El Niñero 9

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PETER:

Creo que mi labor de niñero ese día estuvo bastante a la altura, incluso para ser la primera vez. Me divertí bastante con Santino, sobre todo a la hora del coche cuando íbamos cantando canciones de algunos grupos de pop argentino. Alejar en el colegio, algunos de los niños se quedaron muy sorprendidos de que el propio profesor de deportes del colegio fuera que le llevara hasta la clase, por no hablar de las madres, que gracias a mi facha, no dejaba ni mirarme. Muchas incluso me preguntaron que si sus hijos podrían comenzar la semana que viene conmigo las clases de rugby.

- Obviamente - las respondía yo con una inmensa sonrisa.

Y más o menos, el resto del día estuvo bien. Un poco antes de la salida del colegio, ya estaba colocado en la puerta de la clase para recoger a Santino. Cuando salió nos fuimos hasta el patio donde los niños practicaban rugby. La clase estuvo bien. Santino parecía tener menos miedo a cada minuto, no sé si era porque llegue el profesor y empezaba confiar en mí o porque quería hacerse el grande aunque fuera el más chiquito. Eso era gracias a los consejos que le había dado.

Cuando estaba apunto de terminar la clase. Vi como Lali se acercaba desde la otra punta del patio. Y por su forma de andar y de mirarme, no parecía muy contenta. Por eso decidí terminar la clase antes de que ella pudiera acercarse. Algunas de las madres recogieron a los niños y el resto se sentaron en una parte en la que había sombra. Santi no se colocó a mi lado y juntos miramos a Lali, la que ya estaba bastante cerca.

- ¡Mami! - gritó Santino. Ella sonrió y lo alzó.

- ¡Hola mi vida! ¿Cómo fue tu día?

- Muy bien - apuntó Santino -. Me la pasé bien con Peter, me ha cuidado muy bien.

Lali me miró con cara de pocos amigos. Si ya sospechaba que estaba enojada, lo confirme. Creo que quería hablar conmigo, he iba hacerlo en cuanto mandara A Santino jugar con los otros niños durante un ratito.

- Santi, anda jugar con los otros niños. Voy hablar con Peter de un par de cosas. En unos 15 minutos nos vamos a casa así, que aprovechá.

- Okey Mami - Santino corrió junto con los otros niños y Lali me miró seria.

- ¿Qué ha pasado con Benjamín? Me ha llamado bastante preocupado, diciendo que si tenía novio, y porque dejaba a mi hijo, mejor dicho, nuestro hijo con un completo desconocido.

Tragué saliva y suspiré. Pues sí, la había cagado. Pero, de todas maneras, el padre de Santino y ex-novio de Lali era un auténtico buchón. Menuda mierda de tío. Un auténtico imbécil.

- Peter, quiero una explicación a todo esto. Trato de ser una buena madre, sobretodo ante el juez, porque no es una broma, me juego cada día la custodia de mi hijo. Y si Benjamín quiere, puede sacarme la custodia de mi hijo, tiene una mejor calidad laboral que la mía, y mucha más plata. Así que por favor, tené mucho cuidado con lo que hablás con él. Yo entiendo que no seas padre, pero antes de hablar, comprende las situaciones de los demás que creo que ya eres lo bastante maduro como para hacerlo. A Benjamín no le gustan las bromas y menos bromas cómo estás, así que ahora voy a dejar que vos mismo lo arregles.

- Lo siento Lali no sabía que esta situación podría terminar así. Lo hice para divertirme un poco, pero no para joderte, y minas para joder a Santino. Tenés un hijo maravilloso.

Lali suspiró y eso es una ligera sonrisa, la cual hizo que me sintiera un poquito mejor:

- ¿Se ha portado bien el enano?

- Bastante bien. Lo lleva muy bien, tenemos los mismos gustos en el deporte, la música... Además le dado pautas para que sea mucho mejor en rugby.

Ella rió:

- Me alegro mucho.

- Al final me va gustar ser niñero y todo. De todas formas, con niños como Santino, todo muy fácil.

- Bueno, entonces, hasta mañana. Y piensa cómo arreglar este desastre que has hecho.

- No te preocupes, lo pensaré.

- Más vale - ella me dio un beso en el cachete -. ¡Santino mi amor, nos vamos!

En ese momento, tuve un impulso y la agarré a Lali de la muñeca suavemente:

- ¿Querés que lo cuide también el fin de semana?

- No, el fin de semana me gusta estar con el. Además, este fin de semana tiene que ir con Benjamín a comprar algo.

- Bueno, pues... Si te aburres podríamos...

- ¿Vernos? - la pregunté rascándome la nuca.

- ¿Vernos? - ella sonrió.

- Vernos, sí.

- Bueno está bien - aceptó ella sin dejar de sonreír. Parecía que, al menos, ya no estaba tan enojada conmigo.

- Mañana lo hablamos pues.

- Está bien... Hasta mañana, Peter.

- Hasta mañana, Lali.

LALI:

Mientras manejaba a casa, mi pequeño me narraba su día con Peter. Y en efecto, tal y como Peter decía, entre ellos parecía que se llevaban muy bien, y eso me ponía muy feliz.

- ¡Nos gustan los mismos grupos ma! ¡Y el mismo deporte! - exclamaba Santino feliz.

- Así que no querés que te cambie el niñero, ¿no? - le pregunté riendo.

- No ma, quiero que Peter se quedé siempre en casa. Y la broma que le hizo a papá de que era tu nuevo novio, fue muy graciosa. Es el mejor del mundo. Lo quiero un montón.

- No estuvo bien lo de la broma. Por cierto, papá esté fin de semana te va a llevar de compras, ¿okey?

- Las compras con papá son re aburridas ma. ¿No me puedo quedar con vos?

Reí divertida. Hacía años que no iba a salir a solas con un hombre Santino, y bueno, solo por esta vez, la tenías que dejar disfrutar a mamá:

- Mamá sale este fin de semana.

- ¿Con quién?

- Con Peter - respondí.

EL NIÑERO - LaliterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora