Capítulo 29

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NUEVE AÑOS ANTES

-Mamá ¿pero quién es él? -voltee a mirar a aquel hombre -está muy asustado

-No me importa, se va a quedar aquí un rato

-¿Puedo jugar con él? -pregunté.

-Haz lo que quieras, pero vete de mi vista, no te quiero aquí estorbando en mis asuntos

Corrí a buscar uno de mis juguetes preferidos y me acerqué a aquel extraño que estaba muy asustado y llorando en aquel rincón del mundo.

-¿Quieres jugar? -dije emocionada.

Aquel hombre me miró y yo puse mi mano sobre su mejilla, él sonrió un poco.

-¿Cómo te llamas?

-Yossi, pero ya vamos a jugar -jale su camiseta.

-No puedo, ellos me observan

-Entonces me voy a quedar aquí -me senté y lo abracé como hubiera abrazado a mi padre, ese que solo he visto unas dos veces.

-¿Crees que deba aceptar?

-¿Aceptar qué? -pregunté mientras miraba mi paleta roja que me había obsequiado uno de los amigos de mi madre.

-Ser como tú

-¿Cómo yo? ¿Y cómo soy yo?

-Sí, o sea, vivir aquí con ustedes, tener alas

-Sí, no es malo, además las alas son muy bonitas, yo te puedo ayudar a controlarlas

-¿En serio?

-Toma, te la regalo -le ofrecí mi caramelo.

-Gracias -me sonrió mientras la tomaba.

TIEMPO ACTUAL

-¡Claro! Sabía bien que esos ojos los conocía de algún lado, su alma era bastante limpia ¿en qué lo convirtió mi madre? -me senté sobre el pasto -Si tan solo no le hubiese dicho eso tal vez sería libre, los ángeles lo hubiesen salvado ¿pero cómo iba a saber? Era una niña

NUEVE AÑOS ATRÁS

-Prometeme que no vas a tener miedo -mi madre me tomó de los hombros.

-¿Por qué?

-Te voy a llevar con tu padre un rato ¿si? Pero te prometo que voy a volver por ti ¿me prometes que vas a ser una niña valiente? -besó mi frente.

TIEMPO ACTUAL

Sentí como las lágrimas corrían por mis mejillas, ese día fue el único en el que me madre me había mostrado cariño; le prometí ser valiente y ahora estoy llena de miedos.

-Él tenía 21 y yo tan solo solo ocho años ¿y ahora qué? Hasta parecemos pareja -limpié mis lágrimas cuando escuché que alguien gritaba mi nombre.

-¿Qué pasa? -grité levantandome.

-¡Ay! Aquí estás

-Raúl -caminé hacia la puerta trasera de la casa -¿qué pasa?

-Brenda llamó

-¿Y?

-Dice que tú eres la muchacha y que tienes que ir por ella

-¿Me das su dirección?

-Te puedo llevar si quieres -hoy no tenia ganas de discutir.

-Bien, vamos

Mi protegido y yo caminamos en silencio hasta llegar a la camioneta, él me abrió la puerta del copiloto, pero yo no subí.

-Prefiero ir atrás -abrí la puerta y subí, él no cuestionó nada y solo se limitó a subir.

-Perdona

-¿Por qué?

-Por lo de anoche

-Yo acepté, no fue contra mi voluntad, además no era mi primera vez por si te preocupaba eso -dije sin importancia.

Él no objetó nada. Condujo por unos cinco minutos hasta que se detuvo frente a unos edificios.

-Paso por ti en tres horas

-Okey -bajé del auto y lo primero que vi fue a Brenda corriendo hasta el auto, se colocó junto a la ventanilla del piloto y le dio un beso a Raúl.

-Gracias por traer a la criada mi amor

-Regreso en tres horas ¿si?

-Okey ¿Vas a estar en la oficina?

-Sí, tengo que hacer unos pendientes

-¿Puedes quedarte a comer aquí? -preguntó con su voz fastidiosa -mi madre quiere decirte algo

-Sí, pero ya me tengo que ir -le dio un corto y beso y después arrancó la camioneta.

-Pues ya vámonos, el taxi nos esta esperando -me ordenó.

-Bien -comencé a caminar detrás de ella.

Después de unos veinte minutos de camino llegamos a una boutique.

-Mis damas van a llegar en una hora

-¿Sus qué? -fruncí el ceño.

-Mis amigas, también se van a probar unos vestidos para decidir el estilo y el color

-Esta bien señorita

-¿Sabes por qué mi novio traía esa cara de pocos amigos? -no era tan mala persona como parecía.

-No lo sé -mentí -yo me limito a hacer mi labor, sin escuchar ni decir nada

-Muy bien, entonces quiero que también te mantengas al margen conmigo, no cuestiones mis decisiones

-Como usted diga

-Quizá, solo está estresado -cambió de nuevo el tema.

-Tal vez, preparar una boda no es fácil y menos tan pronto

-Bueno ya, no te quiero escuchar más -suspiré y caí en cuenta que esa chica amable no duraba más de dos segundos presente.

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