Capítulo 48

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-Brenda trata de calmarte por favor -le pidió José Luis.

-Es que no puedo, pensé que podríamos ser felices con nuestro bebé

-¿Qué? -él se separó de ella.

-Estoy embarazada, espero un hijo de tu hermano

-¿No se lo has dicho aún a Raúl?

-No, se lo iba a decir en nuestra Luna de Miel, pensé que le alegraría la noticia de que va a ser papá

Salí corriendo de vuelta, mi pareja se dio cuenta de que escuché todo y me siguió.

-Paloma espera -me detuvo del brazo.

-¿Qué? -¿por qué ahora me confundía con Paloma? Nunca lo había hecho.

-No se lo vayas a decir a mi hermano

-¿Por qué? Tiene derecho a saberlo, va a ser papá y me llamo Yoseline, no Paloma

-Porque solo va a dañar a Brenda más de lo que ya está y perdóname tengo la cabeza en otra parte

-Él tiene derecho a enterarse, es su hijo, debe hacerse cargo ¿no?

-Tenías razón, él no quería casarse y un bebé en estos momentos solo va a hacer que ella retenga a Raúl en contra de su voluntad

-¡Pues no me importa! No es lo correcto

-Pero a mis padres si les va a importar la noticia y lo van a obligar a casarse con ella, eso solo complicaría las cosas -hizo una pausa -además por si no lo recuerdas ella le fue infiel una vez ¿Quién nos asegura que el hijo que espera Brenda es realmente hijo de mi hermano?

-José Luis, Raúl se tiene que enterar de eso, no se lo podemos ocultar, tarde o temprano se le va a empezar a notar el embarazo ¿y después qué? Tus padres se va a enterar

-Yoseline por favor

-No

Sus ojos comenzaron a tornarse oscuros, como siempre que se enojaba, como aquella noche me tomó por el cuello y los dos caímos sobre el suelo; intenté detenerlo para que nadie nos descubriera.

-¡Hey! -escuché a Raúl -¿Qué te pasa? Sueltala -Raúl logró quitarme a su hermano de encima.

-Tú no te metas -José Luis le reclamó.

-Me meto porque no debes tratarla así ¿Qué te pasa?

-Pasa que te va a arruinar la vida

-¿Por qué? ¿De qué hablas? -él buscó mi mirada.

-Raúl ya dejalo -le pedí -y tú, ya calmate ¿si? No voy a decir nada y ya me voy estoy harta de ti y de tus malditos impulsos, siempre haces lo mismo, un día vas a terminar matándome como lo hiciste con Paloma

Me alejé del lugar y caminé por las calles oscuras, durante el transcurso me quite los tacones, ya me dolían los pies y después de un buen rato de seguir caminando llegué al oscuro bosque, me adentré en él y busqué la manera de entrar a mi mundo, lo logré.

No vi a mi madre por ningún lado, así que me dirigí a mi vieja habitación y comencé a indagar entre los papeles que estaban regados por todas partes, encontré algunos pergaminos que parecían que estaban rotos pero me percaté que eran las partes faltantes de los que estaban en el paraíso, esos en los que involucraban a mi madre o parte de mi historia, sin más comencé a leer, pero no había nada relevante, o bueno, al menos no algo que ya no supiera.

Busqué hasta por debajo de la cama, pero no había nada que fuera de mi importancia, hasta que encontré una caja con candado que llamó mi atención, la tomé entre mis manos y la coloqué sobre el piso, busqué un objeto duro y comencé a golpear el pequeño candado con fuerza hasta que logré destruirlo, levanté la tapa y comencé a sacar los papeles.

Todo eso me confundía, había un acta de matrimonio, el acta de nacimiento de alguien y dos pergaminos, me apresuré a leer, el acta de matrimonio era de mi madre con un tal Ángel y el acta de nacimiento era de Paloma, pero para ese momento ya no estaba segura de nada, no creía que fuera la misma Paloma que todos conocemos, ella era un ángel y mi madre no tenía por qué tener papeles de ella aquí, en el mundo.

Seguí revolviendo dentro la caja y encontré una cadena, era idéntica a la que traía puesta en el cuello, seguramente esa era la que mencionó José Luis ese día que la encontró y me interrogó por la que yo portaba.

No estaba entendiendo nada así que proseguí a leer los pergaminos que acababa de encontrar.

El primer papel había sido escrito por mi madre y decía lo siguiente:

Hay solo tres maneras de destruirlo y dos de ellas son sus hijas, su primogénita, la luz de sus ojos o su segunda hija, quién nació para tomar el lugar de su hermana en caso de que ella muera. La reemplazará.

Proseguí a leer el siguiente pergamino.

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