Capitulo 16

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Miro a Louis, su corazón se movía rápidamente como cada vez que lo miraba, siempre se imagino terminar en sus brazos, morir ahí. Pero su amor no fue suficiente para sobrevivir.

Tomo una respiración baja, su mano acariciando su vientre, intentando calmar a las niñas. Habían estado hace veinte minutos frente al otro sin decir nada, habían tantas cosas que decidir que no sabía por donde empezar. Quería levantarse e irse, quería ir a su casa y llorar. Tomando otro bocado de aire miro a esposo y abrió la boca para hablar.

-Quiero que los niños no pasen por el estrés del divorcio-se sintió orgulloso al oír su voz salir firme, todo lo contrario a como se sentía.

-Sí, sería lo mejor-asintió lentamente- pensé que podríamos arreglar las cosas aquí y luego llevarlas a un abogado.

-Para eso vine-tomo el vaso con té helado para dar un sorbo- quiero la custodia compartida, quiero ser yo quien los cuide y con quien vivan.

-Quiero ser parte de sus vidas también-apoyo ambos codos sobre la mesa, su aroma a colonia entraba a sus pulmones dulcemente. 

-Lo vas a hacer, eres su padre al final y por más que quiera echarte mis hijos son más importantes que todo eso.

-¿Echarme?-frunció el ceño.

-Si no hubiera un niño involucrado me iría lejos para nunca verte la cara de nuevo-su voz salía seria, tan segura de lo que decía y era así. Había odio en su corazón mezclado con el viejo amor que sentía.

-¿No crees que es un poco exagerado?-alzo una ceja.

-No estoy diciendo nada que no sea real, te desprecio. 

-Hace unas semanas estabas diciendo cuanto me amabas, no creo que me odies, solo creo que estas enojado.

-Hace unas semanas pensé que eras fiel y que te importaba, parece que ambos nos llevamos una sorpresa ¿no es así?

-¿Estas diciendo que me odias?-suspiro.

-Nada que no sepas antes.

-Me amabas.

-Pensé lo mismo de ti Louis... probablemente te ame por unos días más y por suerte el odio que creaste lo consuma.

-Si me amas ¿por qué no volver juntos? yo te sigo amando Harry, me arrepiento de lo que hice, pero tienes un lugar en mi corazón desde que te conocí y no se va a ir. Si me amas todavía podemos intentarlo-tomo la mano de Harry quien frunció el ceño apartando la mano enojado.

-La oportunidad de superarlo o intentarlo esta ahí, pero no la voy a tomar Louis, lo siento si estas triste por eso pero la verdad es que nunca te importo como me sentía yo cada noche, cada maldita noche que no llegabas.

-Dije que lo siento.

-Un lo siento no... no arregla las cosas Louis-mordió su labio mientras sentía sus ojos humedecerse- no vas a poder arreglar esto, se que te gusta manejar las cosas pero lo que siento ahora cada vez que te veo... no vas a poder arreglarlo nunca.

-Yo... no se que decir.

-No tienes que decir nada Louis, todo ya fue dicho.


La tarde había sido una de las peores de su vida, volver a mirar a Louis, hablar con él, sentirlo cerca y querer alejarse. De alguna forma se sentía más fuerte, más maduro; habían pasado horas hablando sobre como sería la custodia, quien se quedaba con que cosa. Había sentido toda la tarde un peso que lo empujaba hacia abajo, se había sentido cansado y vació.

Cuando llego a la casa y vio a Taylor correr hacia el, uniéndose en un abrazo de esos que alimentan el corazón y te hacen sentir amado y querido.

-¿Cómo estuvo tu día amor?-sonrió acomodando el cabello de Taylor.

-¡Se me cayo un diente!-sonrió emocionado, mostrando su sonrisa y su diente faltante.

-¡¿De verdad?! eso es genial Tay.

-¿Quieres verlo?-miro a su hijo a los ojos, observando la emoción de ellos.

-Sí-tomo aire apoyando su mano en su abultado vientre, faltaba muy poco para que las pequeñas nazcan y cada minuto que pasaba no paraba de pensar en ello- quiero verlo.

Se dejo arrastrar por su hijo por toda la habitación, lo lleno de besos y cosquillas, las carcajadas que soltaba lo llevaban de nuevo a la vida, cuando lo vio bostezar lo acostó y beso su mejilla, colocaron juntos el diente bajo la almohada y apago la luz. Coloco su mano en su vientre, las patadas de sus hijas lo hicieron sonreír mientras dejaba el dinero bajo la almohada de su hijo y tomaba el diente. Luego de media hora se dejo ir hacia la habitación, tomo la almohada contra su cuerpo, aferrándose con fuerza mientras soltaba un sollozo seguido de otro y otro más.

Suaves golpes lo hicieron limpiar sus lágrimas mientras oía a su hijo entrar a la habitación.

-¿Estás bien papi? no llores...-lo miro y fingió una sonrisa.

-Estoy bien amor, ve a dormir ¿si? es muy tarde.

-¿Por qué lloras papi?

-Por nada amor, es el embarazo-miro al niño quien lo seguía cuestionando- te prometo que estoy bien cariño.

-¿Puedo dormir contigo?- tomo un suspiro bajo para sonreír y dar golpes en la cama.

-Ven aquí.


We Are Family //Larry Stylinson//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora