-Raúl en verdad que no entiendo, hoy has estado muy raro -tomó una maleta y comenzó a aventar ropa dentro de ésta.
-Ya lo sé, no ha sido un buen día, pero vamos, no es para que te vayas
-Es que Raúl, casi nos matas ¿crees que es poco?
-Sabes que jamás permitiría que te pasara algo, pero perdí el control
-Comenzaste a gritar como loco ¿Qué pasa contigo?
-Es algo complejo, es solo que... -hizo una pausa mientras le suplicaba con la mirada que callara, guardara nuestro secreto.
-¿Qué puede ser tan complicado de explicar?
-Es que -de nuevo hizo una pausa -no puedo, disculpame
-¡Ah! -su novia se quejó y salió de la habitación.
-¿En serio tenías que hacer eso? -giró a verme y me empujó hacia la cama.
-¡No es mi culpa que tú me hayas gritado! Además los salvé ¿ves cómo no puedes cuidarte solo?
-Antes de que tú llegaras yo estaba bien, nunca me pasó nada, así que no me digas nada que solo viniste a hacerme mal
-¿Mal yo? Ahora echame a mí la culpa de tu negligencia al conducir -me crucé de brazos mientras me sentaba a la orilla de la cama.
-Ya cállate de una buena vez ¿okey?
Raúl tomó un objeto desconocido de un cajón y corrió para salir tras su novia. Yo salí tras él.
-Amor, perdóname -le suplicó -la verdad es que estoy muy mal, desconcertado y con la cabeza en otra parte porque no sé cómo decirte esto -bajo la mirada.
-No, no me digas nada, por favor, solo dejame hacer mis maletas y no hagas esto más difícil, por favor
Él hizo caso omiso a lo que ella dijo y se arrodilló frente a ella, vi cómo entre sus manos sobre salía un diamante encajado en un círculo dorado.
-¿Quieres casarte conmigo?
-¿Estás hablando en serio? -al instante cambió su semblante.
-Jamás había hablado tan en serio en toda mi vida
-¡Si! -ella se arrojó a sus brazos.
Yo sólo suspiré y me di la vuelta para volver a encerrarme en el baño, ¿en serio ellos dos estaban enamorados?, me pregunté a mi misma mientras me miraba al espejo; me arrojé dentro de éste rogando que está vez si cayera en el paraíso.
Pero no fue así, de nuevo estaba en esa bóveda gigantesca entre mil papeles que olían a "viejo" y seguía sin entender por qué no podía volver al mundo, se suponía que Miguel me dijo que podía volver cruzando cualquier espejo, parecía que me había mentido o tal vez había una barrera o algo parecido que me interfería entrar ahí y siempre me llevaba al mismo lugar.-¡Oh! ¡Vamos! -me quejé y golpeé la pared.
Caminé en círculos mientras pensaba por qué todo me traía hasta ese lugar, miré el techo y llegué a tres conclusiones, la primera era que el portal estaba fallando o Miguel me mintió y solo hay un espejo que me lleve a dicho portal; la segunda era que quizá debía cambiar de espejo porque el del baño siempre me traería acá y la tercera era que alguien o algo más fuerte que yo quería que encontrara algo en este lugar y debía buscarlo y encontrarlo.
-Bien ¿Qué debería buscar? -me pregunte mientras recorría nuevamente los ya familiares pasillos.
Estar entre tanto papel hacía que comenzará a desesperar y eso no me dejaba pensar bien, además en mi cabeza vagaba la idea de Raúl arrodillado pidiendo que su novia fuera su esposa, claro, como yo no podía enamorarme, bueno y tenía mucho que no veía a Miguel... Sí, creo que estaba enamorada de Miguel.
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Fantasmas Del Pasado
Fanfiction[Tercera parte de la historia "Tú, yo y tu ángel"] Siempre lo ayudé a no ahogarse, pero él no se dio cuenta que mientras lo hacía yo me estaba hundiendo, que mientras el salía a flote yo era su sostén, su pilar, pero me estaba quedando sin aire, si...