Capítulo 24

47 5 1
                                    

-Yoseline yo... -escuché la voz de mi protegido.

José Luis se levantó rápidamente y yo solo me senté; con mis dientes desate el cinturón de mis manos mientras miraba a Raúl furioso.

-Pensé que estabas molesta -me miró con rabia en los ojos -Y tú ¿qué haces con mi guardiana, con mi protectora? ¿Qué te pasa? -comenzó a reclamarle a su hermano.

-Bueno ¿y a ti qué? Ella y yo podemos hacer lo que sea con nuestras vidas

-Si, si, ya lo sé, pero también sé qué eres, quién eres

-Eso ya lo sabías hermano, solamente bloqueaste el recuerdo

-¿Por qué siempre tienes que hacer esto? Ella no está aquí para ser tuya, es mi ángel y está aquí para cuidarme a mí, está aquí porque yo existo, no está por ti, así que no te sientas tan importante

-¿Sentirme importante yo? Lo dices tú, quién siempre quieres ser el maldito centro de atención, primero enamorandote de tu antigua guardiana, y ahora solo te vas a casar con alguien que era ¿tu secretaria no? Y gracias a eso todos ignoran mi existencia

Raúl pareció ignorar todo lo que su hermano le echaba en cara y solo se limitó a mirarme.

-Ten -me ofreció el uniforme que había recogido del piso -Deberías cubrirte -me dijo con mucha molestia.

Le arrebate la prenda de las manos con una cara de pocos amigos.

-Gracias -lo miré -Raúl

Mi protegido salió de la habitación cerrando la puerta de un gran portazo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi protegido salió de la habitación cerrando la puerta de un gran portazo.

-Si que está neurótico

-Un poco -respondí colocándome el vestido -déjemosle así por hoy ¿si? -le pedí -después retomamos esto

-¿Vas a ir con mi hermano?

-No, voy a la sala a tomar una cerveza o algo así -este era el momento perfecto para correr a la sala y tratar de recuperar el collar.

-Está bien -me dio un beso en la frente y salió de la habitación, salí tras el para asegurarme que entrará a su recámara y no me estropeara mi misión.

Caminé lo más rápido posible por el pasillo, estudie el panorama y Raúl no estaba ni en la cocina ni en la sala; encendí una lámpara que estaba sobre un pequeño mueble a un costado de uno de los sofás de la sala y comencé a buscar el collar en dónde se me había caído, pero no lo hayaba por ningún lado.

-¿Qué haces? -dijo Raúl a mis espaldas.

Eso complicaba las cosas, me quite uno de mis aretes rápidamente y lo escondí en mi sostén.

-Buscando mi arete, se me perdió hace rato -me levante y cuando estuve frente a él lleve u mechón de mi cabello tras mi oreja intencionalmente para que se diera cuenta que no traía un arete.

-Ah, pero eso no te importo cuando mi hermano y tú estaban revolcándose

-¿Ya vas a empezar?

-Si, ya voy a empezar y si no quieres que empiece no deberías tener algo con mi hermano

-¿Y a ti qué te quita que me la quiera pasar bien con tu hermano? -cruce mis brazos.

-Ya habíamos hablado de eso
-Si, y quedamos que estas comprometido y te vas a casar

-Eso no quita que seas mi ángel y no debas involucrarte con mi familia

−Es que no te entiendo, primero dices que te quieres casar lo más pronto posible y ahora me sales con esto, con una escenita de celos ¡por favor! -exclamé bastante molesta.

−¿No me dijiste que tú no sabes lo que es el amor?

−¿Y eso que tiene que ver? -me cubrí el rostro y después deslice mis manos por mi cabellera -soy tu ángel, no tu mujer, ni nada tuyo, estoy aquí para cuidarte, no para complacerte, espero que eso te quede claro y lo entiendas bien

−Es que no tienes que meterte con mi hermano, bien sabes que él no te conviene

−¿Y tú qué sabes quién me conviene y quién no? -solté un suspiro -Según tú ¿quién es el que me conviene? ¿tú? -solté una carcajada -por favor no estés diciendo incoherencias

−¿Pues qué tiene de malo? Al menos yo no soy un demonio y no son incoherencias

−Perdóname, pero yo también soy uno de ellos, que no se te olvide, mis alas también son negras, así que no me hagas enojar porque puedo ser muy mala

-Ven acá -me tomó del brazo y me sacó de la casa.

-Sueltame -en verdad me estaba conteniendo para no sacar mis instintos.

-Yoseline -lo interrumpí.

-Hasta que dices mi nombre bien -aplaudí.

-No seas payasa y escuchame

-¿Qué quieres?

-Proponerte algo

-¿Qué ganó yo en todo esto?

-Que te deje de molestar, que cuando me case ignore tu presencia y deje que tengas lo que sea con mi hermano sin interponerme

-Bien, te escucho -levanté mi ceja derecha.

-Quiero que me regales esta noche

-¿Qué te regale qué?

-Quiero que me des está noche tu compañía, como una despedida de soltero

-¿Realmente crees que aceptaré eso?

-Puedo ser mejor que mi hermano

-Es que no se trata de sí eres mejor o peor que tu hermano, estamos hablando de que vas a estar conmigo y le serás infiel a tu novia

-No tiene por qué enterarse

-Raúl -me interrumpió.

-No te precipites, piénsalo, estaré toda la noche en la biblioteca de mi padre, ya sabes en dónde está

Me dio un beso en la mejilla y entró a la casa, lo vi alejarse y perderse tras una puerta de madera, no podía asimilar bien lo que acababa de proponerme, pero realmente su presencia me estorbaba para avanzar con la información que tenía José Luis y que tenía que obtener.

Pensé bien todo y subí a la recámara que Raúl compartía con Brenda.

Fantasmas Del Pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora