosos. Él no las alejó ni me detuvo—. Hazme el amor —dije en su boca.

Él me levantó y me cargó hacia su habitación, acostándome gentilmente en el centro de su cama. Su boca permaneció en la mía.

—¿Estás segura que esto es lo que quieres? —preguntó.

—Sí, señor —gemí y su boca se estrelló en la mía. Nos quitamos el uno al otro la ropa, tratando desesperadamente de tenernos cerca.

—¿Qué quieres que te haga? —Su respiración caliente erizó mi piel.

—Bésame… aquí —gemí, halándole gentilmente el cabello y guiando sus labios a mi pecho. Arqueé la espalda mientras lo obligaba hambrientamente. Me dio todo el control y el sentimiento fue abrumador. Su lengua se deslizó en pequeños círculos alrededor de mi pezón. Dejó que sus dientes me arañaran y gemí en voz alta como respuesta.

—¿Dónde más? —preguntó, prácticamente jadeando. Apreté mi agarre en su cabello y lo empujé más abajo. Su lengua se deslizó por mi estómago, hundiéndose en mi ombligo. Me mordí el labio y giré mi cabeza hacia las almohadas mientras lo empujaba más abajo. Podía sentir su aliento en mi cuerpo y enviaba olas deliciosas de placer a través de mí.

—Por favor —rogué, queriendo sentir su toque. Su boca se encontró con el interior de mi muslo y arqueé mi espalda en aprobación. Sus labios trabajaron cercanamente a mi centro y apenas podía soportarlo. Su lengua se hundió lentamente en mí y pude sentir que mi interior se apretaba en respuesta. Continuó empujándose en mí con un calmado y suave ritmo mientras deslizaba uno de sus dedos en mi interior. Balanceé mis caderas con el movimiento del dedo, agarrando las sábanas con mis puños. Incrementó la velocidad, deslizando un dedo más en mi interior.

—Córrete para mí —murmuró, mientras metía más profundo y duramente sus dedos. Me perdí cuando las palabras dejaron su boca. Mi cuerpo se endureció y respondió a su toque enviando olas de absoluta felicidad pulsante a través de mí. Subió sobre mí, sus ojos llenos de deseo. Agarró un paquete de aluminio junto a la cama y se puso el condón. Podía sentirlo, duro contra mi entrada mientras su mano se enrollaba en mi cabello—. Me perteneces, Cassie. —Sus labios se deslizaron gentilmente en mí. Jadeé ante la sensación—. Dímelo. —Sus ojos se estrecharon. Se presionó fuerte contra mí, entrando lentamente.

—Te pertenezco —murmuré. Presionó más fuerte, entrando completamente en mí, dejándome que me sintiera imposiblemente llena.

—Buena chica —susurró en mi oído mientras mordisqueaba el lóbulo con sus dientes. Deslicé mis manos por su espalda mientras sus músculos se flexionaban debajo de mis dedos. No me detuvo. Entró aún más fuerte. Dejé que mis uñas arañaran su piel, hasta que descansaron en sus costados perfectos. Encontré sus oídos con mis labios.

—Te amo —susurré, dejando que mis labios lo acariciaran. Su cuerpo embistió contra el mío causando que todos mis músculos se apretaran alrededor de él. Mi cuerpo ondeó de placer mientras él se venía, derramándose dentro de mí. Colapsó su peso sobre mí, mientras ambos luchábamos por respirar.

Todo lo que hoy había sucedido no importaba. No me importaba el pasado de Liam. Sólo me importaba el ahora, y el ahora no podía ser más feliz. 

Señor Payne // HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora