Capitulo 21.- '' Tengo algo para hacerte sentir mejor ''

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Llamé a Becka y le dejé un mensaje de voz dejándole saber que quería salir. Liam nos preparó algo para comer mientras esperaba que ella me llamara de regreso.

—Esto es increíble —dije mientras sorbía otro fideo de espagueti. Liam rió y utilizó su pulgar para limpiar la salsa de mi labio inferior. Lamió su dedo enviando ese sentimiento inequívoco a través de mi cuerpo.

—Come. —Sonrió y me di cuenta que había estado mirándole fijamente más tiempo del que pretendía. Mi teléfono sonó y me estiré para alcanzarlo.

—Es Becka —le dije a Liam mientras contestaba.

—Mi tía y yo tuvimos una pelea. Yo sólo… no puedo regresar ahí por un tiempo. — La verdad era que no quería volver nunca a esa casa—. Gracias Becka. Realmente lo aprecio. —Colgué el teléfono y levanté la mirada para ver a Liam enjuagando los platos en el fregadero.

—Ella dijo que puedo quedarme. —No quería irme. Quería quedarme aquí pérdida en esta fantasía con Liam. Con él, sentía como que tenía un propósito. Me sentía en control incluso cuando él me dejaba totalmente sin poder.

Tomó mi bolso de la encimera y abrió la puerta. Caminé a través de ella, colgando mi cabeza como un niño enfurruñado. Si no estaba con Liam, quería estar sola, ahogándome en mi tristeza.

—Puedes llamarme si necesitas algo —me aseguró, pero no me hizo sentir mejor. Abrió la puerta del auto y esperó a que yo entrara. Le bese en la mejilla, pero dejé que mi boca permaneciera, no queriendo alejarme de él. Se volteó atrapando mi labio en los suyos. Su toque me hizo olvidar acerca de todo lo que estaba mal en mi vida. Empujé contra él, hambrienta por más—. Tenemos que irnos —respiró pesadamente. Estaba tomando todo de él no besarme nuevamente. Me moví cerca pero decidida en contra de esto. Si no me iba ahora, nunca lo haría—. Voy a arreglar esto —prometió y sabía que lo decía en serio. Asentí y me metí en mi asiento. Viajamos en silencio. El GPS arrojaba direcciones y pronto estuvimos unas casas lejos de la casa de Becka. Había tantas cosas que quería decirle pero no pude formar las palabras.

—Vendré por ti lo más pronto que pueda. —Sabía que estaba tratando de consolarme, pero no podía ignorar el subyacente tono triste mientras hablaba.

—Lo sé —dije tranquilamente mientras salía del auto, tirando mi bolso del asiento trasero. Lo observé manejar lejos mientras caminaba lentamente, hasta que sus luces traseras desaparecieron por el camino, antes de tocar el timbre.

—¡Cassie! —Becka envolvió sus brazos alrededor de mi cuello y me apretó con fuerza.

Apenas la conocía y toda la escena era demasiado incomoda.

—Hola —dije con una sonrisa, metiendo mi cabello detrás de mí oreja. Ella dio un paso dentro y yo la seguí, mirando alrededor a la elaborada y decorada casa—. Lindo lugar.

—Gracias. Mi mamá está realmente metida en las flores —respondió, poniendo sus ojos en blanco. Justo entonces su madre dio un paso alrededor de la esquina sosteniendo un plato de galletas.

—Ohhh… —Rió y agitó fuera la expresión de Becka—. ¿Cómo estás cariño? Becka me ha dicho todo acerca de tu situación. Lo siento tanto. —Ella me miró con esa horrible expresión a la que me había acostumbrado.

—Gracias. —Bajé la mirada a mis pies, sin querer encontrar su mirada.

—Te cociné algo de comida reconfortante. —Ella sonrió extendiendo el plato de galletas.

—Ella no quiere comerse sus sentimientos —respondió Becka sarcásticamente, agarrando mi brazo y tirándome por las escaleras hacia su habitación. Sonreí de regreso a su madre, sintiéndome mal por el rudo arrebato de Becka.

Me mantuve de pie en la entrada de su habitación. Las paredes pintadas de un morado profundo y haciendo juego con las cortinas alineadas en la ventana.

—¿Te gusta? —preguntó dando vueltas alrededor.

—Es agradable. Muy… gótico —respondí. Nunca había fichado a Becka por tener un lado oscuro.

—No es gótico, es romántico. —Ella sonrió. No sentía esa vibra en absoluto, pero qué sabía yo sobre el romance. Lo más cerca había sido ser atada a la cama de Liam. Sentí mis mejillas volverse rosas ante el recuerdo. Volteé mi teléfono en mi mano. No tenía llamadas perdidas o mensajes.

—Es agradable. —Sonreí y ella brilló con orgullo.

—Tengo algo para hacerte sentir mejor. —Sonrió satisfecha, sacando la pequeña caja de mentas fuera del mueble cerca de su cama.

—Oh no. —Lo reconocí del baño de la escuela—. No creo que sea una buena idea.

—¿Por qué no? Mi mamá no está consciente. Además, necesitas esto luego del día que has tenido. —Sacó un porro y comenzó a encenderlo.

—Qué diablos. —Caminé cerca y tomé el porro, aspirando fuerte y sosteniendo mi aliento.

—Así que, ¿dónde has estado? —preguntó, tomando el porro cuidadosamente.

—¿Qué? —exhalé, atrapada con la guardia baja por su pregunta.

—¿Dónde has estado todo el día? —Su tono colgaba pesado con preocupación no sólo husmeando en general.

—Necesitaba alejarme. No podía quedarme tranquila. Simplemente… caminé. — Ella asintió y supe que no tenía que elaborar nada más. Viendo a Becka alrededor del instituto, nunca nos habría imaginado saliendo y realmente llevándonos bien.

Me di cuenta de que era probablemente mi culpa que no nos hubiésemos hecho amigas antes. Mantenía para mí lo máximo posible, tratando de no dejar a nadie acercarse lo suficiente como para herirme. La parte más triste es que estaba activamente hiriéndome a mí misma. Era completamente autodestructiva. No siempre fui de este modo. Antes de que mis padres muriesen yo era feliz.

—¿A dónde fuiste? —preguntó, tocando mi brazo.

—Alrededor de la ciudad —respondí, tomando el porro de su mano.

—No —ella rió—, justo ahora.

—Oh… creo que estaba pensando en todo lo que ha ocurrido últimamente — respondí.

—Sé que es lo que te hará sentir mejor. Galletas. —Rió, tomando el porro y colocándolo dentro de la caja—. Vamos. —Aseguró su brazo dentro del mío y colocó mi teléfono en el mueble con su caja.

—Espera… necesito eso —dije, estirando mi mano, pero ella la agitó lejos.

—¿Qué podría posiblemente ser más importante que comida chatarra? —Puso sus ojos en blanco y me arrastró abajo por la escalera a la cocina. 

Señor Payne // HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora