Capítulo 37

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-José Luis, no estoy muy segura de realmente querer ir a la boda de Raúl, ante todo el mundo soy solo una empleada a la cual tu hermano contrato -tomé entre mis manos las orillas de la falda de mi uniforme -además Brenda no me soporta, dudo que quiera verme ahí

-Ya lo sé, pero tú eres mi novia y quiero que vayas conmigo, además mi hermano nos pidió -tomó mis manos -que fuéramos los que entregaramos las arras en la ceremonia

-Voy a hablar con Raúl y veré que puedo hacer ¿si?

-Está bien, pero tienes que estar ahí

-No aseguro nada -reí y salí de su habitación.

Me dirigí en busca de Raúl y lo encontré sentado en el césped del patio.

-¿Qué haces ahí? -coloqué una de mis manos sobre su hombro.

-Sólo estoy pensando, mejor ve a dormir, es algo tarde

-Los ángeles no dormimos -me senté a su lado.

-Cierto

-Ahora dime, ¿qué te pasa?

-Estoy nervioso por la boda

-Obvio no te creo, ahora dime ¿qué pasa en verdad?

-Estoy confundido -me miró con esos ojos tan dulces.

-¿Confundido? -fruncí el ceño -¿de qué o qué? -hice una pausa -¿qué es lo que te confunde un día antes de tu boda?

Él tomó aire y pareció que una tensión recorría su cuerpo, apretó sus puños y después se relajó soltando un largo suspiro, tenía razón en mis sospechas, su actitud era rara y confusa.

-Necesito que vayas a mi boda -me pidió.

-Justo de eso venía a hablar contigo -confesé-

-Ven a mi boda ¿si? Sé que Brenda no te soporta, pero quiero que vayas, es muy importante para mí que estés ese día conmigo, finalmente eres mi guardiana

-Okey, iré, pero ya dime ¿qué pasa? -insistí.

-Tú, tú me confundes -tomó entre sus manos mi rostro y me besó, yo le correspondí, pero por el hecho de que no sabía qué hacer; cuándo reaccioné me separé rápidamente de él y me levanté, sacudí mi uniforme.

-Lo siento, tengo que irme, esto es un completo error -comencé a caminar al interior de la casa.

-Pero yo te -hizo una pausa -amo -me hice la desentendida y entré a la casa con una sensación extraña.

Abrí la puerta de la que se suponía era mi habitación, José Luis no estaba así que apresuré mi paso y toqué la puerta de la habitación de José Luis.

—Está abierto —escuché del otro lado de la puerta.

Giré la perilla y abrí la puerta, vi a José Luis sobre su cama viendo el televisor que estaba colgado en la pared. Sabía que siempre que tenía ese conflicto emocional y me sentía mal por besar a Raúl o tener demostraciones de amor con él iba a refugiarme con su hermano y terminaba en su cama.

—Volví, Raúl me dijo que fuera a su boda —caminé con cuidado sobre el piso y me senté a la orilla de la cama.

—Genial —me dedicó una sonrisa.

—¿Qué estás viendo? —me recoste a su lado.

—Una película

—¿De qué trata?

—Es de ciencia ficción, es sobre alíens —lo miré un poco raro y llevé la vista al frente.

Los dos nos quedamos viendo el televisor por un buen rato hasta que la pantalla se torno negra y comenzaron a pasar mil palabras de forma rápida, los créditos eran.

—Necesitamos ir mañana a comprarte un bonito vestido

—No nos va a dar tiempo —dije.

—La boda es en la noche, nos podemos escapar un rato en la mañana y volver lo más rápido posible

—Como digas, no sé mucho de tiempos, mientras Raúl no se moleste, por mi está bien

—¿Por qué te importa tanto el bienestar de mi hermano? —me preguntó mientras tocaba la punta de mi nariz.

—Soy su guardiana y tengo que velar por su seguridad

—Cierto —devolvió la vista al televisor y tomó entre sus manos el control remoto —¿Quieres ver otra película? Aún es temprano, no pasa de media noche

—Como quieras, solo que sea algo interesante por favor —me acomodé sobre la cama y me acurruque entre los brazos de mi compañero. No podía concentrarme en las cosas.

La película era de acción, y era muy interesante ver todos los efectos especiales que ocupaban y la trama de la película era algo que llamaba mi atención; duró un tiempo, pero lastimosamente terminó y ya pasaba de la una de la mañana según José Luis, por lo cual en la mayoría de los canales ya no había nada muy interesante, había caricaturas, algunas películas para adultos y los comerciales en que sólo te vendían cosas como aspiradoras, ollas, electrodomésticos, accesorios para la sala e incluso focos que mataban a los insectos y ayudaban al medio ambiente ahorrando la luz. Eso me estaba aburriendo bastante.

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