Infantil {Adrien Agreste y tu} [FINALIZADA]

~Prólogo

_________-Tú
_ _ _ _ _ _ _(AP)-Apellido
_ _ _ _ _ _(TP)-Tu país.

No hay superheroes, la madre de Adrien esta viva, él tiene 22 años y ________ 20

Él se hace llamar Chat Noir.

No viven en Francia sino en vuestro país.

Todo lo que sucede en esta historia es ficción, la información dada no es correcta.

Se quitó el sudor de la frente, de verdad esto no era lo suyo, estaba a punto de intentar buscar trabajo como otra cosa.
Esto de pelar patatas para un hombre que quiere 47282828 patatas por minuto bien peladas y todo, renunciaría este mismo día.

—_______ _ _ _ _ _ _ ¡Eres un desastre!—Le echó en cara el chef.

—Lo siento chef, pero...— ella tragó en seco.—¡Renunció no puedo más!—Se quitó la rejilla de su oscuro cabello un poco corto, y dejó el cuchillo para después lavarse las manos, salió por la puerta de atrás.

Solo había durado 1 mes en ese trabajo, al menos le alcanzaba para darse algún capricho y comer un poco. Se había ido de casa hacía un cinco meses atrás, y de verdad el dinero no le duraba, al igual que sus trabajos. Ya no sabía que más hacer, pronto debía pagar el alquiler sumando los gastos de la luz y el agua.
Era una joven de 20 años, con rasgos latinos, de oscuro ojos y pelo negro mediano, estatura baja.

Dejó todas sus cosas en el suelo nada más llegar a casa y se tiró a la cama. Revisaba en su móvil alguna otra oferta de trabajo, ya había renunciado a 4 trabajos, y eso que el país estaba en la suficiente crisis como para abandonar 4 trabajos sabiendo que era muy difícil conseguirlos.
Ya tenía por seguro que tener su titulado de química sería algo difícil hacía 1 año atrás que dejó sus estudios terminando un grado superior de química. Estaba tan jodida como el resto del mundo.

Caminó por las calles repletas de personas, esperaba encontrar algo con que trabajar, pero ni modo ya que hablar con la gente no se le daba bien, odiaba la cocina, cobrar por limpiar baños era una mierda porque básicamente la estafaban, y el contrato en el supermercado había acabado, pero no intentó cuidar niños, la paciencia era escasa.

Observó las farolas donde la gente solía colgar ofertas de trabajo, las cuales no sabía si eran seguras y certeras.

Había una cantidad de papeles, puede que algunos sean viejos pero por intentar algo no pasaría nada.

Nada más volver a casa, empezó a llamar.

El primero era para trabajar en una cafetería. El puesto estaba cogido.

El segundo era de cuidar perros. Pero resultaba que ya no era necesario.

El tercero era limpiando una casa. Resultaba que el número no existía.

Estaba cansada y resoplaba con cansancio, solo le quedaba un papel, para ser exactos el más reciente, había visto a un hombre de traje ponerlos y eso le extrañó pero enseguida llamó.

El tono dio dos veces y _______ estaba a punto colgar.

—Hola buenas— dijo una voz cálida,seguramente de una mujer con cierto acento francés.—Hola perdone.

—Si, perdona, buenas tardes— Reaccionó la joven.

—¿Qué desea?

—Es sobre la oferta de trabajo, de cuidar a un niño.—Habló algo nerviosa ______.

—¡Claro! Mire soy la madre del niño, si quiere puede venir mañana a las dos de la tarde, en la urbanización: La Moraleja, calle Embajadero.
Dime tu nombre, por favor

—S-Si claro. Me llamo ________, __________ _ _ _ _ _ _ _(AP)

—Yo soy Emily Agreste. Entonces hasta mañana.—La mujer colgó y la joven se sentía emocionada, tenía muchísima suerte en parte,el problema es que no se le daba bien los niños.

Suspiró con frustración, esperando que todo saliera bien.

La puerta de su departamento se escuchó, la latina se levantó con pereza y abrió la puerta.

—¿Ya tienes trabajo?— Su amiga entró en casa.

—Hola Kate, que tal si muy bien, aquí feliz y contenta.— _______ sonrió fingidamente mientras cerraba la puerta para seguir a su amiga. Kate era una chica de cabello rizado y negro, de piel morena y ojos oscuros.

—Bueno, ¿qué?

—¿Qué de qué?—Dijo la latina.

—Tu trabajo, ya sabía que renunciarías, nunca duras más de 1 mes en algo.

—Renuncié, pero conseguí otro trabajo.

—Tú si que tienes suerte, consigues trabajo muy rápido.

—Pero no me duran mucho...

—Eso también, ¿de qué es el trabajo?

—Niñera, seré niñera...

—¿Desde cuando tú y los niños os lleváis bien? No, espera esa no es la pregunta, ¿desde cuando sabes cuidar niños si ni siquiera sabes cuidar de ti misma?

—Eso me ofende, me gustan los niños porque soy una niña solo que con otra edad, soy despistada, patosa, olvidadiza.

—________ eso no es ser un niño, eso es ser tú.

—Deja de decirme tantas crueldades.

—¿Cómo se llama el niño?¿Cuántos años tiene?¿Cuántas horas tienes que trabajar?¿Cuándo es la entrevista?¿Cómo se llaman sus padres?¿Son ricos o normalitos?

—Para ya, no le he preguntado tanto, solamente se que la madre se llama Emily. Mañana es la entrevista en un lugar donde con tan solo respirar de cobran 20 euros. No se si son ricos o yo que sé, a mi con tal de poder seguir alimentando mi estómago me sirve, no se mucho del tema, pero todo irá bien.

—Será mejor que te alistes, de seguro que te tocará cuidar un niño malcriado, que es feo, mimado, de esos que odia las verduras, se come sus mocos, hace berrinches cuando le da la puta gana, seguro que tendrás que cuidar a un niño de esos que no los soportas, que te tiran cosas y que cuando tu vayas a renunciar te digan que te quiere y que no le dejes.

—Viste demasiadas películas en Antena 3—Rió _______.

—Yo solo te digo, es lo más probable. Bueno para celebrar tomemos unas copitas.

—No gracias, eso me da dolor de estómago y mañana empiezo a trabajar.

—Hoy si que duermo en casa, así que prepárate.

—Vale, vale.— Había pasado todo muy rápido. Fue un descuido no preguntar por el niño al que cuidaría, ni siquiera su nombre o edad.

PROXIMAMENTE

Kate