Capítulo 25

49 5 0
                                    

Abrí el armario y había bastante ropa de mujer, algunas cosas eran demasiado grandes para mí, sí, lo acepto comencé a probarme su ropa, sus vestidos no me agradaban, eran feos inclusive podría decir que mi uniforme era precioso a su lado.

Seguí revolviendo el armario y encontré una pequeña bolsa de plástico, revisé su contenido y vi dos prendas un tanto raras, aún tenían la etiqueta, parecía que apenas las habían comprado.

Las prendas eran muy transparentes y pequeñas, me costó mucho entender como se ponían sobre el cuerpo y me costaba asimilar como a eso lo veían cómodo.

Entré al baño y me saqué toda la ropa, arranqué la etiqueta de las prendas y me apresuré a ponerme las prendas, vaya que era muy incómodo, pero bueno, encontrar las respuestas era más importante que cualquier comodidad; me puse sobre esas prendas mi uniforme y me deshice la coleta alta que siempre portaba durante el día.

Me quedé mirando el espejo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me quedé mirando el espejo.

-¿Qué estás haciendo Yoseline? -en mi reflejo observe como mis alas cambiaban al color negro -¿En qué momento te metiste en esto?

El anochecer apenas estaba comenzando, por lo cual aún tenía tiempo para pensar bien las cosa y no hacer todo de manera precipitada como hasta ahora. Bien sabía que lo que estaba a punto de hacer no iba a ser mi mejor elección, era romper la regla sagrada, obviamente, pero ¿qué más podía hacer? ¿Realmente tenía otra opción? Claro, podría dejar las cosas como están y seguir con mi trabajo de guardiana sin necesidad de querer descubrir cosas e involucrar sentimientos; era como abrir una herida cicatrizada, armar un rompecabezas con piezas faltantes ¿y cómo iba a encontrar esas piezas? Pues claro, tiendo sexo con mi custodio, normal ¿no?.

-¡Vaya idea Yoseline! Vaya idea... -me dije a mis adentros mientras me sentaba sobre el piso.

Después de meditar un tanto las cosas decidí que sí, estaba dispuesta a hacer lo que fuese por encontrar las respuestas; ya había llegado lo suficientemente lejos como para ahora renunciar y tirar la toalla, solo porque no quería aceptar lo que me proponían, era una oportunidad buena.

Me levanté rápidamente, me miré de nueva cuenta al espejo y acomodé mi cabello sobre mis hombros, me subí un poco la falda; busqué mis aretes y me los coloqué. Entre todo lo que había en el baño encontré un labial rojo.

-Ahora Yoseline, no puedes sentir nada cuando sus manos estén recorriendo tu piel, si lo haces vas a tener un castigo ejemplar -tomé aire -vamos, no tengas miedo

Salí descalza del baño y caminé en silencio por un buen rato dando vueltas en el pasillo, después solo me senté en el sofá e imagine mil cosas, me estaba poniendo muy nerviosa, bastante diría yo.

Volví a buscar el collar tras el pequeño mueble, pero no estaba, esa prqueña cadena me podía salvar, pero ya no estaba y tenía que recuperarla lo antes posible.

-Ya Yoseline, ve, no seas cobarde -me dije en un susurro.

Me armé de valor y toqué la puerta en la que momentos antes había visto a Raúl entrar y desaparecer de mi vista.

-Está abierto -escuché su voz desde el interior.

Me detuve cuando tomé la perilla entre mis manos, estaba aterrada y de nuevo comenzaba a pensar mucho.

-Yoseline -me dijo sorprendido abriendo la puerta -pensé que no vendrías

-Pensé bien las cosas y ya estoy aquí

-Pasa -se hizo a un lado y me dejó entrar a la habitación.

-Gracias

-¿Quieres tomar algo?

-Si el alcohol tuviera el mismo efecto en los ángeles como en los mortales tomaría la botella entera

-¿Eso es un no?

-Exacto, pero bueno, acepto tu trato, ya estoy aquí, pero antes necesitamos hablar

-De lo que quieras

-Cuéntame sobre la última vez que viste a Paloma

-¿Esto es un interrogatorio? -sonrió un poco.

-No, pero necesito tu ayuda y quiero saber todo

-Está bien, Ummm... Paloma estaba muy emocionada porque por fin era una mortal pura, había renunciado a ser una alada, una chica le había ayudado a liberar su alma y teníamos una bonita relación, una noche la traje aquí y tuvo un incidente con mi hermano, cuando salí de la casa la vi tirada sobre el césped, mi madre llamó una ambulancia, cuando los para médicos llegaron me dijeron que estaba muerta

-¿Tienes un lugar en donde llorarle?

-La llevamos al cementerio de aquí

-¿Me llevarías ahí?

-Sí ¿por qué no? Vamos mañana

-Me pediste que mañana fuera con tu prometida a comprar el vestido

-Cierto, lo olvidé

-¿Pasando mañana?

-Sí, yo te llevó para allá

-Gracias -contesté mientras jugaba con mis manos -¿me prometes que después de esto no vas a decir nada y realmente me vas a dejar en paz con respecto a mis relaciones?

-Lo juro -tomó mis manos y las besó.

-Me siento como una prostituta

-Tranquila mi niña -me dio un tierno beso, pero lo alejé, no me gustaba sentir cómo rompía las reglas -¿Qué pasa?

-Soy una adolescente, es normal sentir miedo ¿no? Dime que está bien

-Si no quieres continuar con esto... -intervine.

-No, no, no, está bien, voy a cumplir mi parte del trato, solo por favor cumple una condición

-¿Cuál? -me observó con ese brillo en los ojos.

-Ten cuidado ¿si?

-Te prometo que seré cuidadoso -tomó mi rostro entre sus manos y me dio un tierno beso.

Fantasmas Del Pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora