Capítulo 50

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-Dime ¿Cómo vas a explicar que utilizaste a los ángeles para descubrir la identidad de tu padre? -me miró -¿Qué excusa vas a utilizar para argumentar que tuviste relaciones con tu protegido?

Miré a mi madre al borde del llanto y preferí no decir nada.

-¿Cómo le vas a explicar al único hombre que creyó en ti que eres una mentirosa? ¿Cómo le vas a explicar que eres como él? Bueno, no, eres peor, porque él aún tiene un poco de pureza en su alma, lo castigué así por su rebeldía, ahora todas las noc...

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-¿Cómo le vas a explicar al único hombre que creyó en ti que eres una mentirosa? ¿Cómo le vas a explicar que eres como él? Bueno, no, eres peor, porque él aún tiene un poco de pureza en su alma, lo castigué así por su rebeldía, ahora todas las noches se arrepiente y le remuerde haber aceptado mi trato y ser mitad mortal, tiene la vida y la inmortalidad al límite

-Él me ama

-¡Él no te ama niña! Lo suyo era simple sexo, a él le gusta divertirse así con las ilusas como tú -me empujó con la suficiente fuerza como para hacerme perder el equilibrio y caer.

Apreté los puños y sentí como mis ojos empezaron a oscurecer, todo mi cuerpo temblaba.

-¡Vamos! Saca tu ira -me retó.

-No, yo no soy como tú, soy mejor - golpeé con furia el piso.

-Vamos a esperar a tu noviecito y a ver que dice cuando te vea vestida así, con esos ojos encendidos, con las alas más negras que las suyas

Mi madre se sentó a esperar a que José Luis llegara, yo sólo me quedé en una esquina abrazando mis piernas, me sentía débil y amenazada por mi propia sangre. Rogué con todas mis fuerzas que José Luis no llegara.

-No me mires así -advirtió -ya lo mandé llamar, ya no debe tardar

Y si, tenía razón, escuché su voz acercarse cada vez más.

-Estoy aquí ¿para qué me necesita?

-Para que le expliques a mi hija que tú no amas a nadie, quiero que la destruyas

-Perdone, pero no sé quién es su hija, no la conozco -él parecía no percatarse de mi presencia en aquella esquina oscura.

-¿Recuerdas cuándo te traje aquí?

-Sí -bajó la mirada.

-¿Te acuerdas de esa niña que intentó consolarte y que te ofreció enseñarte a volar?

-Sí ¿cómo olvidarlo?

-Esa niña es mi hija, ahora es una adolescente muy guapa

-Disculpe, pero en verdad no entiendo quién es su hija -lo conocía bastante como para asegurar que estaba fingiendo un poco, como si ya supiera mi identidad.

-Está ahí -señaló el lugar en dónde estaba sentada.

-Yoseline -vi sus ojos encenderse mientras caminaba con rapidez hacia a mí.

-Te puedo explicar esto -me defendí.

-¿Por qué no me dijiste que eras como yo? -no parecía molesto, al contrario, actuaba cómo si ya hubiese sabido la verdad

-Te dije que no eres el único que tenía secretos, intenté decírtelo cuando te dije que tú si tenías opción de elegir, yo nací del vientre podrido de mi madre

-Eres una mentirosa

-¡Y tú también! -recriminé.

-Jamás te oculte nada, sabes todo de mí, yo no sabía nada de ti, me deje llevar por tu aroma a polvo de nube

-Destrúyela -ordenó mi madre.

-¿En verdad le vas a hacer caso a mi madre? -pregunté cuando lo vi en posición de pelear.

-Estoy furioso contigo -insisto, parece que actúa.

-Pues entonces vamos a pelear y veamos quién gana esta batalla

-No te hagas la valiente niña, que no te queda -reclamó mi madre -José Luis, destrúyela pero de otra manera -él la miró confundido.

-¿Cómo que de otra manera?

-Hazla sufrir, dile la verdad de todo, quiero que ahora, frente a mí se derrumbe

-¿Decirle la verdad? ¿Está segura?

-Por supuesto, vamos, dile -pidió emocionada.

-Di lo que sea ahora -exclamé fastidiada y cansada de los juegos de mi madre.

-Sabía que eras la hija de la Emperatriz, pero he fingido todo este tiempo, ha sido muy fácil

-No es cierto

-Es verdad, tú madre me ordenó que te enamorara -sus ojos cambiaron su expresión y de nuevo eran esos color avellana, pero esta vez no tenían ese brillo, al contrario, parecían no tener vida -y lo hice, me pidió que hiciera un buen trabajo y pues para divertirme yo también en todo esto decidí tomar tu cuerpo como pago a lo que tu madre me proponía

-¿Me mentiste todo este tiempo?

-Fueron órdenes de tu madre, además fue divertido, eres muy fácil de manipular, de usar, de convencer

-¿Mi madre? Esa mujer no puede ser mi madre, ninguna madre buena contrata a alguien para que dañe al ser que debe ser importante en su vida, a quién nació de su vientre

-Perdón Yoseline, eres muy guapa pero eres muy joven para mí, yo no te amo además estoy casado -sentí que algo se rompía dentro de mi pecho.

-¿Casado?

-Sí -suspiró -y no voy a dejarla por ti, eres una niña y no estás a mi altura

-¿Renuncié al verdadero amor por ti? -le pregunté llorando.

-No seas dramática

Intervino mi madre acercándose a José Luis y plantándole un beso.

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