Capítulo veintiséis.

6.8K 593 65
                                    

Hope's POV

Me paseé una y otra vez frente a la puerta de la habitación de Arwood, mi muñeca no dejaba de hacer bailar la espada en mi mano, cosa que siempre hacía cuando estaba nerviosa, mientras que buscaba las palabras indicadas para decirle al brujo que sería padre.

Ambos lo seríamos.

Me detuve abruptamente y me reprendí mentalmente, esta no era yo, yo era la Cazadora, si podía contra cinco licántropos a la vez, podría con esto.

Envainé a Híbrida y toqué la puerta, esperé y luego mis ojos se cristalizaron de manera repentina, iba a ser madre del hijo de un brujo que me odiaba y a cada rato me torturaba, el bebé y yo estábamos perdidos.

En cuanto abrió la puerta bajé la mirada y me mordí el labio inferior con fuerza, intentando darme coraje para enfrentarlo.

— ¿Qué pasa, Cazadora?—Preguntó mordaz, negué con la cabeza y me derrumbé en sus brazos, rodeando su cintura con mis brazos y sollozando. — ¿Qué ocurrió, Hope?—Preguntó ahora con más suavidad, lo miré e hice las manos puños.

—Ocurrió que nos acostamos. —Asintió, tragué saliva con fuerza. —Y también ocurre que seremos padres. —Dije y mordí mi labio inferior con fuerza. —Estoy embarazada, Woody.

Sin mediar palabra alguna cerró la puerta y chasqueó los dedos, haciéndome aparecer sobre su cama. Llevé mis piernas a mi pecho y lo abracé, comenzando a mecerme lentamente de adelante para atrás.

—Entenderé si rechazas al bebé. —Dije con un hilo de voz, se detuvo en seco pero no me miró. —También entenderé si me hechizas para provocarme un aborto. —Hice una pequeña e imperceptible mueca al decir lo último.

— ¿Qué mierda acabas de decir?—Gritó y me miró con furia. —Jamás haría algo así, jamás. Mucho menos cuando es mi hijo de quien hablamos, joder.

— ¿Eso quieres decir que no lo odias y desaparecerás?—Lo miré con algo de esperanza.

—No, Hope, no haré nada de eso. —Me miró a los ojos, mi corazón comenzó a latir con rapidez. —Vamos a hacernos cargo, tú y yo, juntos, por más que eso no sea de mi agrado.

(...)

Bien, creo que Arwood se lo tomó mejor de lo que esperaba.

Suspiré y salí de la cama, me puse el atrevido, y repugnante, uniforme del hotel y guardé una daga en el sujetador blanco de encaje. Peiné mi largo cabello en una coleta alta y salí, encontrando en la recepción a Arwood.

—Buenos días. —Saludé por lo bajo, nerviosa y sin saber muy bien cómo tratarlo ante la situación en la que estamos envueltos ahora.

—Hola.-Me miró de arriba a abajo y la furia brilló en su rostro. — ¿Qué haces vestida así?

—Debo trabajar, ¿recuerdas?

—No, las cosas cambiaron. No vas a poner en peligro a mi hijo haciendo eso que tú llamas trabajo.

Bufé con molestia y pisoteé el suelo de mármol, Arwood me miró con desinterés y en un chasquido mi ropa fue reemplazada por un hábito negro de monja.

— ¡Arwood!—Chillé, él rio a carcajada limpia, algo que nunca lo había escuchado hacer.

—Me gusta más cuando me llamas Woody, gracias. —Volvió a chasquear los dedos y ahora sí tuve puesta ropa normal.

—Gracias.

—De nada.

...Silencio incómodo...

Cazadora: Licántropos y VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora