El Niñero 33

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LALI:

- ¡¡¡Sos un hijo de puta!!! - le grité en cuanto atendió el teléfono -. ¿Qué mierda le has hecho a Santino? ¡Inconsciente, también es tu hijo!

- Hay que educarlo - me respondió él.

Abrí mucho los ojos:

- ¿Educarlo? ¿Educarlo a los golpes? - le preguntó -. ¿En serio es necesario pegarlo? ¿De verdad es necesario?

- Se puso como loco con mi novia. Parece que hay favoritismos, y eso a mí no me gusta nada, nada de nada, Lali. 

- ¿Ah sí? Mirá, Peter le ayuda en todo, le ayuda a hacer la tarea, le lee cuentos por las noches, le prepara el desayuno, la cena, le ayuda a jugar al rugby está en todos sus partidos, no somos pobres  pero tampoco ricos, y Peter y yo nos esforzamos para que todos los fines de semana que está con nosotros vayamos al cine, porque quiero que sepas que le encanta ir al cine a ver pelis de dibujitos. Pero claro, vos solo querés a Santino por la plata. Y sos tan mala persona que nos tenés envidia, te encantaría formar con el una familia tan bonita como la nuestra. Y eso te mata por dentro - le dije -. Te jode mucho. Y a lo mínimo que el nene hace, lo retas y lo pegas. 

- Sí, ¿y te molesta?

Suspiré:

- ¿Crees que no me molesta? Idiota, ojalá les pase algo malo a la zorra de tu novia y a vos, y vamos a ver lo que pasa. 

- ¿Acaso me estás amenazando? - me preguntó Benja de forma maleducada. Y la verdad, cada palabra de más que decía, me ponía aún más furiosa. 

- Sí, te estoy amenazando - lo advertí -. No vuelvas a ponerle una mano encima a Santino, porque sino vas a ver - y entonces corté la llamada. 

Bajé por las escaleras lentamente hasta llegar a la sala. Allí ya estaban Peter y Santi, acurrucados, viendo la TV.

- ¿Hablaste con tu cuñada, Peter?

Peter se levantó del sillón y asintió con la cabeza: 

- Sí, ya esta todo hablado. Me ha dicho que ella nos resuelve el caso, que van a ver como actúan por lo de los moretones y todo eso. Nos lo arregla ella sin problema, no te preocupes.

- Pues yo estuve hablando con el estúpido de Benjamín, y le puse los puntos, lo amenacé, no quiero que vuelva a tocar a Santino. Y no pienso dejar que vuelva a ver al nene, lo ha lastimado muchísimo. Lo ha maltratado - dije -. Así que hasta que no se arregle todo esto, Benja y la tarada de la novia no vuelven a ver al nene. 

- Estoy de acuerdo con vos - me dijo Peter -. Mi cuñada solo tiene que conseguir una especie de licencia para poder trabajar en la capital, pero tarda un par de días en tramitarse, así que en cuanto la tenga, lo arreglamos y listo. 

Después, ambos miramos  a Santi:

- ¿Le contaste a papá lo que pasó? - le pregunté.

- Sí - respondió con tono tímido.

- No te preocupes enano, que mamá y papá van a arreglar todo esto, todo va a salir bien - Peter lo abrazó y le dio un beso en la sien -. Te lo aseguro. 

-...-

NARRADOR:

Aquel lunes, a Santino le tocaba gimnasia. Cuando les llevaron a los vestuarios para vestirse, Santino pegó un grito de dolor porque la remera le rozó uno de los moratones, y estaba bastante dolorido. 

La profesora corrió rápidamente hacia donde estaba para ver que le había pasado:

-  Santi, ¿qué ha ocurrido?

- Nada - respondió Santino tratando de que la profesora no viera las heridas.

- Has gritado - la profesora le dio la vuelta y entonces lo vio todo -. Santi, ¿quién te ha hecho esto? - la profesora tragó saliva -. Esto no se puede permitir, Madre de Dios. 

- Me lo hizo mi papá, pero Peter no, el otro.

- Okey, de acuerdo. Mira, te vas a ir a la enfermería, y me esperas ahí, que voy a ir a hacer una cosa. 

La profesora acompañó a Santi a la enfermería. Allí, le dijo sentado en uno de los sillones en compañía de una de las enfermeras del colegio. Después se fue a los teléfonos:

- ¿Comisaría de Buenos Aires? Hola... Tengo un alumno de 5 años que ha sufrido malos tratos por parte de su padre, vengan de forma urgente, por favor. 

-...-

LALI: 

Llegué al colegio para recoger a Santino. Aquella tarde no le tocaba rugby, así que tendríamos que esperar a Peter a que terminara de dar su última clase de gimnasia a los más grandes.

Miré dentro de la clase, pero Santino ya no estaba allí. 

- ¿Santino? - le pregunté a la profesora.

- Está en la oficina de servicios sociales. He llamado a la policía al verle los moretones de la espalda - la mujer suspiró -. Lo siento, pero lo más seguro es que les saquen la tenencia de Santino por inestabilidad familiar. 

EL NIÑERO - LaliterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora