-Vaya que el sillón si es bastante amplio, es bueno para tomar un buen café, leer buena literatura o para hacer algo más divertido -comenzó a decirme mientras me veía de arriba a abajo.
-Es más cómodo que la cama, por suerte no tengo que dormir ni ahí -señalé la cama -ni acá -miré el sofá -simplemente no tengo que dormir y lo agradezco mucho -reí.
-Eso alarga más los días, pero dime ¿ya vas a acceder ser mía de nuevo? Como aquella noche cuando robe tu inocencia -me miró mientras se sentaba en el sofá y me atraía hacia él, solo que me resistí un poco y solo me pare frente a él.
-Mmm... Tal vez, puede qué si, pero solo si accedes a algo tú -toque la punta de nariz -y para que quedé claro, no robaste mi inocencia -reí -jamás tuve inocencia -un recuerdo invadió mi mente por unos momentos.
-Dime lo que sea -sonreí victoriosa, tenía que averiguar cosas, pero primero tenía que preparar el terreno, así que inventé algo para que de esa manera él no sospechara mis intenciones.
-La primera noche que compartimos me dijiste algo así como que sabría que era estar con un verdadero hombre -reí mientras me sentaba sobre sus piernas. Me estaba poniendo nerviosa, pero tenía que parecer muy segura, no quería que me descubriera.
-Sí, pero ¿a qué quieres que acceda? No entiendo bien tu punto ¿me explicas? -él parecía no entender nada, así que eso me pareció un buen indicio de que hacía las cosas bien y era una situación que me daba pie a seguir con mis planes.
-Pues a qué me muestres como es un verdadero alado, no niego que esa noche me gusto mucho -me abracé de su cuello -pero rompiste un tanto mis expectativas de un buen sexo -metí mi mano por debajo de su camiseta y comencé a deslizar mis dedos por todo su abdomen -digo, quiero ver esos ojos oscuros llenos de pasión y lujuría propios de un caído salvaje -me acomodé sobre su cuerpo de tal manera que quedamos frente a frente, coloque mis rodillas a sus costados encontrando un apoyo sobre el mueble.
-¿En serio me estás pidiendo eso? -comenzó a subir mi vestido mientras deslizaba sus manos sobre mis glúteos.
-Obvio, deja esas cursilerías, la dulzura y lo delicado a los ángeles, quiero estar con un verdadero demonio -vi como sus ojos se oscurecía un poco mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro -no me gusta mucho la intimidad con los ángeles -tuve que contener mi risa. ¡Vaya que era buena mentirosa!.
-A la princesa lo que pida -me dio un beso apasionado mientras se levantaba del sofá conmigo entre sus brazos.
En un ágil movimiento él me dio la vuelta para que le diera la espalda, llevó todo mi cabello hacia mi lado izquierdo mientras besaba mi cuello y se deshacía de mi uniforme.
No me voy a victimizar, ni mucho menos me haré la heroína como para decir que tenía que acostarme con él para sacar información, finalmente él si me provocaba algo, su cuerpo, sus labios, lo deseaba por completo, pero no ahora y no así con la cabeza llena de dudas y con dos secretos de por medio, el mío y el de él; aunque el de él no era tan secreto, ya lo sabía, pero no por él, si no por su madre.
Decidí volver a mi posición inicial para besar sus labios, coloque mis brazos al rededor de su cuello, pero el gusto no me duró mucho, ya que él me alejó y comenzó a quitarse el cinturón, mientras él hacía eso decidí sentarme en el sofá y solo verlo.
-Pero que sexy -mordí mi labio inferior para provocarlo un poco -Vaya que ustedes los alados son irresistibles
-Los ángeles son más sexys y perfectos -tomó el cinturón entre sus manos -pero hoy no quiero que seas sexy, quiero que seas buena y obediente-lo miré un poco confundida, pero solo sonreí mientras él me empujó por los hombros obligándome a recostarme sobre el sofá -Si quieres un demonio hoy, lo vas a tener -beso mi mentón, tomó mis manos y las unió con su cinturón por las muñecas, las elevó sobre mi cabeza y fue en ese momento en el que entendí todo -quiero ver tu carita como la primera vez, cuando te conocí, con esa expresión inocente como si no rompieras un plato
-Mejor cállate y bésame -colocó su dedo índice sobre mis labios.
-Hoy será a mi manera -levanté una de mis cejas y sonreí.
Todo parecía ir perfecto hasta que escuché como tocaron la puerta y después solo vi la perilla girar.
ESTÁS LEYENDO
Fantasmas Del Pasado
Fanfiction[Tercera parte de la historia "Tú, yo y tu ángel"] Siempre lo ayudé a no ahogarse, pero él no se dio cuenta que mientras lo hacía yo me estaba hundiendo, que mientras el salía a flote yo era su sostén, su pilar, pero me estaba quedando sin aire, si...