Capítulo 19

50 5 0
                                    

Llegué al bosque, al punto en dónde todo se oscurecía, en dónde parecía que el Sol se había apagado, en dónde los árboles eran tan altos que eran imposibles de escalar si no tenías habilidades super naturales.

Me senté sobre el pasto húmedo y me arranque el collar del cuello, busque un árbol para dejarlo ahí y después volver por éste.

-Me voy a arrepentir toda la vida por esto -me dije a mi misma mientras tomaba el cuchillo entre mis manos, lo miré por varios segundos y por más que intentaba ver mi plan de una u otra manera siempre llegaba a la conclusión de que estaba loca y q...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Me voy a arrepentir toda la vida por esto -me dije a mi misma mientras tomaba el cuchillo entre mis manos, lo miré por varios segundos y por más que intentaba ver mi plan de una u otra manera siempre llegaba a la conclusión de que estaba loca y que era muy mala idea, pero también me daba cuenta que era la única manera en que llegaría a mi mundo de nuevo, así que sin más, baje la parte de arriba de mi vestido y deje que mis alas salieran, cerré los ojos y clave el cuchillo en mi ala derecha; sentí un dolor punzante pero éste no impidió que arrojará el cuchillo lo más lejos que mis fuerzas me lo permitieran -¡Mamá! -grité -te necesito aquí, mi ala no esta bien, necesito tu ayuda -al menos todos esos años con ella me habían ayudado a aprender a mentir bastante bien -no quiero morir -me recosté sobre el pasto.

-No seas dramática niña -escuché esa voz tan irritante mientras sonreía disimuladamente por mi victoria.

-Tengo un ala herida, ayúdame por favor -me arrastre hacia ella.

-Vamos a que te cure y a que me expliques que paso -me tomó por un brazo y me jalo hacia ella.

-¡Auch! -me queje de dolor -ten cuidado ¿si? Me duele

-Eres débil como tu padre

No sé en qué momento las dos estuvimos en esa cueva que llamaban "mundo" y tenía ya a varios alados a mi alrededor tratando de curar mi ala mientras mi madre me interrogaba de lo que había pasado.

-Oigan, me duele ¿pueden tener cuidado? Gracias -fruncí el ceño.

-Niña, deja de quejarte, se supone que eres fuerte, como yo y no una diva como tu padre, ahora dime ¿qué te paso?

-¡Vaya! Hasta que muestras un poco de interés -exprese molesta.

-Bueno, al menos heredaste mi carácter

-Si, si, como sea -voltee molesta a ver a uno de los ángeles que me estaba haciendo una curación -¡¿Puedes tener un poco de tacto por favor?! Maldita sea -cerré los puños para contener la rabia.

-Ya estoy harta de tus juegos -me tomó por el rostro obligándome a mirarla -ahora mismo me vas a explicar que te paso y si uno de los ángeles te hizo algo ahora mismo desencadenamos una guerra

-No mamá, ellos no hicieron nada ¿si ubicas que ellos son buenos siempre? -baje la mirada -lo que paso fue que tuve un accidente

-¿Qué clase de accidente? -me miro no muy convencida.

-Ellos se transportan por un portal, pero este me expulsó con tal fuerza que caí sobre algo afilado y rasgue mi ala

-Espero que no me estés mintiendo Yoseline -de nuevo me tomó del brazo -porque si lo haces te vas a arrepentir

-Mamá sueltame -me solté de su agarre.

-Si que tienes un maldito humor

-Tengo una pregunta y quiero que la respondas

-Sueltala antes de que cambie de opinión

-¿Quién es Paloma? -la mire atentamente para ver si en su reacción había algún sentimiento.

-Una traidora que nos prometió ayudarnos a derrotar al ejército blanco y después desapareció -comenzó a reír y cuando hacía eso sabía que algo ocultaba.

-¿La desapareciste?

-La derrotó uno de mis mejores guerreros

-¿Y quién es uno de tus mejores guerreros?

-Un ángel que está de infiltrado en el mundo de los mortales, es mitad mortal, le di una segunda oportunidad de vida, pero ahora trabaja para mi y él hizo el trabajo sucio

-¿Y se puede saber como se llama?

-Ya son muchas preguntas ¿no crees?

-Mamá, por favor -casi le suplique.

-José Luis -sentí como algo dentro de mi se rompía, por lo cual me quedé petrificada -¿Qué no vas a decir nada?

-Ya me tengo que ir -evite la mirada de mi madre a toda costa -sueltame ya -le dije a quién estaba detrás de mi revisando mi ala.

-Yoseline tu ala no está bien -me gritó mi madre.

-No me importa, me largo de aquí

Comencé a analizar el lugar y me percate que uno de los rincones había algo parecido al portal que existía en el paraíso, decidí tomar esa ruta y salí al mismo bosque; busque el collar por todas partes pero no lo encontré y simplemente decidí que volvería más tarde para buscarlo.

Llegué a la casa de Raúl con las alas enlodadas y heridas, pero cuando me acerque al pequeño mueble que estaba a un lado de uno de los sofás me percate que ahí estaba el collar, lo tomé entre mis manos, pero cuando escuché la voz de José Luis lo solté rápidamente y escuché que cayó al suelo.

-¿Qué te pasó? ¿Estás bien?

-Si, tranquilo, solo es tierra

-No me refiero a eso, tienes una herida

-Ah -intenté buscar una excusa rápidamente para tapar mi estupidez -sólo fue un accidente -baje la mirada y comencé a buscar con los ojos mi collar.

-¿Se te perdió algo? -me miró como si supiera algo.

-No, no, para nada, voy a cambiarme

-Espera -me tomó de la mano y me dio un tierno beso en los labios.

-Te veo después ¿si?

Le dije antes de correr a la habitación del fondo.

Fantasmas Del Pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora