El Niñero 40 (Final)

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LALI:

Y aunque el parto había sido muy complicado, Tomás había nacido completamente sano. Pudimos salir con él del hospital a la semana de nacer. Y justo entonces, comenzamos a preparar nuestra boda.

Todos contribuyeron. Mis papás, mis hermanos, los papás de Peter, los hermanos de Peter, Eugenia y Nico. Santino estaba ansioso por que el día de la boda llegara.

- Por fin te vas a casar - me decía cada día.

Y sí, por fin iba a casarme. Y estaba feliz por ello. Por fin todos los problemas con Benja se habían acabado, y también los problemas económicos. En mi empresa me habían ascendido y ahora me encargaba del departamento de recursos humanos, y Peter había sido elegido como entrenador de uno de los mejores equipos de rugby de Argentina.

Como bien decía, las cosas me iban mucho mejor, bueno, en realidad nos iban mucho mejor. Y estábamos seguros, porque Benjamín estaba preso, y además estaba dándonos una pensión bastante alta para que pudiera mantener a Santino.

El día que me casé, estaba feliz. Había elegido un vestido blanco, con la espalda transparente con dibujos de encaje a los lados, de manga larga y con falda ancha, como de princesa, el que siempre había soñado.

Fue Euge la que me ayudó a vestirme aquella mañana. Después de ponerme el vestido me abrazó fuerte y ambas nos miramos al espejo:

- Estás preciosa y feliz - me dijo.

- Ya era hora de que fuera verdaderamente feliz. Todo me salía mal... Benja no daba bola a Santino, problemas con Mariano en el trabajo, ser madre soltera era una locura... Después encontré a Peter, y otra vez problemas, esta vez con Benjamín. Pero ahora, por fin soy feliz.

- Feliz y a punto de casarte con el hombre que amas.

- Así es - dije sonriendo.

Fue mi papá el que me acompañó al altar. Mis hijos miraban toda la ceremonia desde el primer banco, sentados con su abuela, es decir, mi mamá. Peter ya estaba allí esperándome.

En ese momento, me di cuenta de que los príncipes azules existían, y que para encontrarlos, solo había que buscar bien y con atención. El caso de Peter había sido un sapo convertido en príncipe, una persona que siendo el niñero de mi propio hijo, había cambiado radicalmente y había empezado a amarme, igual que yo a él.

Y así terminó nuestra historia: un casamiento, dos hijos, una madre feliz y un niñero convertido en padre y esposo.

FIN

EL NIÑERO - LaliterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora