PETER:
Y aunque hubiéramos tenido miedo, la noche transcurrió con una calma infinita. Pude descansar en el sillón del acompañante que había en la habitación de Lali, mientras que ella y Santino dormían plácidamente en la cama. Santino, concretamente, en la cama que una de las enfermeras le había traído especialmente para él.
Pude ver a la patrulla de policía fuera de la habitación de Lali, pero en ningún momento hubo problemas, así que todo estuvo realmente tranquilo.
A la mañana siguiente, justamente nos despertamos cuando le trajeron el desayuno a Lali.
- ¡Buen día! - nos deseó la enfermera -. ¿Cómo descansaron?
- Bien - respondí.
Lali y Santino aún estaban dormidos. Fue entonces cuando me levanté del sillón y les desperté con tiernos besos:
- Amores, arriba... Ya es de día.
Lali fue la primera en despertarse. A Santino le costó un poco más. Esperamos a que Lali acabara de desayunar en primer lugar para que el nene y yo pudiéramos bajar a desayunar a la cafetería del hospital. Y eso hicimos.
Pero nada más salir de la habitación en la que Lali estaba internada, uno de los policías me agarró del brazo:
- No lo hemos avisado, pero esta noche ha habido problemas. No en el hospital, sino fuera - me aclaró el policía.
Tragué saliva:
- ¿Qué ha pasado? - pregunté lleno de preocupación.
- Mis compañeros han detenido a Benjamín Amadeo. Lo había ordenado la señorita Delfina, la asistenta social que está llevando su caso. No se que pretendía, pero en el momento en el que le vieron, lo detuvieron. Así que ya no es una amenaza para ustedes, pueden estar tranquilos.
¿Pero que va a pasar ahora? - Volvo a preguntar, agarrándole de la mano fuerte a Santino, el cuál parecía estar muy asustado.
- Habrá un juicio supongo - dijo otro de los policías que formaba parte de la patrulla, y que era bajito y gordo -. Y no creo que tarde mucho en pasar a disposición judicial. Ustedes deberán ir al juicio, básicamente porque todo es por lo que ha ocurrido con el nene.
- De acuerdo - en cuanto terminara de hablar con el policía, durante el desayuno, llamaría a mi hermana para explicarle todo lo sucedido -. Entonces, ¿usted se refiere a que le pueden sacar la tenencia del nene?
- Puede. No estoy seguro, señor Lanzani. Lo lógico sería que si, porque ha maltratado al nene, le ha pegado. Pero todo eso depende del juez.
- Entiendo.
- Ahora lo más importante es cuidar a Santino de que esté seguro y no le pase nada malo.
- Eso obvio que lo haremos. ¿Le digo una cosa? Nunca había tenido hijos, es más, odiaba a los niños. Pero cuando conocí a Santino, todo eso cambió para siempre. Este nene está lleno de luz, tiene un brillo propio que hace que todo los que están a su alrededor se sientan sumamente felices. Siempre voy a protegerlo y a cuidarlo.
El policía gordo sonrió:
- Lo entiendo perfectamente. A mi me pasa lo mismo con el hijo que mi esposa tuvo en su otro matrimonio, quiero a ese nene como a mi propio hijo. Porque a veces, lo más importante no es la sangre, sino el corazón.
- Ya lo creo - dije finalmente. Y me fui con Santino a desayunar.
Los próximos días serían muy largos...
-...-
LALI:
Habían tan sólo pasado dos días desde mi accidente, y ese día me darían el alta.
Nada más salir del hospital, Peter, Santi y yo tomamos un taxi para ir a los juzgados en los que Benjamin sería juzgado. Y aunque todo el mundo me daba esperanzas de que todo iba a salir bien, yo aún no confiaba. El juicio anterior había salido mal, muy mal... Y ni siquiera sabía lo que iba a pasar con este. Así que hasta que el juez no hablara en último lugar, no habría nada seguro.
Cuando llegamos, Delfina ya estaba allí, esperando a quedarse con Santino, tal y como nos había dicho.
Fuimos a saludarla. Pero justo cuando íbamos a dejarla ya a Santino para marcharnos, ella nos frenó:
- La jueza quiere que Santino esté en el juicio. Sabe que es pequeño, pero quiere que hable, quiere verle los gestos durante el juicio. Y Peter, quiere que leas la carta que le dedicaste a Santino. ¿La tenés aún?
- No la tengo acá, pero me la sé de memoria - respondió Peter.
- Perfecto. Santi, podés irte con papá y mamá, luego te sentarás conmigo en el juicio, ¿si?
Santi asintió con la cabeza. Después, subimos hasta la tercera planta, en la que iba a ser él juicio.
Esperamos como cuarto de hora, hasta que vimos a la policía pasando con mi Benja agarrado de ambos brazos, con esposas. Me alegré mucho de verlo en ese estado, incluso sonreí.
Fue entonces cuando nos llamaron para entrar en la sala del juicio. Peter, nuestra abogada y yo entramos en primer lugar, y nos siguieron Delfi y Santino, para sentarse en los bancos de atrás.
La jueza dio comienzo al juicio.
El abogado sigue argumentando en nuestra contra, incluso en contra de Santino. Le llamo maleducado y sinvergüenza. Hasta que la jueza, la cuál era mucho más amable que la de la otra vez le dijo que parase, que sino sería expulsado de la sala de juicio, y entonces su cliente no tendría ninguna posibilidad de salir libre.
Después de escuchar a Benja, y de escucharnos a nosotros, pidió que Peter leyera la carta. Peter se levantó y se acercó al micrófono:
- No tengo papel para leerla, pero me la sé de memoria.
- Adelante - dijo la jueza.
- Al principio, Santi, me parecías un diablejo. Tenía miedo de que te hicieras daño entrenando, de que perdiéramos por tu culpa en los partidos... Tampoco me gustaba nada tu mamá. Hasta que, metí la pata, y entonces tuve que ser tu niñero. Y ahí fue cuando mi vida cambió para siempre. Empecé a aprender a ser padre, a ser un buen padre mejor dicho. Aprendí a amar... Comencé a amarlos a vos y a tu mamá, y ahora son parte de mi vida. Son muy importantes para mí, ambos. Lali, me encanta que me retes por no hacer las cosas como debo, y por ser un poco loco a veces y hacer las cosas sin pensar, pero estoy aún aprendido a ser novio y papá por dos, aún así amo cuando te enojas y cuando te pones loquita - él me miró y sonrió -. Y Santi, me encanta que me pidas ayuda para la tarea del colegio, que me pidas jugar con vos al rugby y al fútbol, que me pidas que te lleve al parque, al cine. Que te ponga rock cuando mamá no está en casa... Que te haga los dibujos para que después los colorees, que te haga la cena, aunque no cocine muy bien. Santino me ha enseñado a ser padre, ha cambiado mi vida, ha cambiado mi forma de ser. Y si, nos lo sacan, si me lo sacan, me partirían el corazón - a Peter se le quebró la voz, estaba a punto de llorar.
Y yo también.
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EL NIÑERO - Laliter
FanfictionLali es una madre soltera cuyo hijo de 5 años, Santino, es un amante del rugby. Peter es un chico de 27 años, el cuál es un aburrido profesor de gimnasia en el colegio de Santino. Lali y Peter se conocerán en el primer partido de rugby de Santino, y...