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MARATÓN  3/3

Se sintió inquieta al dirigirse a la habitación del pelinegro, quería saber qué era lo que ocurría pero a la vez no quería saber nada porque la gente importante que guarda este tipo de secretos tenían sus métodos para que nadie se enterara.

—No te tenses, tampoco es como si hubiese ocurrido un asesinato o algo, vamos creo yo.—Habló pacíficamente al llegar a la habitación y ver a la chica con la mirada agachada.

—Tal vez no deba saberlo.—Axel se sentó en unos sillones de cuero negro que estaban separados por una pequeña mesilla de centro en la que estaban dos vasos y una botella de whisky.

—Ocurrió cuando Adrien y yo aún éramos pequeños, con constancia me pasaba en casa de mi primo, nos hacíamos compañía porque fuimos hijos únicos y nuestros padres no tenían tiempo para nosotros, por lo tanto también nos cuidaba una niñera que se llamaba Nathalie.—El de ojos azules se había servido un vaso y había comenzado a bebérselo, como si pretendiese ahogar las penas en ellos.—En ese entonces mi tío Gabriel seguía vivo y por lo que me contó mi madre antes de que mi tío muriera es que—

—Señortio Axel, ¿puedo pasar?—La puerta sonó y tras abrirse ambos vieron a Fu .

—¿Qué ocurre?

—El señorito Adrien quiere hablar con _______, lamento interrumpir pero debo llevármela.—La latina se levantó del sillón en el que se había sentado cuando había entrado a la habitación .

—Lo siento debo irme, luego hablamos, ahora estoy trabajando.—Y sin esperar otra respuesta se fue, parecía que tratara de escapar de una pesadilla, aunque hasta ese relato no parecía que nada raro hubiese pasado.

—Es un chico que siempre quiere llamar a la atención.—Comentó el hombre mayor al lado de la niñera, rumbo a la habitación del Agreste más joven.

—No entiendo por qué Adrien quiere verme, además no se le veía bien.—La de ojos oscuros cambió del tema para que el mayor no le preguntara sobre lo que estaban hablando.

—Quiere hablar contigo, supongo, esos temas no me incumben así que me retiro.—Dijo por último él tras dejar a ______ en la puerta del rubio.

La joven meditó varias veces si entrar o no, tal vez le iba a dar otro ataque de locura, incluso podía tratarse de que se había enterado de que ella estaba hablando con Axel y la iba a despedir. Todo pensamiento era peor que el anterior pero con el alma en la garganta entró temblando para encontrarse al chico sentado y con la mirada perdida en la ventana que tenía al lado de su cama.

—¿Querías verme?—Cuestionó ella pasando a la habitación.

—Quiero contarte la verdad.—Murmuró él volviendo su mirada hacia sus manos.

—¿Cuál verdad?—Comenzó a titubear y su estómago ardía.

—Acércate.—La niñera se aproximó hacia la cama del joven y él la miró con sus ojos verdes de forma triste y apagada, una mierda irreconocible para ella.—Antes que nada necesito preguntarte que qué vas a hacer después de ver lo que me ha pasado.

—¿Te refieres a los gritos y eso?

—Sí.

—¿Qué quieres que haga?¿Me tomo el día libre o algo?

—¿Prefieres marcharte de esta casa o quedarte?

—¿Por qué me iría?

—Porque soy un loco con trastorno límite de personalidad.

"Dicho así suena como si me fuera asesinar." La chica tembló.

—¿Alguna vez has matado a alguien?—Preguntó la niñera temiendo una afirmación.

Infantil {Adrien Agreste y tu} [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora