Entramos a la tienda y era bastante grande, a pesar de que la fachada lo hacía ver pequeño.
-Hola chicas, buenos días ¿tienen ya una cita?
-Por supuesto
-¿A nombre de quién?
-Ana Brenda Barrios -la mujer que nos recibió buscó algo en unos papeles.
-Muy bien, acompañenme -comenzó a caminar hacia el interior de la tienda.
Caminamos detrás de ella por unos instantes hasta que entramos a una habitación de tamaño promedio, las paredes eran blancas, había otra puerta al interior y dos pequeños sofás color menta.
-¿Quién de las dos es la novia? -preguntó con amabilidad.
-Obvio yo, que no ve que esta -me miró con desprecio -es solo la sirvienta
-Ah, okey -respondió con incomodidad -¿Qué tipo de vestido tienes en mente? -cuestionó a Brenda.
-Aún no lo sé, pero podemos ver ¿no?
-Claro -asintió -entonces esperen aquí, voy por unas cosas y vuelvo
La chica que nos recibió salió por unos minutos y volvió con un millón de revistas entre los brazos.
-¿Por qué no empezamos por ver el catálogo de todos los vestidos que tenemos en existencia aquí en la tienda, elige uno de su agrado y lo traigo para que se lo pruebe?
-Me parece bien -me dio su bolso -si me falta algo te demando -me amenazó.
-No soy una ladrona, para que me acuse de algo así -respondí molesta y apreté los puños -Señorita ¿en donde está su baño? -le devolví el bolso a Brenda.
-Es la puerta que esta aquí enfrente -señaló la puerta que antes había visto ya, cuando recién entramos.
Me apresuré a entrar al baño y cerré la puerta con llave, pude ver en el espejo como mis alas salían de mi espalda, tan negras como estaban mi ojos y justo en ese momento me di cuenta que el collar no solo me ayudaba a camuflarme entre los mortales si no también a controlar mis impulsos e instintos, claramente me ayudaba a no perder el control y no parecer un alado, era más poderoso de lo que imaginaba, creía y de lo que Miguel me había hecho creer.
Salí del baño como si nada hubiese pasado y miré a Brenda con un bonito vestido blanco, con pedrería y encaje. Era maravilloso, se parecía un poco a lo que usaban los ángeles cuando hacían su ritual de unión.
-Es hermoso -informé maravillada.
-Claro que no, es horrible, tú no sabes nada de moda y bueno ¿qué puedo esperar de ti? si eres una criada -miró a la mujer que la atendía -no me gusta, podríamos cambiarle el encaje a unos tonos beige y la pedrería podríamos simplemente quitarla, junto con un poco de volumen
-Mejor cambia de vestido y de cerebro -respondí molesta y salí de la tienda.
Me topé con las que seguramente eran las damas, así que la querida novia de mi protegido no estaría sola. Espere a Raúl afuera por un buen rato hasta que vi su camioneta acercarse al lugar.
-¿Qué haces ahí? ¿Y Brenda?
-Tu prometida me hartó -subí a la camioneta -ella sigue adentro ¿puedes llevarme a la casa?
-Bueno, regreso por ella en un rato
-Está con sus damas, solo llévame y luego inventas que tuviste un inconveniente en la oficina
-Es Sábado, se supone que hoy no hay inconvenientes en las oficinas
-Bueno, inventa otra cosa, eso es lo que menos me importa
Raúl hizo lo que le pedí y me llevó a la casa.
-Llegaré tarde
-Por mi mejor -respondí bajando del auto.
-Como sea -arrancó el auto y desapareció de mi vista. Entré a la casa y en la puerta me topé con su hermano.
-Yoseline, quiero hablar contigo sobre lo que pasó
-Tranquilo, no pasa nada
-Por favor, pero no aquí, mis padres están en la casa
-José Luis, en verdad, todo está bien
-Por favor acompañame, odio manejar de noche
Yo me seguía negando, pero de pronto él me tomó entre sus brazos y me subió a su auto, antes de que pudiera bajar de éste él ya había puesto el vehículo en marcha y nos estábamos alejando de las grandes avenidas y calles importantes, todo indicaba que me estaba llevando a las afueras, a dónde estaba el bosque.
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Fantasmas Del Pasado
Fiksi Penggemar[Tercera parte de la historia "Tú, yo y tu ángel"] Siempre lo ayudé a no ahogarse, pero él no se dio cuenta que mientras lo hacía yo me estaba hundiendo, que mientras el salía a flote yo era su sostén, su pilar, pero me estaba quedando sin aire, si...