El Niñero 5

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LALI:

- ¿Así que lo que sea? - pregunté sonriendo malvada. Mmm... Podía pedirle muchas cosas a este hombre, pero había una, que necesitaba mucho más que el resto, mucho más que la plata.

Él asintió con la cabeza, de forma muy sumisa, mirándonos a Santino y a mí de forma alternativa muy nervioso una y otra vez:

- Lo juro, lo que sea.

- Está bien - seguía sonriendo -. Necesito una cosa con mucha urgencia, un niñero para mi hijo.

- ¿Niñero? — levantó una ceja.

- Sí, niñero. Es lo que más necesito en este momento. Si vos sos el niñero de mi hijo durante el próximo año yo no diré nada.

Él negó con la cabeza:

- ¿Durante el próximo año? ¡Ni en pedo! Te digo una cosa, odio a los niños, los odio con toda mi alma pero no encontré otro trabajo que en un colegio de mierda enseñando a niños.

Fue entonces cuando me di la vuelta y comencé a caminar tranquilamente:

- Tal vez en una semana estarás fuera del colegio, así que andá buscando otro trabajo.

- Pará - me agarró del brazo -, lo haré te lo juro que lo haré. Pero no le cuentes a nadie. Por favor.

- Bien, dame tu número, te llamaré esta noche para explicarte todo - dije sonriendo y sacando mi celular. Apunté su celular en la guía y regresamos a casa con Santino.

Y justo nada más entrar por la puerta, comenzamos con la rutina de por la tarde, el baño, poner el pijama, hacer la poca tarea que le pedía la profesora para el día siguiente, preparar la cena y, lo nuevo de esta noche: Llamar a Juan Pedro Lanzani para explicarle todas las cosas que iba a tener que hacer mañana. Mmm, esto iba a ser muy divertido.

Así que, mientras que Santino estaba cenando, me decidí a llamar a Peter para contarle la rutina que tendría que realizar mañana, y sí, ¡por fin nunca más llegaría tarde al trabajo! Un niñero, y gratis.

Marqué su número y él atendió rápido:

- ¿Quién sos?

- Mariana Espósito, la mamá de Santino Espósito, tu mueva jefa - sonreí maliciosa, aunque él no pudiera verme.

- Ah... Vos.

- Sí, yo. Te llamo para contarte lo que tenés que hacer mañana.

- Te quiero avisar, en primer lugar, que no sé cuidar niños, y también que odio a los niños. Así que si algo sale mal...

- Pagarás las consecuencias - le interrumpí -. Con cuidado con mi hijo, es el tesoro más valioso que tengo, y como lo lastimes... Soy capaz de hacer cualquier cosa.

- Ajá... Bueno, ¿qué tengo que hacer?

- Bien, para empezar tenés que ser puntual. Aviso, que cómo no seas puntual y llegué tarde al trabajo, avisaré al director del colegio y te despedirán - lo amenacé -, te doy 5 minutos de margen de retraso, nada más. Tenés que despertarlo, vestirlo para el colegio, asearlo, peinarlo, darle de desayunar y llevarlo al colegio llegando a una hora puntual. No es tan difícil.. Y bueno, en caso de que otro día te necesite, también tendrás que venir. Soy una madre soltera y ocupada, ya sabés... Apenas tengo tiempo para vigilar a Santi.

Se escuchó un silencio durante unos segundos, y después, Peter volvió a hablar:

- Son muchas cosas.

- Son las cosas que deben hacer las madres, la rutina simplemente.

- Bueno, no te prometo ser perfecto, pero intentaré hacerlo lo mejor posible.

- Bien, bueno, pues hasta mañana. Te pido que estés acá a las 7. Y si podés recoger a Santino para llevarle a las clases de rugby. No te cuesta ningún trabajo, es más, vos también tenés que ir...

- No tranquila, lo haré. Hasta mañana, y por favor, no le cuentes nada de esto a nadie, tampoco al director... No quiero que me despidan del trabajo.

- Estoy haciendo todo esto para no decir nada, y que vos sigas trabajando. Te pediría otra cosa, pero un niñero es lo que más necesito.

- Entiendo, bueno... Hasta mañana, Mariana.

- Hasta mañana, Juan Pedro. Y por cierto. Me podés decir Lali.

- Entonces, hasta mañana Lali - después cortó la llamada y miré a Santino sonriendo.

- Mañana vendrá Peter a cuidar de vos por la mañana, ¿te parece bien?

Santino me miró de forma seria mientras tenía la boca llena, pero antes de que hablará le avise:

- Traga antes de hablar.

Él tragó sonriendo y habló:

- Va a ser genial tener de niñero al profesor Peter. Va a estar bueno, ¿verdad mami?

- Sí, puede que sí — ojalá que fuera genial, aunque no estaba muy segura. Peter podía ser un desastre como niñero, aunque sabía que no iba a lastimar los sentimientos de Santino -, pero es un secreto, no podés decir nada, ¿de acuerdo? Porque sino el profesor se enojaría con mamá... Así que vos tenés que llevar todo esto como el más grande secreto.

- Bueno, mami.

Sonreí y terminé de hacer mi cena para cenar también junto a mi hijo. Esperaba que todo en el día de mañana saliera bien, o al menos medio bien. Tras la llamada, había dejado de odiar un poco a Peter, me había parecido un chico más humano. Podría no ser responsable, podría ser un desastre... Pero sabía que iba a hacer lo posible para llevarse bien con Santino y no hacerle mal. 

EL NIÑERO - LaliterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora