EL NIÑERO - Laliter

El Niñero 25

PETER:

Aquella noche, Lali y yo apenas volvimos a hablarnos. Estábamos enojados el uno con el otro por el tema del trabajo. Era cierto que yo estaba bastante agobiado intentando sacar la casa adelante, y también era cierto que había facturas que aquel mes me habían sido imposibles de pagar. Pero por otra parte, el doctor le había recomendado a Lali que estuviera en reposo en casa, y que lo mejor sería que no trabajara.

Pero no, la situación económica la obligaba a ponerse a trabajar. Y Lali era muy terca, si lo necesitábamos, iba a ponerse a trabajar. Y el salario que iba a conseguir Lali, vendría muy bien para poder seguir sacando la casa adelante.

Lo que más me preocupaba era el que el trabajo pudiera ser demasiado estresante para ella y para el bebé. Pero que el trabajo fuera estresante o no, solo iba a importarme a mí. A Lali la iba a dar igual, mientras que ganara dinero para poder mantener la casa, y poder tener plata para gastarla en los integrantes de la familia, la daba igual.

Cuando nos fuimos a la cama, decidí hablar con ella:

- ¿Estás segura de que querés empezar a trabajar?

- Sí, es por el bien de los cuatro.

- En eso tenés razón, pero ya viste lo que el doctor dijo Lali, que lo mejor sería que estuvieras en reposo. Imaginate que te pasa algo malo, o a vos o al bebé, ¿qué podríamos hacer con eso? ¿Te imaginás el remordimiento de conciencia que tendríamos? Hay que pensar en las consecuencias de todo mi amor, no solo en la plata...

- Punto número uno, ser secretaria no me va a hacer nada malo, ni a mí ni al bebé. Es un trabajo normal. Punto número dos, vos no podés encontrar otro trabajo porque ya tenés uno y no te queda tiempo suficiente para seguir haciendo otras labores. Y punto número tres, necesitamos el dinero. Y por eso mismo, me voy a poner a trabajar. Ya sé que tus papás y los míos nos pueden ayudar si necesitamos la plata, pero es mi casa, nuestra casa, y nuestro hijo... Y Santino, al que creo que también consideras tu hijo. por tanto es nuestra responsabilidad y debemos ocuparnos de ella, en resumen, voy a ponerme a trabajar, me digas lo que me digas.

Suspiré.

- No vas a cambiar de opinión, ¿verdad?

Negó con la cabeza:

- No, no voy a cambiar de opinión. No quiero que nos quedemos sin luz, sin agua, sin comida, sin casa y sin nada. No quiero criar a mis hijos debajo de un puente Peter, y vos solo no podés con toda la carga de la casa.

- No sé si entendés mal, mi problema no es que trabajas, es que si ese trabajo es estresante y te pasa algo malo o a vos o al bebé, nunca me lo voy a perdonar. O incluso a Santino, ninguno de los tres se merecen que les pase nada malo...

- Yo tampoco podría perdonarme que termináramos en la calle por falta de plata. Y además vos, por si fuera poco que no pagaras las facturas, te dedicas a comprarnos ropita. ¡No quiero que tengamos más gastos Peter! ¡Hay que tener un poquito de cabeza ahora mismo! ¡No tenemos el dinero suficiente! Y punto.

- Bueno, está bien. Pero prométeme, que si te sentís mal en el trabajo, vas a dejarlo.

Asintió con la cabeza:

- Te lo prometo.

- Y prométeme también que no vamos a pelearnos más... No sabés que mal lo paso. Se me forma un nudo en el pecho... Me ahogo. Te amo demasiado para que estemos así...

La abracé fuerte y la di un beso en la cabeza:

- A mí tampoco me gusta que estemos así, y mucho menos me gusta que tengamos problemas económicos en esta situación. Vos embarazada, Santino tan chiquitito, tenés que estar en reposo... Tenés que estar en reposo por mi culpa. Por lo que pasó con Mariano, yo también me siento mal por ello, mi amor...

- También fue culpa de Mariano, y además, eso ya está hablado y más que arreglado. En el nuevo trabajo me van a tratar muy bien... Va a ser un trabajo tranquilo, te lo aseguro, y cuando sienta que ya no pueda más, voy a dejarlo. No me voy a forzar...

- De acuerdo. Me lo has prometido, así que ya está hecho. Ahora vamos a tratar de estar bien, de formar una familia de verdad.

- Una pregunta... - me dijo con una sonrisa.

- ¿Qué pregunta me querés hacer? - la pregunté acostándose a su lado.

- ¿Cuál es para vos el significado de familia?

- Pues, miembros de una familia que están juntos- dije sin pensar demasiado.

- ¿Sabés? No me gusta mucho esa definición - dijo riendo -. Tiene que ser más elaborada, tenés que esforzarte un poquito más.

- Pues...

- ¿Si?

- Para mi familia, son miembros de una familia que están unidos, que se quieren, y se apoyan en cualquier circunstancia.

- ¿Y crees que los padres de una familia tienen que estar casados?

- ¿Por qué no?

- No sé, decime vos - me dio un pico.

- No des más vueltas... ¿Te querés casar conmigo?