Epílogo

50 5 6
                                    

-¿Ella? -me sentí destruida y humillada.

-Perdón -dijo con una sonrisa.

-Déjalo así -salí de esa habitación y caminé al pequeño portal que me sacaría al mundo de los mortales.

Caminé varios minutos en círculos por todo el bosque y terminé llegando a la conclusión de que debía despedirme de Raúl y decirle a Miguel que le consiguiera otro ángel.

Llegué a la casa y vi a Raúl sentado en el sofá.

-Raúl, tengo que irme

-¿A dónde? -me preguntó preocupado.

-A mi mundo, al real, sólo vengo a despedirme, es mejor dejar las cosas así

-¿Te voy a volver a ver?

-Lo dudo, pero antes de irme necesito ir a mi mun... -guardé silencio -Al mundo de mi padre -suspiré.

-¿Me dejas darte un abrazo?

-Claro

Extendí los brazos y le di un fuerte abrazo.

Corrí al baño y entré por el espejo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Corrí al baño y entré por el espejo.

-¿En dónde está el arcángel? -entré gritando al Palacio.

-No puedes entrar así -me detuvo un ángel.

-Sí, si puedo, así que dígame ¿en dónde está?

-Él ahora está muy ocupado, pero puede volver al siguiente crepúsculo

-No puedo esperar más, ya esperé 17 inviernos ¿Cuánto más tengo que esperar para ver a mi padre?

Vi que la puerta principal se abrió y de ahí salió quién se supone era mi padre.

-¿Cuánto quería esperar para reconocerme?

-¿De qué hablas niña?

-Que ya sé que usted es mi padre y no me lo niegue que toda su historia con mi mamá está escrita en los pergaminos que quisieron ocultar, esas cosas están en mi mundo, si no querían que me enterara, debieron quemar eso

-Fue un trato de tu madre y no hagas más escándalo que no quiero problemas con la Corte Celestial

-Usted ya tiene muchos problemas, más de los que va a poder soportar

-Saquenla de aquí

Dos ángeles me tomaron de los brazos y y me arrojaron por el portal; estaba en una habitación bastante reducida con paredes blancas.

Me acoplé a una esquina y comencé a llorar recordando aquel día en que pise por primera vez tierra de ángeles, estaba llena de ilusiones, llena de sueños y esperanzas y ahora estaba ahí, hundida, derrotada, utilizada y humillada por mis dos padres y por el hombre que amaba.

-Cuenta una historia que hace mucho, pero mucho tiempo existió un demonio que se enamoró de un ángel, pero su historia nunca tuvo un final feliz -el recuerdo de la voz de mi madre inundó esas cuatro paredes mientras recordaba las historias que me contaba cuando niña y ahora caía en cuenta que esa era su propia historia vuelta cuento.

José Luis fue para mi un ser que me sacó de mi infierno y me llevó a crear mi propio paraíso, o eso me hizo pensar, aunque siempre omití eso que ya sabía, el diablo era un ángel y él fue mi tentación, mi fruto prohibido, gracias a eso recordaré siempre que no todos los ángeles poseen alas, así como Raúl, ni todos los demonios tienen cuernos, como su hermano.

No había forma en que pudiera salir de ese cuarto horrible que me llevaría a la locura, entré mi ropa busqué el collar que me dio Miguel, ese que tantos problemas me trajo; comenzó a brillar y después simplemente todo comenzó a moverse.

Sabía que eso no significaba nada bueno, la oscuridad estaba cerca y está vez para destruir con el ejército de mi madre preparado, su única hija débil y destruida, encerrada no sólo entre cuatro paredes, si no dentro de sí misma; no tenía forma de avisarle a Víctor o Miguel de lo que se avecinaba. Está vez el paraíso y los ángeles iban a ser derrotados, como yo.

El reinando de mi padre iba a terminar pronto, reinará la oscuridad entre ese escenario apocalíptico en el que se convertiría su trono, su corona sería profanada por la sangre. Él junto conmigo caeríamos.

Fin

Fantasmas Del Pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora