— ¿Van a volver a entrenarla?—Exclamó con incredulidad Arwood.
— ¿Desde cero?—Siguió Colm con Matty jugando con su cabello.
—Así es, no sabemos qué tan grave es su trauma.
—Queremos asegurarnos que no ha olvidado nada, y si olvidó algo lo volverá a recordar.
— ¿Estás segura de que quieres hacer esto?—Me preguntó Cedric con su hija en brazos, suspiré y asentí.
—Mi más sentido pésame, hermana, vas a volver a sudar y sangrar. —Milo sonrió con burla mientras palmeaba con fuerza mi hombro, nuestras mentoras miraron a mis hermanos con una sonrisa.
—Ustedes también van a entrenar.
— ¿Qué?—Chillaron los tres.
—Los entrenamos para ser Rastreadores, no Cazadores.
—Es muy diferente pelear contra un humano mejorado a luchar con un licántropo o vampiro.
—Así que volverán a sudar y sangrar.
— ¿Cuándo?—Inquirí con una sonrisa ante las expresiones de derrota de mis hermanos, ambas intercambiaron una mirada.
—Ahora mismo.
—Vayan a cambiarse, dejamos su uniforme en el armario.
Mis hermanos y yo asentimos, dimos media vuelta y corrimos escaleras arriba hasta el segundo piso, donde dormíamos. Entré en la habitación que compartía con Arwood y saqué un top gris y un short negro deportivo del armario. Me desvestí con rapidez y me enfundé en la ropa deportiva, en la cual estaban las H de las Hechiceras bordadas: en el short cerca de la cinturilla y en el top en una de las copas.
Salí de la habitación y bajé las escaleras, haciéndome una coleta alta mientras descendía, mis mentoras habían roto el hechizo de Asedora y el cabello me había crecido hasta la mitad de mi espalda. Colm dejó caer un vaso de cristal al verme aparecer en el comedor, sorprendido al ver el contorno de mis pechos en el apretado top, sonreí para mis adentros y salí al patio trasero, donde mis mentoras ya habían montado todos sus juguetes por el césped.
—Primera lección: la precisión. —Comenzó a decir la menor, paseando frente a nosotros con las manos en la cadera. —Pero antes, sus mejoras.
—A ti, Hope, hemos decidido quitarte tu lado sobrenatural mientras entrenemos, ¿de acuerdo?
—Sí, mentora.
—Camisetas fuera, chicos. —Ordenó la del medio. —Hope, tú quédate con el top.
—Si solo quería ver nuestros esculturales cuerpos sin camiseta, solo debía pedirlo, tía. —Dijo Ryan con burla, despojándose de su camiseta.
—Calma, sobrino, he visto mejores.
Solté una carcajada al igual que mis hermanos mientras el mayor cerraba la boca, enfurruñado. Nuestras mentoras chasquearon los dedos y los cuatro caímos de rodillas ante ellas, me retorcí de dolor cuando comenzaron a quitarme mi lado sobrenatural y mis hermanos gritaron al sentir las mejoras. Cuando llegó mi turno solo me mordí la lengua y resistí, sintiendo el sudor correr por mi frente hasta mi barbilla.
—Listo. —Nuestras mentoras sonrieron, complacidas. —Ryan, serás el primero en lanzar.
—Luego tú, Hope. —Asentimos y nos pusimos en fila, esperando nuestro turno para lanzar cuchillos hacia la diana.
Mi hermano lanzó cinco cuchillos y todos dieron en el blanco, miró con superioridad a mis mentoras y luego seguí yo, tomé tres dagas y me puse en posición, cuadrando los hombros, separando ligeramente los pies y girando un poco la cadera. Miré con decisión hacia la diana, tomé una de las dagas de mi mano izquierda, le hice dar una vuelta en el aire antes de atraparla por el mango y lanzarla con fuerza, dando en el blanco.
— ¿A eso le llamas tú dar en el blanco?—Exclamó la mentora menor mirando la diana, bufé. —Cinco centímetros más y dabas en el blanco.
—Eso es una exageración. —Gruñó Colm con Mathyas en sus hombros, la del medio lo miró con cara de pocos amigos.
—Nosotras entrenamos Cazadores con un alto nivel letal, así que al lanzar una daga al pecho de un licántropo o vampiro no puede permitirse fallar ni un centímetro.
—Déjalo, Colm, ellas tienen razón, debo perfeccionar mi lanzamiento. —Interrumpí su protesta, él asintió tensando los labios.
—Bien. Cazadora, otra vez. —Asentí y tomé la otra daga en mi mano, suspiré y miré la diana.
Llevé mi brazo hacia atrás, tomando impulso, y lo descargué con violencia hacia abajo, soltando la daga a mitad del recorrido. Grité, horrorizada, cuando la punta de esta atravesó el pecho de mi padre.
Me llevé una mano a la boca y mordí mis nudillos mientras mis ojos se cristalizaban, solté la daga restante y corrí lo más rápido que pude hacia el bosque, alejándome de las miradas preocupadas de los demás.
Luego de unos minutos corriendo llegué a una especie de lago, lo miré y me tiré dentro, recordando mis días de confinamiento en el otro. Abrí los ojos estando en el agua y dejé que el aire en mis pulmones se escapara por mi boca, dejando libre pequeñas burbujas de oxígeno que se encaminaron a la superficie.
La desesperación de no poder respirar me invadió, por lo que comencé a nadar con calma hacia la superficie, cuando saqué la cabeza puntos negros se habían apoderado de la mayor parte de mi visión.
— ¿Disfrutando el agua?—Preguntó Colm a mi espalda, me giré con rapidez y lo miré con ambas cejas alzadas al verlo sin camiseta.
— ¿Qué haces aquí?
—Me aseguro de que no cometas una estupidez, porque si no lo recuerdas tienes dos hijos que criar. —Se adentró en el lago y en menos de un parpadeo lo tuve frente a mí sonriendo y mostrando los colmillos. —Está deliciosa.
—Lo sé. —Pataleé un poco para seguir a flote y clavé la mirada en su clavícula.
—Escucha, Hope, yo... lo lamento. Te juzgué sin conocer la historia completa y me arrepiento mucho. —Me miró con ojos afligidos, bufé y puse mis manos sobre sus fornidos hombros.
—No te preocupes, ¿bien? Está... olvidado. —Forcé una sonrisa, él hizo una mueca.
—No lo está, yo lo arruiné.
—Sí, lo hiciste, pero ya no hay nada que puedas hacer para revertirlo, a menos que Spencer conozca un hechizo para volver el tiempo atrás. —Intenté bromear, él se quedó rígido bajo mis manos. — ¿Colm?
—Contén la respiración. —Lo hice y nos sumergió a ambos con rapidez, lo miré bajo el agua y él indicó que subiera la mirada.
Lo hice y observé una sombra venir hacia nosotros antes de que un enorme y frondoso pino se hundiera sobre nuestras cabezas. Nos separamos con rapidez, esquivando el tronco, y nadé a través de las ramas hasta volver a la superficie.
Miré a mi alrededor y no encontré amenaza alguna, por lo que comencé a nadar hacia la orilla con Colm detrás de mí. Me arrastré por la tierra y el césped que rodeaba el lago, y levanté la mirada con lentitud al ver unas piernas desnudas y varoniles frente a mí, al llegar al rostro de la persona me congelé.
—Hola, amor. —Sonrió de lado, abrí los ojos como platos. — ¿Me extrañaste?
— ¿Abraham?
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Cazadora: Licántropos y Vampiros
WerewolfHope Green es una cazadora, la Cazadora, temida por muchos y querida por pocos. Ella ha sido entrenada desde que es una niña por tres despreciables brujas, quienes la han instruido en el arte de cazar, mutilar y matar. Debido a un pequeño desliz la...