Infantil {Adrien Agreste y tu} [FINALIZADA]

#13

—Chat Noir, despiértate.—Susurró la joven cuando llegaron a su destino.

—Llévame en brazos mamá.—Murmuró el chico tallándose el ojo derecho.

—No soy tu mamá, y creo seriamente que antes tú podrías llevarme a mí, que yo a ti.—Dijo entre risas.—Venga vamos.—Habló por último, para después dirigirse a la mansión.

El oji-verde la alcanzó con una pequeña carrerilla y ella lo miró directamente, Agreste jugueteó con sus manos como si quisiera decir algo pero en realidad solo se mantuvo callado hasta que se adentró en la mansión, ya que de la puerta hacia delante se fue corriendo escaleras arriba, dejando atónita a _______.

—¿Cómo ha ido todo?—Preguntó Gina dirigiéndose hacia la peli-negra.

–No lo sé, extraño, creo, tal vez muy rápido, no tengo ni idea.—Le respondió la niñera parpadeó un par de veces, para luego acompañar a la mujer más mayor a la cocina.

—Cuéntame niña, a lo mejor podría ayudarte.—Ambas se sentaron en los asientos de cuero y la latina observó momentáneamente el té verde que la cocinera le había servido.

—Siento en realidad, que este trabajo no está hecho para mi.—Dijo casi en un susurro la más joven.

—¿Por qué lo crees? Hace muy poco hablamos y estabas muy emocionada con todo, dispuesta a acercarte a mi niño Adrien, comportarte como alguien de un poco más de confianza.

—Lo sé y todavía quiero conseguirlo, pero no sé si pueda. Hoy pasó algo muy importante.—La niñera comenzó a sentirse nerviosa y jugueteó con la taza.—Adrien se le cayeron las pastillas esta mañana, a pesar de que las recogí y lo acompañé en casi toda la mañana en la universidad, se me olvidó darle sus pastillas. Luego cuando me volví a acordar, irrumpí su cita con su novia para poder dárselas, aunque llegué un poco tarde.—Gina abrió los ojos con algo de miedo.—No, no, no es lo que crees, Marinette no supo nada, es más hasta el propio Adrien estuvo lo suficientemente consciente como para enfadarse conmigo.—_______ rió con algo de amargura.—Pero luego apareció Chat Noir y entre lágrimas me pidió que no le diera las pastillas y yo no pude negarme, podía haberle forzado a tomarse las pastillas para que Adrien siguiera con su cita pero no lo hice. Ah y encima para rematar le grité con su novia. No sé si lo que hice estuvo mal.

—Niña, tranquila.—La trató de calmar la más mayor cuando vio como la joven estaba temblando y confusa.

—A lo mejor debí darle las pastillas. Yo no sé si pueda con todo esto, ¡imagínate que no hubiese llegado a tiempo! Yo no estoy al alcance de este trabajo.—Tartamudeó la peli-negra mientras se masajeaba la sien.

—La señora Emily puso toda su confianza en ti, llevas aquí casi un mes y a lo mejor no ha sido muy bueno que te olvidases de darle las pastillas al niño Adrien, pero lo importante es que hiciste hasta lo imposible por devolverselas, le plantaste cara a la caprichosa de Marinette y has traído bien a Adrien. Las cosas no pueden salir siempre bien, pero no te puedes rendir ahora que estás mejorando.—La oji-verde le mostró una gran sonrisa que reconofortaría a cualquiera que la viese, y eso fue lo que provocó en la de ojos oscuros.

Nada más terminar su jornada, se dirigió a su habitación, llevaba todo el día meditándolo y a lo mejor Gina tenía razón y no podía dimitir, así que por ese momento le haría caso, pero en realidad a lo mejor el rubio si podría ser capaz de despedirla. Aún no sabía del todo como funcionaba la personalidad de Chat Noir con la de Adrien, así que no tenía ni idea como funcionaba, si el niño pequeño tomaba el mando aún cuando el más mayor lo sabía o si no era consciente. No tenía ni la remota idea, ¿se había enterado de lo que le dijo a Marinette? Ni idea.

Pero antes de seguir pensando en más cosas, un sonido se escuchó, alguien estaba tocando la puerta.

—Adelante.—Respondió ella y tras eso el joven de cabellos rubio entró.

—Ah Chat Noir...—Habló _______ con algo de nerviosismo.

—Soy Adrien.—Y el corazón comenzó a sentirse inquieto al ver aquel rostro tan sereno, como si hubiese bajado la guardia, tenía el gran derecho al pensar que hablaba con el niño al ver aquella expresión.

—¿Qué te trae por aquí?—Ni siquiera supo ocultar su nerviosismo por como le temblaba la voz.

—Vengo a disculparme y a darte las gracia, por lo de hoy. Esta vez nadie me ha obligado, yo mismo creo que debería hacerlo, a pesar de todo.—Dijo en voz baja el chico.

—No tienes que hacerlo, yo fui la que te siguió hasta la universidad, te hice pasar vergüenza, luego te seguí hasta el restaurante o cafetería lo que fuera y te arrastré hasta el baño, luego, no sé, no fui capaz de hacerte tomar las pastillas.

—Chat Noir suele ser muy caprichoso.—Comentó él cerrando la puerta y adentrándose a la habitación, pero la peli-negra no se había fijado porque solo se dio cuenta de la leve sonrisa que mantenía el joven.—Te había prometido que nos llevaríamos mejor.

"En realidad me prometiste que fuéramos amigos." Se dijo a sí misma ella, pero no quería joder el momento así que solo asintió.

—Yo no te puedo asegurar que Chat Noir no siga haciendo de las suyas, pero quiero intentar no ser tan cruel contigo, todo este tiempo he estado a la defensiva porque eras desconocida y aunque lo sigues siendo, hoy me has demostrado que tampoco te mereces ese trato, después de todo eres una persona y que seas mi empleada no me da el derecho de tratarte como si fueras cualquier cosa.

—Soy tu niñera.

—¿Cómo?

—Mejor di niñera, empleada suena algo feo.—Cuando se dio cuenta de lo que había dicho se tapó la boca y Adrien negó.—Perdón.

—Da igual. Pero hay una cosa muy importante que debes saber.—Aquel rostro serio volvió y aquello hizo tensar a _______.—Te voy a explicar cómo es el funcionamiento de las pastillas.—La chica asintió con impaciencia como si le hubiese leído la mente.—En las mañanas despierta Chat Noir como ya sabes, él sabe que debe tomarse las pastillas y por lo tanto cuando lo hace momentáneamente aparezco yo. En realidad yo no sé que es lo que ha hecho ese niño, ni lo que ha dicho, ni lo que piensa ni lo que siente, solamente sé lo que él me cuenta y viceversa.

—¿Y cómo lo sabe? Me refiero una vez él me dijo que le habías dicho que no te caigo bien y luego me dijo que no le caigo bien y no sé que más.—Ella mismo se hizo un cacao en sus propias palabras.

—Cuando dormimos, nos encontramos los dos y hablamos de lo que ha pasado en el transcurso del día.—La de ojos oscuros se sintió como si hubiese encontrado su salvación, quizá el niño pequeño no le había dicho a Adrien sobre la amenaza que le había exclamado a la dichosa Marinette.—Yo no estaba de acuerdo con decirte esta información, me parece muy personal, pero en realidad era el único favor que me había pedido Chat Noir desde hace mucho tiempo.

—Entonces, ¿eso significa que él confía en mí?—El rubio negó y la pequeña sonrisa de la niñera desapareció.

—Solo que no quiere que te juegues el puesto de trabajo.

—¿Por? ¿Qué hice?— "Mierda, mierda, ¡lo sabe!"

—Te he dicho que no te iba a tratar mal pero aún me pareces una desconocida, así que aún no te quiero en esta casa.

—¿Qué?—Cuestionó y medio exclamó ________, pero no tuvo respuesta porque Agreste no habló y se marchó.

"Se supone que ya no me va a tratar con tanto asco, pero aún me quiere ver fuera. Quién lo entiende."

Pero a pesar de eso la chica podía mantener su misión de quedarse en aquella mansión y se sintió con mucha más seguridad para lanzarse a por todas para lograr la total confianza del rubio.

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