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Aunque le tranquilizó la idea de que a Fu tampoco le agradara Odette, ______ no paraba de pensar en aquella amenaza, que para su corazón pesaba como una condena.

—¿Sigues pensando en lo que dijo la señora Odette?—Le preguntó el mayordomo mientras caminaban hacia la habitación de Adrien, él con el té para el chico y ella con un pequeño cubo con agua y un paño

—No, que va.—Y antes de excusarse su tobillo derecho falló y casi se va de lado, pero antes de que el señor pudiera reaccionar ella se repuso sin hacer caer nada.—Estoy bien, es muy común en mí—sonrió con nerviosismo mientras su corazón aún latía asustado.

—Joven, tal vez no tienes una buena impresión de mí porque he sido muy estricto contigo, pero quiero que sepas que creo que te has ganado mi confianza y también la del señorito.

—La niñera se sintió avergonzada y agradeció de forma baja porque habían llegado a la habitación.

Ahí se encontraba Emily, la doctora que estaba revisando al rubio y Axel.

—No ha sido nada grave, pero ya le he dicho que no puede perder la estabilidad, ahora necesita descanso y que se le baje la fiebre, si empeora llámeme.—Habló la especialista mientras recogía sus cosas para irse.

—Muchas gracias Carolina.—Agradeció la señora Agreste.

Junto a la doctora salió Axel y Fu, quien había dejado el té en la mesilla de noche.

—Yo me quedaré con él y si despierta la avisaré.—Comentó _______ con voz suave mientras dejaba las cosas que traía en su sitio.

—En realidad estoy muy preocupada, la última vez que esto paso tuvieron que cambiarle las pastillas de nuevo e ir a sesiones de psiquiatría.

Aquellas palabras hicieron que el corazón de la latina pesara aún más y las lágrimas amenazaban con salir por una culpabilidad que no debería de sentir.

—La culpa es mía, no sabía que habría un límite que él no podía aguantar y yo solamente soy un factor que no ha parado de estresarlo, no quiero que por mi culpa él se encuentre peor.— Su voz se entre cortaba y para disimularlo comenzó a subir el tono.

—Shhh tranquila, hablemos un momento a fuera.

Ambas salieron y _______ trató de buscar la forma de tranquilizarse, pero ya no podía.

—¿Por qué dices que la culpa es tuya?—Cuestionó la rubia.

—Esa chica, Marinette, no hubiese estado aquí si no hubiese sido por mi culpa, dice que me he entrometido en su relación y yo le comenté lo que había pasado en una cita de esa chica y Adrien—la mujer asintió—pues en otra ocasión ella y yo nos encontramos en otra cafetería, y no es que quiera hacerme la víctima pero empezó a insultarme y me pegó.

Emily abrió los ojos con asombro y puso su mano derecha en su boca.

—Eso explica el golpe que tenías hace un tiempo en tu labio

—Sí, ¡pero yo no le pegué!

"Porque no pude"

—Entiendo, no hace falta que te excuses.

—Quería decírselo, pero no sabía cómo y no sabía si a Adrien le fuera a molestar.

—Lo entiendo, no tienes que culparte niña, la culpa de que Adrien esté así no es tuya y al final del todo esa chica me supongo que no sabrá que es lo que le pasa a Adrien, lo ha estado escondiendo tan bien durante tantos años que sabía que algún día no podría más.—Emily suspiró con pesar y miró hacia a la puerta de la habitación del chico que estaba cerrada.

—¿Qué ocurre?

—Dime _______, ¿quieres seguir trabajando con nosotros?¿Después de todo? Ahora sabes que Adrien no es sencillo y siempre pueden haber estas situaciones tan preocupantes en las que mucha veces yo no podré estar para ayudarte, lo entendería perfectamente.

—Claro que quiero seguir, usted es muy buena persona y Adrien también, yo sé que es muy difícil, pero si me pagaran por divertirme entonces usted estaría tratando el dinero.—La joven trató de que la situación fuera amenos tensa y funcionó porque logró que su jefa riera.

—En realidad no sé que haría mi hijo sin ti—entonces sonó su móvil y supo que tendría que volver a la empresa— creo que voy a tener que irme, mañana que regrese hablaremos sobre la renovación del contrato ¿vale?

______ asintió con un pequeño brillo de felicidad en su rostro y ambas siguieron su camino.

Tenía su corazón a mil de tantas emociones que había sentido en una franja muy corta de tiempo y aunque no todas las sensaciones habían sido buenas por fin sentía que había encajado en algún lugar.

Tenía su corazón a mil de tantas emociones que había sentido en una franja muy corta de tiempo y aunque no todas las sensaciones habían sido buenas por fin sentía que había encajado en algún lugar

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Dio un pequeño recorrido al rededor de la cama del chico y se quedó apoyada unos cuantos segundos en el alfiler de la gran ventana. Suspiró con pesadez y miró hacia Adrien y se acercó lentamente a él para despertarlo y que tomara su té ahora que estaba caliente.

—Adrien—llamó con un tono muy bajito pero el rubio no respondía—Adrien—lo volvió a intentar y al ver que ni siquiera pestañeaba se asustó y le dio un par de golpecitos en la mano derecha—¡Adrien despierta!

De un sopetón Agreste reaccionó desorientado sin embargo no asustado.

“Ay no está muerto” Se dijo a si misma mientras se tocaba su pecho y soltaba el aire retenido.

—¿Qué ha pasado?—Preguntó el joven con la voz un poco rasposa.

—Te desmayaste cuando Marinette dijo que sabía lo que ocultabas.

El pánico se apoderó de él nuevamente y se sentó en la cama de un solo, el pensar que todo lo que había construido sería destruido le aterraba.

—Tranquilizate—la latina se acercó a él y lo tomó de los hombros—ella pensaba que la estabas engañando conmigo o algo así, no tiene nada que ver con Chat Noir o algo al respecto.

El de los ojos verdes relajó todo su cuerpo y se apoyó en la cabecera de la cama.

—¿Cómo te sientes?—_______ tocó su frente y sus mejillas pero no rechistó, solamente se sintió más tranquilo.

—Me da vueltas todo.

—¿Cómo cuando estás borracho?—La de cabello oscuro se rió por lo bajo mientras iba a por el té pero enseguida se mantuvo en silencio.

—Sí algo así.—Adrien respondió con tranquilidad y sonrió levemente.

La niñera se quedó un poco atónita al verle tan tranquilo después de todo lo que había pasado.

—Este, toma, el té que te ha preparado Fu, tómatelo ahora que está caliente.—Ella reaccionó con un leve nerviosismo y se lo dio.

Ambos se me mantuvieron en silencio mientras el joven tomaba su té con calma, ninguno sabía que decir y era un silencio bastante inquietante.

—Hay algo que quiero decirte _______.—Habló Agreste dejando la taza en la mesilla de noche.

Ella se puso alarmó pero solo pudo tragar saliva y morder su labio inferior a la espera de lo que podría venir.

VOLVÍ
Me gradué y estoy muy feliz
Estoy con el carnet de conducir a ver qué tal todo
Besitosss

Infantil {Adrien Agreste y tu} [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora