Capitulo 4

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Harry sonrió mientras bajaba del auto y se colocaba sobre sus rodillas mientras sus dos hijas pequeñas corrían hacia él, se aferraron a su pecho mientras Harry reía y besaba sus coronillas.

-¿Cómo les fue hoy amores?. 

-Nos fue muy bien, ¿Verdad Dani?.

-¡Sí!-Denise sonrió, dando un pequeño salto.

-Me alegro tanto cariño-sonrió besando la frente de sus hijas- su hermano esta con tu papá-les dijo mientras las sentaba en las sillas para bebés, asegurando los cinturones para subir al auto y comenzar a conducir con cuidado- tengo que dejarlas ahí ¿si? mientras papá va al doctor-sonrió mirándolas por el espejo retrovisor. 

Cuando estaciono frente a la casa de Louis abrió la puerta del auto y bajo a las niñas, cada vez que camina por aquel pequeño camino de piedras recuerda todo, recuerda los gritos, recuerda oír al ojiazul que no se vaya, que arreglen todo. Recuerda la tristeza y el enojo.



El cielo gris no se comparaba con el color de su corazón, las personas dicen que cuando llueve, lo hace a cantaros. No supo que tanto era verdad hasta que azoto la puerta de la casa con fuerza y camino hasta su camioneta, abrió la puerta y tiro la maleta dentro con fuerza, sintió una mano tomarlo del brazo para darlo vuelta.  

La mirada de Louis era oscura y triste.

-No me toques maldita sea-gritó soltando su brazo del tacto de Louis, dolía y lo hacia sentir asqueado sentir sus manos sobre su cuerpo.

-Por favor Harry... te amo, podemos intentarlo. Podemos ir a terapia, podemos superar esto-lo veía hablar tan seguro de lo que decía que le partía el corazón- hay que intentarlo.

-No hay nada que intentar maldita sea-gruñó mirándolo seriamente- ya tomaste una decisión hace tres años y no la quisiste cambiar.

-No Harry, te amo a ti y solo a ti, perdóname por favor-suplico mientras veía a su esposo acomodar las maletas en el asiento trasero.

-Si me amaras como dices no me hubieras engañado-lo empujo con enojo, apenas moviendolo, sus ojos verdes empañados mientras lloraba  al sentir todo su mundo derrumbarse- me hubieras respetado maldita sea-gritó.

-Harry, te amo, te respeto como nadie antes y el único. Podemos solucionarlo y olvidar todo este asunto, por nosotros. Mírame-lo tomo del brazo para apoyar sus frentes juntas y verlo sollozar-podemos con esto.

-Te odio-se aparto, empujándolo de nuevo hacia atrás con cuidado de su embarazo- te odio, te odio, te odio-gritó mientras comenzaba a dejar golpes suaves sobre su pecho, Louis lo dejo, y eso lo hizo peor.

Paro en seco mientras daba unos pasos hacia atrás hasta chocar contra el auto, las lágrimas caían sin su permiso, quería dejar de ser un bebé llorón frente a la persona que acaba de matarlo. Que acaba de tirarlo al suelo, pisarlo como a un insecto. El recuerdo de ver a su esposo con otro hombre sobre su cama, la cama de ambos le hacia retorcer sus entrañas. Lo hacia sentir sucio, la misma cama donde se quedaba despierto esperándolo, la misma cama donde se abrazaban por las noches luego de que el llegara, donde a las tres de la mañana era cuando lo veía y podía sentirse seguro. 

Noches donde el iba con alguien más y volvía a casa por costumbre. No quería ser una costumbre, no quería, era más.  

Miro a Louis otra vez, escuchando sus suplicas para subir al auto y comenzar a conducir, su mirada empañándose y sus manos temblando, estaciono a dos cuadras de la escuela donde su hijo estaba, salió rápidamente para parar a un lado de la calle y comenzar a vomitar. Agradecía que no haya nadie que lo mirara, limpio su boca con el dorso de su mano para volver a subir al auto sin mirar atrás.

We Are Family //Larry Stylinson//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora