El Niñero 19

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LALI:

Asentí con la cabeza mientras pensaba en lo inteligente que mi hijo estaba empezando a ser. De hecho, siempre había sido bastante listo... Pero esto comenzaba a ser algo por encima de lo normal, y mucho más si provenía de un nene de 5 años que sabía poco sobre el tema de los embarazos.

- ¿Cómo sabés que estoy embarazada de Peter?

- Porque Peter se ha ido sin decirme casi nada. Otras veces se queda un ratito más para hablar conmigo, pero hoy se ha ido rápido, tan solo diciéndome que volvería mañana para cuidarme.

Sonreí a medias, pese a que no tenía ninguna gana de hacerlo. La situación estaba siendo un poco terrible. Embarazada de un pibe que le tenía terror a ser papá, y al que apenas conocía desde hacía unos meses.

- ¿Y a vos te pone feliz saber que voy a tener un bebé, mi amor? - le pregunté con ternura.

- Sí. Bastante feliz. Pero... ¿El bebé nuevo tampoco va a vivir sin su papá como me pasó a mí?

Hasta mi hijo se daba cuenta de que siempre lo había hecho todo mal respecto al tema de la maternidad. Le había dejado sin padre a él... Bueno, no sin padre, pero le había dado un padre que hacía lo que se le cantaba, que le daba bola a Santino cuando le apetecía, y que si Santino le quería un poquito nada más era por todas las cosas que le compraba.

Realmente, Benjamín nunca había sido un padre ejemplar, y nunca lo sería. Y bueno, ahora me quedaba embarazada otra vez, y al nuevo bebé le iba a dar un padre que le tenía terror a cualquier ser humano chiquitito. Como bien había dicho él, Santi ya estaba casi criado, tenía 5 años y muchísimas cosas las hacía él solito sin ayuda de nadie.

- No mi amor, Peter solo lo está asimilando.

- No entiendo porque les tienen que dar un hijo si apenas se conocen - dijo Santino en tono de queja -. Es muy raro...

Levanté una ceja:

- Santi, ¿se puede saber que querés decir con eso?

Santino suspiró:

- ¡Ma! No entendés nada. Con papá te pasó lo mismo, apenas se conocían, solo eran novios y la cigüeña pensó que era el momento de traerles un hijo. Y con Peter ha pasado lo mismo... ¿No piensan que no es el momento indicado? - preguntó Santino. Ay... Estaba a punto de comérmelo a besos. No podía ser más tierno -. Esa cigüeña tiene que dejar de fallar con todo lo que hace...

- A veces nadie se espera el momento mi amor. Y como vos decía, la cigüeña viene sin avisar, ¿sabés?

- Sí mamá... Yo lo único que quiero es que al bebé no le pase lo mismo que me pasa a mí, y que tenga una mamá y un papá que siempre estén con él y que le quieran muchísimo - dijo Santi dándole un beso a mi panza -. Porque, aunque mi papá no sirva mucho de papá, y actué de papá cuando quiere, vos sos la mejor mamá del mundo, y con vos la cigüeña nunca se confundió.

Las palabras de Santino me hicieron pensar durante el resto de la tarde. Tal vez yo había sido una buena madre con él, excepto para darle un padre de verdad. Cuando terminé de bañarlo y terminamos de cenar, le dejé un ratito viendo la televisión y llamé a mi mejor amiga. Necesitaba muchísimo hablar con Euge, tal vez ella esta vez tenía las palabras exactas para hacerme sentir mejor.

Así que marqué su número y ella no tardó, mucho en atender.

- ¡Lali! — gritó ella al atender -. ¿Cómo estás? Hace como una semana ya que no escucho tu voz... Te extrañé...

- Euge, yo también te extrañé, tenemos que juntarnos - dije sonriente. Escuchar la felicidad de Euge al hablar, muchísimas veces me hacía sentir mejor -. Pero antes necesito contarte una cosa que me pasó... Fue un poco terrible. No tenía que haber pasado... Pero pasó. No me juzgues, por favor...

EL NIÑERO - LaliterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora